Buscar
Opinión

Lectura 4:00 min

Planeta, ciudades e individuos y su relación con el uso de plásticos

Recientemente, como parte de los esfuerzos del Centro de Ciencias de la Complejidad C3 de la UNAM para abordar el tema del cambio climático, se indagaron los límites de nuestro planeta para sustentar la vida como la conocemos.

¿Qué tan cerca estamos de sobrepasarlos y de romper el equilibrio de los procesos de nuestro planeta, al grado de cambiarlo?

Hablar en términos globales, con una cantidad sustantiva de datos, es muy útil para dimensionar la situación de urgencia en la que nos encontramos, pero no más que eso.

Así, las ciencias de la sostenibilidad trabajan en un par de visiones complementarias, una de trayectoria (hacia dónde vamos y por qué) y otra social, la cual plantea una organización de abajo hacia arriba, y donde se pone como centro a las personas como problema, pero también como agentes determinantes de mitigación.

Esto no tiene que ver con una falta de ambición o que se pierda de vista el sentido de urgencia. Más bien, comprende la parte realista y práctica, dado que en las últimas décadas la visión en la que las instituciones y los gobiernos marcaban las directrices (organización de arriba hacia abajo), no ha dado los resultados esperados.

Comprender las ciudades es fundamental para abordar los principales desafíos actuales, desde el cambio climático hasta la resiliencia económica. En este sentido, tomar a las ciudades como punto intermedio entre las conductas humanas y el impacto global es de mucha utilidad para observar procesos y fenómenos en diferentes dimensiones y escalas.

Las ciudades están hechas por y para los humanos y en las últimas décadas han tenido un crecimiento importante; en número, extensión y densidad. Los residentes urbanos representan el 91% del crecimiento del consumo mundial.

Los patrones sociales en las ciudades, como el uso del automóvil, la forma en que consumimos bienes y servicios, así como la forma en la que realizamos nuestras actividades recreativas están impactando, no sólo el ambiente, sino nuestra salud y bienestar".

La idea de que los fenómenos como el impacto ambiental crecen en función al crecimiento poblacional ha quedado atrás. Un ejemplo de que esto no sucede es el caso del uso de los plásticos en nuestras actividades cotidianas. Su uso, y por supuesto su disposición como desechos en el ambiente en la última década, ha crecido considerablemente más rápido que la población.

¿Hacia dónde va el problema? Para responder a esta pregunta es necesario empezar a medir el fenómeno de una forma en la que no sólo se incluyan las cantidades, también es importante identificar su composición, su origen y el punto final de disposición como residuo dado que, en esencia son un producto químico e impactan a la salud humana.

La pandemia por la Covid-19 detonó, por una necesidad superior, un patrón de consumo conocido como “delivery” (entrega a domicilio) que implicó un incremento considerable en el uso de empaques de todo tipo. Sin la debida estructura metodológica y operativa, es difícil cuantificar este incremento y así, su impacto en el medio ambiente y en la salud humana como daño colateral.

¿Qué debemos y podemos hacer? Aunque el impacto del uso de plásticos está más relacionado con el deterioro ambiental, requiere ser abordado desde una visión integral de sostenibilidad ya que involucra patrones de consumo, al sector productivo (empresas) y su intrínseca implicación con fuentes de trabajo para miles de personas, a gobiernos, a organizaciones de la sociedad civil y a miembros de la academia.

Las organizaciones internacionales de conservación ambiental WRAP y WWF han comenzado en México una labor importante con la gestión del plástico a través de una iniciativa llamada Pacto de los Plásticos México.

Este Pacto ha convocado a los actores más relevantes de la cadena de valor del plástico y permaneciendo abiertos al público en general. Aunque hay momentos en los que el panorama se torna pesimista y divergente, las mesas y reuniones siempre terminan con ánimo de optimismo aterrizado en la realidad y por supuesto, en una actitud colaborativa.

El 20 de marzo habrá una presentación pública en CDMX del Pacto de los Plásticos México, con nuestro país sumarían 14 naciones adheridas a esta iniciativa, que busca la participación de empresas, gobiernos, academia, organizaciones de la sociedad civil y organizaciones industriales para reducir drásticamente la contaminación plástica. Este Pacto de los Plásticos México promete tener resultados por la voluntad y compromiso de los involucrados. Por el bien de todos, por la conservación de nuestro Planeta, que así sea.

*Marco A. Rosas Pulido es investigador del Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM y ha sido consultor del BID y PNUD (@MarcoRosas).

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete