Lectura 3:00 min
Superpeso y sus razones
La percepción positiva que se tiene de una moneda nacional fortalecida, sin duda es un buen aliciente para las albricias en torno al buen funcionamiento de la economía mexicana en su conjunto. Sin embargo, hay que ser cauto en este terreno; no necesariamente la apreciación del peso ante el dólar, es una sintomatología inequívoca de que la economía transita en cabal salud. Y no se afirma ello para restar mérito alguno a la conducción de la política monetaria, pero estamos ante un grupo de circunstancias que por mucho exceden la decisión personal de cualquier funcionario dentro del gobierno, aún cuando la conveniencia lleve a varios a tratar de enraizar la idea de que la buena racha cambiaria, es por obra y gracia del talento y la sabiduría de aquellos que tienen obligaciones en la esfera público gubernamental.
En primer término, el flujo de dólares que ha llegado al país es un sólido cimiento de fortaleza. Ya sea por vía de incremento de exportaciones mexicanas, las cuales han tenido un comportamiento incremental a la alza desde 2021 debido a la reactivación económica post pandemia, o por la vía del aumento de inversión directa que, mucho tiene que ver, con la relocalización de ciertas cadenas de producción que se han dado, y se seguirán dando en el marco del nearshoring. No podría más que haber optimismo al tener una conjunción de estos dos escenarios que, con gran fortuna, han beneficiado a nuestro país sin duda alguna.
Por otra parte, la existencia de un diferencial de 600 puntos base respecto a los Estados Unidos, y como resultado de una política restrictiva por parte de nuestra banca central, es un factor que ha sido decisivo para el fortalecimiento del peso. Es en estos días que, el Banco de México, mantiene una tasa de interés que se establece en el 11.25% a diferencia de la establecida por la Fed, la cual está ubicada en los niveles de entre 5 y 5.25 por ciento.
Y finalmente, aunque por supuesto que podríamos incluir un largo enunciamiento de otros factores tangenciales, pero considero que es real la preferencia que existe actualmente en los mercados de dinero por invertir en el peso mexicano. En todos los análisis, a pesar de un entorno enrarecido en algunos rubros de política y polarización, el común de los mismos es que México no presenta riesgos de una inestabilidad macroeconómica a corto plazo. Por ello, ante otras monedas latinoamericanas, aunado a la perspectiva de inversión próxima por cercanía a los Estados Unidos, muchos apalancan su seguridad económica con inversiones en pesos.
Hay que insistir para no malinterpretarnos; es una gran noticia que el peso se ubique en los niveles de 17.5 pesos ante el dólar. Pero el optimismo desbordado tampoco es deseable sobre todo cuando estas circunstancias tenderán a normalizarse para fortalecer a una moneda que puede menguar, pero no desfallecer. El dólar ni remotamente está en declive.
Twitter: @gdeloya