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El cuento de los contratos de CFE TEIT a Starlink
Hace casi dos semanas, el titular de la oficina de la Estrategia Digital Nacional estuvo en la conferencia mañanera del presidente López Obrador para exponer los supuestos avances en el programa de conectividad de la actual administración, y de paso, explicar la asignación de dos contratos de CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos (CFE TEIT) a la empresa Starlink, propiedad de Elon Musk, empresario que últimamente es más famoso por su activismo en pro de la derecha populista y posturas polémicas como el reciente respaldo a un comentario antisemita en X, que por sus éxitos empresariales.
Lo primero que hay que destacar es que haya sido un funcionario de la oficina de la presidencia quien explicó el otorgamiento de los contratos de CFE TEIT a Starlink, y no el Director General de esa subsidiaria de CFE. Ello pone de manifiesto de dónde salió la instrucción para que se contratara a la empresa propiedad del polémico empresario sudafricano.
El primero de los contratos, es para que Starlink provea el “Servicio de conectividad Backhaul Satelital Órbita Baja para BTS y adquisición de equipo asociado” que no es otra cosa que el servicio de transporte de datos, en este caso satelital.
De acuerdo con lo explicado por el funcionario, lo que está haciendo CFE TEIT es conectar radiobases que han instalado para explotar frecuencias de la banda de 700 MHz, pero que en lugar de conectarlas a una red de transporte con fibra óptica o microondas, lo harán con enlaces satelitales. Es por un plazo de 36 meses, por un monto que se ubica entre 887 millones 600 mil pesos y un mil 775 millones 200 mil pesos.
Conectar las radiobases que explotan la banda de 700 MHz con enlaces satelitales de órbita baja, con los anchos de banda que especificó CFE TEIT en la licitación, equivale a convertir esas radiobases en antenas con conectividad 3G, a lo más. Ello porque aún cuando la red de CFE TEIT/Altan se supone es 4.5G (la conexión entre la antena y la terminal móvil), la conectividad de esa antena con la red de transporte (en este caso el enlace satelital, cuyo fin es conectar varias radiobases) es de baja capacidad, lo que reducirá el ancho de banda que podrán disfrutar los usuarios.
Lo anterior ilustra que en el gobierno hay una desesperación por acreditar que se está llevando conectividad a determinadas zonas, a un precio relativamente caro, pero con velocidades acotadas.
El segundo contrato, fue para el “Servicio de conectividad de Internet satelital órbita baja y adquisición de equipo asociado”. En esta caso, CFE TEIT está contratando dos tipos de servicio de conectividad de banda ancha satelital, con velocidades de 80 Megabits por segundo, de bajada, y de 10 Megabits por segundo, de subida.
Según lo que afirmó el Coordinador de Estrategia Digital Nacional en la mañanera referida, en este proceso de licitación participaron 5 empresas, lo que no es verdad. En el acta de fallo de este procedimiento, se señala que hubo 5 empresas interesadas en hacer preguntas en la “sesión de aclaración de dudas a las bases de contratación”. Sin embargo, en la misma acta de fallo se reporta que en este segundo procedimiento solo Starlink presentó propuesta en sobre cerrado.
De hecho, por el servicio a ser contratado, con las velocidades mínimas que requería CFE TEIT, de 80 Megabits por segundo de bajada, se infiere que la licitación estaba dirigida a Starlink, porque los otros dos proveedores de internet satelital de órbita baja con concesión para operar en México, Hughes Net y Viasat, solo están en condiciones de ofrecer 25 Mbps y 50 Mbps de bajada, respectivamente, al menos es lo que ofrecen en sus portales de Internet. El plazo es también por 36 meses, por un monto que se ubica entre 778 millones de pesos y un mil 556 millones 100 mil de pesos.
Por otro lado, a bote pronto, y tomando en consideración los registros de tarifas de Starlink ante el IFT, parecería que CFE TEIT estaría pagando tarifas con montos por arriba de lo que el proveedor satelital registró ante el órgano regulador. Así que todo indica que ahí hay algo que no está bien.
*El autor es economista.