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No a la consulta para la revocación de mandato
No sé si se han puesto a pensar que pasaría si López Obrador perdiese la revocación de mandato.
Yo sé que la posibilidad de que eso suceda es prácticamente nula, tanto porque no va a lograrse el 40% de votos que se requieren para que la consulta sea válida, como porque la movilización que harán Morena y el gobierno por el “No”, garantizan que pase lo que pase, el presidente López Obrador seguirá hasta el fin del sexenio.
Vale la pena, sin embargo, sólo como un ejercicio de ficción, analizar qué pasaría si pierde la revocación y tiene que entregar la Presidencia.
Según la Constitución, en caso de que la gente vote a favor de la revocación, asumiría en forma provisional, por un mes, el presidente de la Cámara de Diputados y de inmediato se convocaría a reunión de congreso general, para que se erija en colegio electoral y nombre al nuevo presidente.
Señala la Constitución que, si la falta de presidente se da en los primeros 2 años de gobierno tendría que llamarse a nuevas elecciones, pero como la revocación seria en el cuarto año, el presidente nombrado por el Congreso quedaría hasta el fin del sexenio.
Para que haya quórum se requiere que haya una asistencia de dos tercios de los legisladores, mayoría calificada, pero para elegirlo se requiere sólo el voto de la mayoría absoluta, 50 + 1, por lo que el nombramiento quedaría en manos de Morena y sus aliados, o sea en realidad sería el propio López Obrador, jefe máximo de Morena, el que estaría nombrando a su sucesor.
El nuevo presidente sería por lo tanto una continuación de la Cuarta Transformación y su fuerza política dependería totalmente de lo que quisiera Lopez obrador. Algo similar de lo que pasó con el Maximato de Calles en donde se decía, “aquí vive el presidente, el que manda vive enfrente”.
Sería muy inocente pensar que López Obrador va a ceder el poder en una consulta, tiene el control total de Morena y como consecuencia el control de la mayoría en ambas cámaras, por lo que, en caso de ser revocado su mandato, se iría como Santa Anna a su finca, no a Manga de Clavo, sino a la Chingada y desde ahí seguiría gobernando el país.
El nuevo presidente sería una simple marioneta de López Obrador y su única alternativa para no ser sustituido, como paso con tres presidentes durante el Maximato, sería la disciplina total al jefe máximo.
Yo sé que es imposible que Lopez Obrador pierda la consulta sobre la revocación y que en caso de que se diera el milagro de que la perdiera, el seguiría manejando al nuevo presidente, por lo que no veo que caso tiene la consulta, ya que gane o pierda, va a seguir gobernando.
Creo que la revocación del mandato es una tontería que no debería existir ya que sólo crea inestabilidad y que la consulta es otra tomadura de pelo que va a llevarse a cabo sólo para satisfacer el ego de López Obrador.