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Plurinominales, ¿quién necesita de quién?
El pasado jueves Morena dio a conocer las fórmulas plurinominales para renovar —es un decir— el Senado de la República y la Cámara de Diputados. El proceso no resultó lo terso que el auténtico morenismo hubiera deseado debido al enojo que causó la adjudicación de candidaturas a un buen número de chapulines: elementos que brincaron de otros partidos, así como la elección de políticos ajenos a las localidades que van a representar.
Los partidos tuvieron como plazo para proporcionar al Instituto Nacional Electoral (INE) el elenco de sus candidatos al Congreso hasta ese jueves a las 12 de la noche. Aquellos elegidos, aunque no sean chapulines, pueden dar de brincos porque están a nada de vivir de presupuesto que aunque austero es generoso sabiéndolo ordeñar; los que ni siquiera obtuvieron una suplencia que comiencen a hacer méritos para ver si más adelante les toca, cuando menos, un reintegro.
No alcanzaría el espacio de la columna para poner a todos los que se salieron con la suya y, sobre todo, a todos los que el destino en forma de tómbola o dedo les negó la gloria. Comenzaré por los que la lógica más elemental indicaba que deberían de estar en las listas para el Senado; me refiero a las corcholatas: Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y Gerardo Fernández Noroña. Por su parte Ricardo Monreal encabeza la segunda circunscripción para la Cámara de Diputados. Como los lectores habrán notado en la nómina está ausente Manuel Velasco, aunque está presente en el equipo de Claudia Sheinbaum.
Me llama la atención que se hayan registrado para ser senadores por Morena el expriista, exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat; y el expanista, exgobernador de Chihuahua, Javier Corral. Así como el exfutbolista y todavía gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, este plurinominal a la Cámara de Diputados, al igual que el expanista Manuel Espino y el actor y cantante que participó en la Casa de los Famosos, Sergio Mayer (tendría más simpatía la trans Wendy). Los tres primeros mencionados en este párrafo responden a la pregunta formulada en el cabezal de la columna: ¿quién necesita a quién? El Movimiento de Renovación Nacional, necesita de su experiencia y prestigio de excelentes gobernantes o ellos necesitan del fuero que les otorga el cargo. Los otros dos, el exyunquista Espino y el exgaribaldi Mayer, no creo que cumplan con la estrategia político electoral de representar auténticamente al pueblo de México.
Quieren ser reelectas en el Senado la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández; la psicóloga y cantante oaxaqueña Susana Harp; la ebrardista guanajuatense Martha Lucía Micher y la petista Geovanna Bañuelos de la Torre.
De la misma forma que los arriba mencionados irán a la Cámara de Diputados, la economista Ifigenia Navarrete, la exsecretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, el líder minero Napoleón Gómez Urrutia y el papá de Checo Pérez, Antonio Pérez Garibay.
En Baja California, causó extrañeza que el expriista Fernando Castro Trenti se colara como pluri a una diputación. En Colima, al conocerse que la senadora Gricelda Valencia aspira a ser diputada fue enjuiciada por el legislador local Rubén Romo quien señaló: “A Manzanillo le siguen dando representantes que no son de la ciudad, en su casa los conocen”.
Dos sorpresas agradables son las de Paloma Saiz Trejo y la saxofonista oaxaqueña María Elena Ríos, suplentes de Gerardo Fernández Noroña y de Manuel Vázquez Arellano, respectivamente.
Falta mucho por hablar de los chapulines y de otros candidatos de la Coalición Juntos Haremos Historia Otra Vez. No todas, ni todos están preparados para, como dijo la dirigencia, “asegurar la congruencia ideológica y su compromiso con los principios del movimiento para consolidar el segundo piso de la transformación”.
Punto final
El país está tan politizado que estornudé en la calle, una señora dijo “salud”; otra grito “educación”; un señor voceo “empleo” y el de más allá “seguridad” y luego cantamos el Himno Nacional.