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Opinión

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Compras públicas de medicamentos: más sostenibilidad, más salud

José Luis Cárdenas T.

José Luis Cárdenas T. / @PepoCardenasT

Durante la pandemia los sistemas de salud han tenido que reaccionar rápidamente para poder responder a los múltiples desafíos que les ha tocado enfrentar. Uno de ellos, fue el del abasto de medicamentos en tiempos de escasez y las disrupciones de las cadenas de suministro a nivel global. Los sistemas de compras tuvieron que adaptarse a un contexto de crisis.

Ahora que la situación relacionada con la pandemia está algo más controlada –pero con un conflicto bélico en curso– vale la pena reflexionar sobre cómo mejorar el sistema de compras públicas de medicamentos. Esta discusión es especialmente importante si consideramos que la adquisición de medicamentos representa entre el 17% y el 25% de los presupuestos de salud de los países miembros de OCDE y entre el 35% y el 45% de los países de ingresos medios.

Recientemente este tema ha sido analizado por la Comisión Europea en el informe “Aplicación y mejores prácticas de las políticas nacionales de contratación pública en el mercado interior”. El documento constata que existe una preferencia del sistema público de adjudicar al precio más bajo por considerarse “más sencillo y objetivo”, y que el criterio calidad-precio “se aplica en pocos casos”.

Sin embargo, la evidencia ha demostrado que la noción de valor de una determinada tecnología sanitaria no puede quedar circunscrita únicamente al precio, siendo indispensable considerar también otras variables tan relevantes como por ejemplo, la sustentabilidad del suministro. Un caso concreto: en la Unión Europea, el 83% de los medicamentos genéricos que presentan desabastecimiento, son aquellos cuyos precios para una terapia diaria son de menos de €0.10 (diez centavos de euro).

La falta de sostenibilidad del sistema de compras públicas de medicamentos se exacerba aún más bajo modelos de adjudicación única (conocidos como “winner takes all”), en contraposición con aquellos en que múltiples oferentes son adjudicados. En el último caso, puede lograrse un mejor balance entre precio y predictibilidad del suministro, evitándose potenciales desabastecimientos. Ello es expresamente recogido en la nueva “Estrategia farmacéutica para Europa” de la Comisión Europea, que llama a diseñar procedimientos de contratación inteligentes e innovadores, que busquen, entre otros, la entrega puntual, la seguridad y continuidad del suministro.

En Latinoamérica este tema también ha sido materia de análisis y discusión. Un grupo de centros de estudios de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México coordinados por Geneva Network -una organización de investigación y promoción de políticas públicas a nivel internacional en temas de innovación, comercio y desarrollo-, publicó un documento con recomendaciones para que los países latinoamericanos puedan maximizar el valor del gasto público en la compra de medicamentos.

Las recomendaciones apuntan a privilegiar modelos de contratación pública que consideren el valor de los medicamentos durante todo su ciclo de vida, en lugar de enfocarse únicamente en su precio. Si bien los sistemas de compras públicas que se basan en el precio pueden lograr descuentos y ahorrar recursos económicos en el corto plazo, en el largo plazo podrían no resultar en el mejor interés de los pacientes e incluso costar más, dada la tendencia a concentrarse la oferta y a debilitar la certeza o predictibilidad del suministro.

Los principios del Geneva Network enfatizan también la importancia de diversificar la oferta, advirtiendo sobre las deficiencias del modelo de adjudicación única. También apuntan a la importancia de la transparencia, la predictibilidad, el trato nacional (no discriminación), como factores relevantes para optimizar el resultado de las compras públicas de los medicamentos.

Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha puesto el acento en definir claramente los objetivos que se pretenden lograr con los sistemas de compras públicas como son la calidad de los medicamentos, mejorar su acceso, la racionalidad de su uso, además de monitorear regularmente el cumplimiento del sistema de compras, tanto el punto de vista cualitativo como cuantitativo.

Las distintas recomendaciones internacionales en esta materia son bastante transversales y pareciera haber cierto consenso de los expertos sobre cómo avanzar hacia la construcción de un modelo de compras públicas que sea eficaz con el uso de los recursos, que garantice la sostenibilidad del sistema y que ponga al paciente en el centro, mejorando los niveles de salud. Ello, a su vez, tiene un impacto social y económico relevante. Sin embargo, al observar los distintos sistemas que existen, vemos que éstos se alejan, en mayor o menor medida, de las recomendaciones antes referidas.

Ello se explica, en parte importante, por el hecho de que un sistema de compras públicas de medicamentos más eficiente lleva a tener una mirada estratégica de largo plazo, mientras que los ciclos políticos incentivan soluciones cortoplacistas, que tienden a ser incompatibles con lo anterior.

Se requiere voluntad política de los gobiernos para avanzar hacia un cambio de enfoque en esta materia. Los mecanismos tradicionales para las contrataciones públicas que se enfocan exclusivamente en el precio de los medicamentos, y no en su valor, resultarán insuficientes para hacer frente a los nuevos desafíos que se vienen en salud en nuestra región. La población en América Latina vive más tiempo, y vamos a ver un aumento significativo de enfermedades crónicas, como las cardiovasculares y también el cáncer.

El reto de los gobiernos entonces será obtener más valor del gasto en salud. Un cambio en el modelo de compras públicas, sin duda, podría contribuir a sobrellevar de mejor manera ese desafío, dotando al sistema de más eficiencia, más sostenibilidad y más salud, poniendo al paciente y su bienestar siempre en el centro.

*El autor es experto en políticas públicas en salud, director de la Asociación Chilena de Derecho de la Salud y ha sido académico en diversas universidades chilenas sobre temas relacionados con sistemas de salud.

El autor es abogado (Universidad de Chile) y Doctor en Derecho, Universidad de Friburgo, Alemania, experto en políticas públicas en salud, director de la Asociación Chilena de Derecho de la Salud, ha sido académico en diversas universidades chilenas sobre temas relacionados con sistemas de salud.

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