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Soluciones globales para problemas globales
Adam Tooze es, desde hace rato, el historiador económico que con mayor solvencia ha desarrollado las narrativas más influyentes del debate económico actual. Famoso por su análisis de cómo los factores económicos fueron clave para el derrumbe de la Alemania Nazi y de dar cuenta de las causas y consecuencias de la crisis de 2008, Tooze de ha convertido en una voz, normalmente disonante, de lo que sucede en la economía del mundo. Hace unos días, en su blog y en el New York Times hace un punto que parece crucial en el debate actual en torno a la inflación y a los riesgos recesivos. Señala que la crisis inflacionaria global actual es producto de dos factores, uno es el incremento de la demanda después de la crisis del covid y la falta de insumos, debido a que las cadenas se dañaron precisamente por la pandemia.
Ahora, como el incremento de las tasas de interés se lleva a cabo por parte de todos los bancos centrales del mundo para fortalecer la moneda y abaratar las importaciones, así como para frenar la economía, entonces se tienen dos efectos: Se encarecen las exportaciones y se retrasan las inversiones para reconstruir las cadenas de valor afectadas por el covid. Eso genera inflación importada en otras naciones. De acuerdo con Hans-Werner Sinn, el prominente economista alemán, la revaluación del dólar por sí sola explica el incremento de los precios del petróleo en Europa expresados en euros un 25%, eso aparte del incremento generado por la escasez de la oferta, producto de la invasión de Rusia a Ucrania. Esto es, la política antiinflacionaria norteamericana generó mayor inflación en Europa. El resultado, como lo dice la cabeza del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, es el riesgo de una recesión global impulsada por el crecimiento inflacionario, el incremento de las tasas y las cadenas de valor todavía afectadas. Es decir, el incremento de las tasas por parte de todos los bancos centrales, ha generado la política monetaria más contractiva de la historia, lo que se suma al efecto recesivo del fin de las medidas de apoyo para atender la crisis derivada del covid.
El punto de Tooze es que el combate a la inflación, desarrollado por medio de políticas nacionales, está llevando a la recesión global, cuando lo sensato sería que hubiera una coordinación entre naciones para llevar a cabo una política global que permitiera atender el problema de restituir las cadenas y de detener el incremento de los insumos importados. Es una especie de dilema del prisionero, un país sube las tasas para abaratar sus importaciones, para combatir la inflación, pero encarece las exportaciones, lo que hace que otros países reacciones con un incremento mayor de tasas, y al final todos generan presiones de precios, lo que conlleva recesivas globales.
La política de tasas altas es la de empobrecer al vecino, dice el autor, el problema es cuando todos se empobrecen al mismo tiempo. Tooze considera que la recesión no es el único riesgo, sino que podríamos tener problemas crediticios serios en economías emergentes, ya que los bancos centrales de esas naciones no solamente han incrementado las tasas, sino también han hecho uso, y parcialmente agotado, su reservas, con los riesgos de devaluaciones abruptas que eso genera, además, el problema de la deuda en dólares de la empresas de esas naciones.
Por otro lado, incrementar las tasas por tanto tiempo, va a tener efectos devastadores en sectores enteros, como el inmobiliario, pero no va a resolver problemas como incrementar la oferta de gas o de microchips, por el contrario, cuando todos los bancos centrales suben las tasas a la vez, afectan el equilibrio de oferta-demanda global. Tooze piensa que, a pesar del evidente conflicto entre China y Estados Unidos, la coordinación de tasas, para evitar su incremento excesivo, es posible entre agrupaciones globales, como el Grupo de los Siete o la Indo-Pacífico.
No hacerlo podría implicar enorme incertidumbre y pérdidas económicas para millones de personas. De otra forma, las economías seguirán sin alcanzar el potencial que perdieron como producto de la crisis del Covid y los jóvenes que tuvieron que ser formados durante el encierro, ya ha habrá salido, pero sin oportunidades laborales, apunta Tooze.
Twitter: @vidallerenas