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Opinión

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Mejora generacional (II)

Cuando el nivel de bienestar, en un sentido amplio, aumenta de generación en generación y este fenómeno tiende a abarcar a la generalidad de las familias se puede afirmar que el país ha experimentado un proceso de desarrollo económico.

Apunté la semana pasada que una de las principales fuentes del incremento en el bienestar de la población es el cada vez mayor nivel del ingreso generado en la economía, crecimiento que se deriva tanto del aumento del acervo de capital físico y humano y del cambio tecnológico en los procesos de producción, siendo este el que incrementa la productividad factorial total y la retribución real a los factores primarios de la producción, capital y trabajo. Sin crecimiento sostenido del PIB por habitante no hay forma de que, de generación en generación, el nivel de bienestar aumente.

Una segunda fuente de bienestar es el universo de satisfactores que podríamos agrupar en el concepto de “calidad del lugar de residencia” y que básicamente se refiere al conjunto de bienes públicos que, al ser ofrecidos, le generan bienestar a los miembros de la comunidad, de forma tal que entre mayor sea la cantidad y sobre todo la calidad de estos bienes, mayor será el bienestar. Destacan dentro de estos seguridad pública personal y patrimonial, alumbrado público, recolección y tratamiento de basura, calles pavimentadas, vías de comunicación, la cadena del agua (recolección/extracción, purificación, distribución y tratamiento), escuelas y hospitales públicos, áreas verdes, instalaciones deportivas y culturales municipales y calidad ambiental.

Que estos bienes se ofrezcan, tanto en la cantidad adecuada, pero sobre todo que sean de alta calidad se constituye, por sí mismo, en una fuente de bienestar individual y comunitario. Además, al contribuir para aumentar el capital social, se convierte en un imán para la atracción de nueva actividad económica, particularmente de servicios, constituyéndose así en una fuente de generación presente y futura de ingreso y de mejora en el bienestar intergeneracional.

Los bienes públicos tienen dos características. Primero, no hay exclusión en su consumo es decir, se puede consumir el bien aunque no se haya pagado por este. La segunda es que, para los bienes públicos puros, no hay rivalidad en el consumo es decir, lo que un individuo consuma del bien no disminuye la cantidad disponible para los demás individuos. Dadas estas dos características es que es función del gobierno ofrecerlos ya que si dejasen en manos privadas, sobre todo por la no exclusión, la cantidad ofrecida sería menor a la socialmente óptima.

Ofrecer estos bienes cuesta y por lo mismo los gobiernos locales deben contar con las fuentes de ingresos que les permitan financiar su provisión, tanto en la cantidad óptima como en su calidad e incluyendo, obviamente, pagar por su mantenimiento y expansión. En general, los gobiernos locales tienen dos fuentes de recursos: las participaciones que reciban de otros niveles de gobierno (federal y estatal) e ingresos propios (impuestos locales y derechos) y dentro de estos últimos destaca el impuesto predial, mismo que tendría que ser su principal fuente de ingresos.

Es lo relacionado con este impuesto en donde se vuelve difícil encontrar el balance adecuado entre lo que los individuos están dispuestos a pagar, los gobiernos a cobrar y la demanda de bienes públicos. Así, los individuos demandan bienes públicos en determinada cantidad y calidad, pero simultáneamente pueden no estar dispuestos a contribuir para financiarlos mientras que, por otra parte, el gobierno puede no estar dispuesto a imponer el gravamen necesario para no enfrentar el costo político y por lo mismo no pueden ofrecer los bienes.

Romper este nudo es esencial para que la calidad de vida en la comunidad local sea alta y ello reditúe en mayor capital social, mayor actividad económica y mayor bienestar, presente y futuro. Para ello es crucial que el gobierno local muestre que es limpio, transparente y eficiente; solo así los habitantes estarán dispuestos a pagar por los bienes públicos que demandan porque, hay que señalarlo, la corrupción de muchos gobiernos municipales ha sido una constante histórica.

Twitter: @econoclasta

Economista y profesor. Caballero de la Orden Nacional del Mérito de la República Francesa. Medalla al Mérito Profesional, Ex-ITAM.

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