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Las comisiones de las afores
La Junta de Gobierno de la Consar autorizó el 11 de diciembre el monto de la comisión que cada afore podrá cobrar en el 2019 sobre el saldo total de las cuentas individuales. El promedio de las comisiones permitidas para las 10 afores es 0.98%, una baja de 3 puntos base en relación con el 2018 (1.01 por ciento). Desde el 2008, consistentemente cada año las comisiones han bajado, pero en los últimos años el ritmo de descenso se ha frenado. En general, los cuentahabientes de las afores se han quejado de que las comisiones siguen siendo demasiado elevadas en relación con los rendimientos que reciben.
El proceso de negociación que se da cada fin de año entre la Consar y las afores se ha basado en elementos ad hoc, es decir, no toma en cuenta de manera seria elementos como la estructura de costos de cada administradora y su estrategia de gestión de fondos, aunque la autoridad diga que sí lo hace. La realidad es que es una negociación política, pues las afores administran el equivalente a cerca de 15% del PIB.
En el 2011, en un esfuerzo por establecer un marco de certidumbre y que minimizara la discrecionalidad, el entonces presidente de la Consar negoció un calendario multianual descendente de comisiones para que todas las afores alcanzaran en el 2015 una tasa de cobro menor a 1 por ciento. Pero con el cambio de gobierno en el 2013, el sucesor en la presidencia de la Consar abandonó este compromiso y el descenso en los siguientes años fue muy lento. Además, la Consar sobrerreguló al SAR imponiendo fuertes costos a las administradoras, entre otros, las obligó a adoptar un costoso sistema de datos biométricos.
Una negociación que siempre ha sido encabezada por el presidente de la Consar ahora la lideró un funcionario recién designado en la SHCP. Es más, varias afores expresaron su beneplácito con el acuerdo alcanzado con la autoridad hacendaria. Surge entonces la pregunta de si no había un claro conflicto de interés, ya que el funcionario de la SHCP recién había dejado de fungir como presidente de la Amafore, es decir, quien hace unas semanas antes era el representante de la industria ahora es autoridad frente a sus antiguos agremiados.
Este conflicto de interés genera suspicacias de si en verdad la SHCP tiene el firme propósito de impulsar una reforma pensionaria profunda. Debe insistirse en que una reforma integral es urgente y no puede posponerse más (véase esta columna del 11 de enero del 2018).
A pesar de que estudios muestran que una comisión promedio de 0.78% es viable, todo indica que el ritmo de la baja de las comisiones seguirá con una tendencia lenta. Además, se perdió la oportunidad de restablecer un marco multianual de descenso. Ante esto, luego no hay que quejarse de si Monreal quiere meterles mano a las comisiones.