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Opinión

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Construye el futuro: estrategias para ahorrar en la educación de los hijos

La educación de los hijos es un tema primordial en las familias mexicanas. Si bien existen instituciones de carácter público que brindan la opción de cursar una carrera universitaria, también es cierto que cuentan con un número limitado de lugares, por lo cual los padres de familia deben plantearse la opción de ahorrar y contar con más opciones para cuando llegue ese momento clave en la educación de los hijos.

Datos del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) en su informe Sistema Educativo de los Estados Unidos Mexicanos, indicó que en el ciclo escolar 2023-2024 se registró una matrícula de 4,051,691 millones de alumnos en educación superior, los cuales tiene mayor concentración en cinco entidades.  Destaca en primer lugar la Ciudad de México con (13.8%), seguida del Estado de México (11.4%), Puebla (6.5%), Jalisco (6.4%) y Nuevo León (5.7%), representando en conjunto el 43.9% del total de los alumnos.

Esto implica que existan alumnos con la necesidad de estudiar una carrera universitaria y que tengan que emigrar de su estado de residencia para ubicarse en otra entidad que les brinde esa oportunidad de desarrollo, lo que deriva en gastos de alojamiento, alimentación y transporte.

Según datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), el costo de una universidad privada en México puede variar entre los 60,000 y 300,000 pesos anuales.

De acuerdo con lo anterior es importante considerar dentro del presupuesto familiar un ahorro designado para los estudios de los hijos. Existen diversas opciones para poder concretar esta meta y apalancarse del interés compuesto para evitar que el dinero pierda valor con el tiempo.

Una opción son los Fondos de Inversión, los cuales permiten colocar el dinero en algún instrumento de bajo riesgo. En ellos se podrá ir ahorrando de acuerdo con un presupuesto, además esta opción no implica plazos forzosos, genera rendimientos y hace crecer el dinero a través del tiempo. Asimismo, permite la posibilidad de recuperar el dinero en caso de algún imprevisto.

También existen fondos de inversión cuyo objetivo es apoyar a jóvenes de escasos recursos a través de becas. Estos fondos destinan un porcentaje de su rendimiento a las becas de los estudiantes para permitirles continuar con sus estudios. Como inversionista, estos instrumentos permiten realizar deducciones en las declaraciones anuales.

Otra opción son los seguros de educación, los cuales establecen un plan de pagos fijos con la finalidad de llegar a una meta de ahorro para el momento del inicio de los estudios universitarios. La cuota que se realiza se llama prima, la cual se establece partiendo de la edad del hijo y de acuerdo con los años que le falten para cursar la universidad. Por ejemplo, si el hijo tiene un año de edad, se tendrán 17 años de ahorro para poder llegar a la meta. El monto de ahorro también estará relacionado a la universidad seleccionada y si el producto cuenta con algún seguro de vida y gastos administrativos. 

La tercera opción es establecer un fideicomiso para la educación de los hijos; este puede ser creado desde cero, o bien, si se cuenta con algún capital inicial, se puede integrar como capital semilla para conseguir esta meta. Este fideicomiso debe ser administrado por una institución financiera, que funja como fiduciario y que será la encargada de recibir, custodiar, administrar e invertir las aportaciones para generar rendimientos del dinero que se vaya aportando al fideicomiso. En este caso, un beneficio es que los rendimientos están exentos del Impuesto Sobre la Renta (ISR). De la misma manera que el seguro, esta alternativa toma como base el costo de la universidad para generar el plan de ahorro.

Como recomendación, antes de tomar una decisión es importante informarse de las características de cada instrumento financiero, para poder seleccionar el que mejor se adapte a las necesidades y al presupuesto, procurando evitar que el mismo desequilibre la salud financiera de la familia. 

Una de las mejores alternativas es acudir a la institución financiera que se prefiera para recibir una asesoría personalizada sobre las opciones de ahorro e inversión con las que cuente la institución.

*Mariana Concepción Cuenca, Associate Client Servicing de BBVA Asset Management México. 

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