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¿Cómo nos va a ir?
En memoria de Luis Enrique Mercado
El año pasado fue, sin duda, un muy mal año para el mundo. La pandemia obligó al cierre, total o parcial, de la actividad económica, lo cual se tradujo en un choque dual de oferta y demanda que mandó al mundo entero a una recesión, aunque hubo países, como México, donde nos fue peor ante el pésimo manejo mediático y sanitario de la pandemia por parte del gobierno y la negativa de instrumentar una política de gasto público contracíclica. Los resultados ahí están: una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de cerca del 9%, una caída de 646,890 trabajadores formales registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cerca de 10 millones más de pobres y alrededor de 300,000 fallecimientos.
¿Cómo nos va a ir este año en materia económica? Pues depende; a continuación algunas ideas al respecto:
“Dios inventó la economía para hacer de la metereológica una ciencia exacta”.
“Dios inventó la economía para que la astrología fuese una ciencia exacta”.
“El dedo índice ensalivado y expuesto al viento tiene más poder de predicción que cualquier modelo econométrico”.
“Los economistas pronosticamos con dos decimales porque tenemos sentido del humor”.
“El Premio Nobel en Economía es el único que se le otorga a dos economistas que postulan exactamente lo contrario”.
“A medida que el número de economistas aumenta aritméticamente, sus opiniones sobre un mismo tema aumentan geométricamente”.
“Si reúnes dos economistas, habrá por lo menos tres opiniones”.
“A los economistas nos contratan para hacer pronósticos y con conocimiento pleno de que lo que digamos va a estar equivocado”.
“Todos los modelos económicos están mal, pero algunos son útiles”.
“Si torturas suficientemente los datos, terminarán confesando”.
“Si la realidad no se ajusta a tu modelo, hay que desechar la realidad”.
“Para sentirse bien, hay dos cosas que es mejor no ver mientras se elaboran: las salchichas y los pronósticos económicos”.
“Primera ley de los economistas: para cada economista hay otro igual pero opuesto. La segunda ley: ambos están equivocados”.
“Los economistas no responden a las preguntas porque sepan la respuesta; lo hacen porque se les pidió hacerlo”.
“¿Cómo se puede saber que un economista está mintiendo? Sus labios se mueven”.
“¿Cuántos economistas se necesitan para cambiar un foco? Ocho; uno para cambiarlo mientras los otros siete mantienen todo constante”.
“Los economistas han pronosticado nueve de las últimas cinco recesiones”.
“Cuando un economista afirma qué hay señales mixtas, lo que realmente quiere decir es que su modelo dice una cosa y los datos exactamente lo opuesto”.
“Para un economista la vida real es solo un caso especial”.
“Un economista es un profesional entrando para adivinar mal sobre la economía. Un econometrista es un profesional entrenado para, utilizando una computadora, adivinar mal sobre la economía”.
“Pronosticar el crecimiento es como manejar un automóvil con los ojos vendados y un acompañante viendo hacia atrás”.
Y finalmente, “No hay nada más difícil que predecir el futuro”.