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Opinión

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Los mercados a la espera de la reacción presidencial

Hasta el cierre del viernes pasado los mercados parecían desinteresados de todo lo que sucedió durante las campañas electorales, incluida la injerencia presidencial en los comicios que se mantuvo hasta el último minuto, a pesar de que las leyes indican lo contrario.

El jueves pasado vimos una importante depreciación del peso frente al dólar, pero no se trató de una toma de posiciones ante la cercanía de la jornada electoral de ayer 6 de junio. Esa baja del peso de más del uno por ciento tuvo que ver con los datos positivos que presentaba la economía estadounidense y la posibilidad de que eso influyera en un cambio en la política monetaria de la Reserva Federal.

El viernes, cuando el reporte de creación de empleos en Estados Unidos decepcionó las expectativas que tenía el mercado, otra vez el peso recuperó algo de terreno, aunque se mantuvo en un ambiente de turbulencia, logró cerrar por debajo de los 20 pesos por dólar en la cotización interbancaria.

Eso es lo que mueve a los mercados cuando realmente no tiene razones para preocuparse por factores internos que puedan generar turbulencia.

La inestabilidad política interna que constantemente genera el gobierno federal sí afecta, por ejemplo, las posibilidades de que la economía pueda encontrar un buen ritmo de recuperación tras más de dos años de recesión, así lo ven los analistas que consulta el Banco de México.

Hasta ahora, los mercados financieros no han encontrado razones para estar angustiados con la estridencia habitual de la 4T.

Es precisamente en estas horas de la etapa postelectoral del proceso en marcha cuando se puede dar una diferencia entre mantener la calma y la atención en los temas habituales de los mercados globales o bien girar la vista hacia una preocupación local que incluya un posible intento de descarrilamiento democrático.

Seguro que la primera reacción que hoy tenga Andrés Manuel López Obrador será determinante para ese comportamiento de los mercados financieros. Si hoy se escucha al jefe del Estado mexicano haciendo un balance imparcial de una elección democrática donde unos ganan y otros pierden, será un buen indicio para la estabilidad.

Pero si, por el contrario, hoy toma la tribuna matutina un encolerizado jefe de un grupo político que no haya obtenido los resultados electorales soñados, puede ser un foco de alerta financiera.

Si el camino es la estridencia, lo que sigue es ver qué tan apegado a los canales legales e institucionales se mantiene un eventual reclamo. Si todo se conduce por la vía de la controversia postelectoral legal, será llevadero. Sin embargo, si el camino es el desconocimiento del proceso y de la autoridad, puede ser una sirena de alerta para los mercados.

Ayuda, y mucho, a mantener la ecuanimidad financiera el hecho de que hoy aterrice en México la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. Sobre todo, después de que la semana pasada el gobierno de Joe Biden dejó muy claro que la legalidad y la democracia son prioridades para su gobierno, dentro y fuera de sus fronteras. Y ésta es una de sus dos fronteras más cercanas.

EU, en la mira de inversionistas

Peso-dólar

El jueves pasado vimos una importante depreciación del peso frente al dólar, pero tuvo que ver con los datos positivos de la economía de EU.

Empleo

La economía estadounidense agregó 550,000 puestos de trabajo en mayo, lo que supone una recuperación.

Tasa de desempleo

La tasa de desempleo en EU se ubicó en 5.8% en mayo. Es la primera vez que baja de 6% desde el inicio de la pandemia.

enrique.campos@eleconomista.mx

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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