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¿Por qué la subcontratación combate la informalidad laboral?
Si hiciéramos una radiografía de nuestro país, nos encontraríamos con problemas muy graves y de sobra conocidos: los altísimos niveles de pobreza, la inaccesibilidad a derechos sociales como la salud y el trabajo digno, la precarización laboral y la ausencia total de seguridad social para la gran mayoría de la población.
Muchas veces, estos problemas causan otros más, como la imposibilidad de contar con una vivienda o una educación dignas. La consecuencia última de esta situación es, desgraciadamente, la violencia en todas sus manifestaciones: desde el joven que por no encontrar trabajo se une a las filas del crimen organizado hasta las mujeres que padecen violencia doméstica por no poder independizarse económicamente.
Sin embargo, no se hace hincapié en una de las principales causas de que México esté de cara a un panorama tan adverso: la informalidad laboral, una situación presente en todos los países del mundo y que se manifiesta con mayor intensidad en naciones como la nuestra, que —pese a los buenos avances que hemos conseguido— no terminan de desarrollarse plenamente.
En el mundo hay 2,000 millones de trabajadores informales, es decir, 61% de la población ocupada (PO). De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en África, 85.8% de los empleos son informales; en los Estados Árabes, la proporción es de 68.6%; en Asia y el Pacífico, de 68.2%... En contraste con lo anterior, en Europa y Asia Central, es de 25.1 por ciento.
En América Latina, la escala de informalidad ha crecido del 2014 al 2019, pasando de 49.5% de la PO a 51 por ciento. Si lo comparamos con el promedio de esta región, México es de los países con los peores índices, pues en el primer trimestre del 2020 contábamos con 31 millones de mexicanos laborando informalmente, 56.1% de la PO. Habrá que evaluar con detenimiento los estragos del coronavirus. Los mexicanos trabajamos mucho, pero la gran mayoría vive a salto de mata, sin saber si el día de mañana tendrá para comer.
Es fundamental comenzar a tomar cartas en el asunto. Para ello, en lugar de optar de nuevo por supuestas soluciones transitorias, que maquillan temporalmente los problemas pero que a largo plazo terminan por agravarlos, es necesario modificar la estructura laboral mexicana desde su raíz y, de ese modo, garantizar el empleo digno para todas y todos.
En este sentido, el destacado economista Santiago Levy ha expresado en diversas ocasiones que sería muy positivo universalizar la seguridad social en nuestro país. Este sería un paso definitivo para que todos los mexicanos puedan contar con atención médica y con una pensión independientemente de dónde hayan trabajado.
Diversos estudios recopilados por TallentiaMX demuestran que, cuando es utilizada con responsabilidad y profesionalismo, la tercerización contribuye a generar empleos formales. La información es contundente. En nuestro país hay alrededor de 7 millones de trabajadores subcontratados, los cuales, además de realizar sus labores de manera legal, reciben en promedio un salario mínimo más que el salario base de cotización al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La subcontratación ayudaría a migrar de la informalidad a la formalidad, puesto que el objetivo de la tercerización es, precisamente, generar empleos legales: reclutar trabajadores, capacitarlos, administrarlos y asegurarse de que desempeñen sus actividades de manera plena. Así se construyen las bases para que todos tengan una manera digna y productiva de recibir un ingreso, al tiempo que las empresas cuenten con personal eficiente.
Llevamos muchos años postergando las soluciones que verdaderamente pueden transformar a México. Para TallentiaMX es muy importante erradicar las malas prácticas laborales e incentivar la subcontratación, ya que ella combate la informalidad laboral y, de esa forma, los problemas más graves que encaramos como sociedad.
*El autor es director general de TallentiaMX.