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Avances en la reducción de la igualdad salarial del empleo formal
De acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social, de diciembre de 2018 a marzo de 2024 el empleo formal creció 11.0%, un ritmo relativamente bajo si se compara con periodos anteriores. Por ejemplo, de 2007 a 2011 se registró un crecimiento de 12.7% y de 2012 a 2017 de 20.9%, sin embargo, se tiene que considerar que en estos periodos no se presentó una paralización de la economía global como la que se derivó producto de la pandemia del COVID-19.
Sin lugar a duda el empleo formal en México fue uno de los más golpeados por la pandemia, lo que derivó en la pérdida de más de 1.1 millones de puestos de trabajo, cuya implicación más relevante fue la pérdida total del ingreso de la mayoría de estos trabajadores. Ante el grado de afectaciones que sufrió la economía mundial parecía muy complicado poder reactivar a las economías de manera rápida, pero contrario a lo esperado, la reapertura de la economía y el fuerte impulso de la actividad económica de Estados Unidos, entre otros, permitieron que el nivel de empleos formales en México regresara al nivel previo a la pandemia en solo 19 meses, lo que contrasta por ejemplo, con la crisis de 1994-95, cuando la recuperación tardó 28 meses, con una destrucción de empleo similar, por lo que el balance es positivo.
En este contexto, resalta la recuperación del salario real promedio de los trabajadores formales, que de diciembre de 2018 a marzo de 2024 ha tenido un crecimiento de 25.3%, muy superior al crecimiento de 18.5% registrado entre 2000 y 2018. Es decir, en prácticamente cinco años se tuvo un crecimiento 6.8 pp mayor a la ganancia salarial que se tuvo en 18 años, un ritmo sin precedente en las últimas décadas.
Pero la favorable evolución del mercado laboral es aún más sorprendente si se profundiza en la distribución salarial. De 2018 a 2023 el salario real promedio del primer decil, de menos ingresos, creció a un ritmo promedio anual de 11.5%, mientras que el crecimiento promedio del segundo y tercer decil fue de 10.0% y 9.0%, respectivamente, y de aproximadamente 5% los deciles cuarto, quinto y sexto. Incluso el decil diez tuvo una variación promedio anual de 1.2%, lo que implica que su salario no perdió poder adquisitivo, incluso tuvo una ganancia marginal.
La participación en la masa salarial del decil uno al cinco creció de 19.4% a 25.6%, y el decil diez pasó de tener una concentración del 36.7% a 33.0% lo que implica que se han dado pasos hacia una menor desigualdad salarial sin detrimento significativo de los trabajadores de mayores ingresos. En el balance se puede argumentar que el avance es moderado, pero dado el estancamiento salarial que tuvieron los trabajadores de menores ingresos durante décadas, este crecimiento es relevante.
Un aspecto a destacar es que la productividad también ha tenido crecimientos importantes. De acuerdo con el INEGI, la contribución de la productividad total de los factores al valor de la producción fue positiva con 2.9 pp y 1.3 pp en 2021 y 2022, y el Índice global de productividad laboral de la economía con base en las horas trabajadas ha tenido tasas de crecimiento anual promedio positivas desde mediados de 2022. Se puede concluir que se han dado pasos importantes en la recuperación del salario de los trabajadores; sin embargo, el recorrido de mejora adicional podría ser limitado en ausencia de acciones que impulsen la inversión, generando un marco institucional sólido y fomentando la acumulación de capital humano. En resumen, impulsando la competitividad del país.
*El autor es economista senior de BBVA México.