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Opinión

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Los impactos económicos en educación superior en México

Contar con estudios superiores permite incrementar en promedio el ingreso esperado para un joven.

La más importante inversión que puedes hacer, es en ti mismo.

Warren Buffett

El día de hoy se lleva a cabo en el auditorio de El Economista, el foro titulado “Impactos económicos de la educación superior en México”.

El evento, organizado por Mexicana de Becas, Fondo de Ahorro Educativo, por El Economista y por la Fundación El Economista, tiene como propósito promover la reflexión sobre temas relacionados con el estado y futuro de la educación superior en nuestro país, además sobre cómo afecta ésta, desde una perspectiva económica, en las personas y las familias.

Son varios los temas en los que resulta fundamental reconocer las implicaciones de la educación superior. No necesariamente en orden de importancia, el primero se refiere al efecto que tiene la educación superior como mecanismo de movilidad social y económica. A nivel mundial, México no es la excepción, contar con estudios superiores permite incrementar en promedio el ingreso esperado para un joven. De acuerdo con datos de la OCDE, un joven que tenga educación superior aspirará a un salario en promedio del doble de aquél que sólo cuente con educación media superior. Sin embargo, hoy se discute en el mundo si la educación mantiene su vigencia absoluta como el mecanismo de movilidad social y el mejor promedio salarial puede resultar engañoso.

De acuerdo con estudios realizados por el Banco Mundial, hoy ya es absolutamente indispensable analizar caso por caso y el entorno regional, para determinar el potencial retorno de inversión de los costos de la educación. Existen carreras que, dependiendo del costo que tenga cursarlas, no representan ya la garantía de acceder a un mejor salario o a que se recupere la inversión financiera que implicó el pago de colegiaturas.

Ello obliga a tener mejor información sobre el probable desempeño profesional de las carreras que se eligen, así como sobre la capacidad de cada institución educativa para vincular a los estudiantes con el mercado laboral.

Un segundo tema se refiere a la estructura actual de remuneraciones de los jóvenes egresados. Probablemente estemos en presencia del peor momento en términos de salarios reales para los egresados. Sin importar si se trata de estudiantes de universidades públicas o privadas, los ingresos para aquellos que recién se incorporan al mercado laboral son extraordinariamente bajos. En el caso de las instituciones educativas privadas de mayor costo, muy frecuentemente, los sueldos a los que se aspira como egresado son inferiores a los costos promedios de las colegiaturas que pagaron.

Lo anterior, puede generar una percepción esencialmente incorrecta, de que le educación superior ya no genera valor. Porque en los hechos, sin educación superior los salarios son incluso inferiores.

Otro tema se refiere al hecho de que, ante la notable restricción de la capacidad de gasto del Estado, se limita su posibilidad de hacer crecer la matrícula de las grandes universidades públicas del país, careciéndose de capacidad real para absorber la demanda de las últimas grandes generaciones de jóvenes que buscan acceder a la educación superior.

Ello, además, en medio de un contexto en el que aumenta consistentemente la proporción de jóvenes que busca acceder a la educación superior, indicador en el cual México se encontraba rezagado notoriamente respecto de otros países de similares características.

Por último, los costos de la educación hoy representan un aspecto que gravita sobre los ingresos de las familias. Los gastos educativos han aumentado su participación en el gasto de las familias, tanto por un mayor acceso como por el hecho de que la inflación educativa aumenta más rápido que la inflación general en los últimos 20 años.

Éstos, como la mayoría de los temas importantes para el país, requieren de la conjunción de acciones de política pública y de la participación del sector privado junto con la academia y la sociedad. Reflexionar crítica y constantemente para encontrar mecanismos que abonen a las soluciones de los problemas es fundamental. México ha entrado tarde a esta discusión. Por el bien de las familias y del propio país deberemos empezar a encontrar respuestas pronto.

El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo.

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