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Opinión

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Telmex, ¿competencia imposible?

Convulsas, las últimas horas del segundo periodo ordinario de sesiones del segundo año de la LXV Legislatura del Congreso de la Unión. La reforma electoral tendrá que aplicar un “plan c”. La oposición unificada, pero sobre todo las pugnas internas, han frenado la iniciativa del Ejecutivo federal.

Un periodo extraordinario, en ciernes. El pleno del Senado de la República tendría más tiempo de corregir las deficiencias de las minutas provenientes de San Lázaro en materia electoral. Mientras la Cámara alta procesó las modificaciones a la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.

Anoche, los integrantes de la Comisión de Radio y Televisión —que preside José Antonio Álvarez Lima—atendieron una convocatoria extraordinaria, para sancionar un dictamen de reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones, aprobado a finales de la semana pasada por unanimidad en la Cámara de Diputados,

En la víspera, el abogado José Antonio García Herrera, presidente de la Cámara de la Industria de Radio y la Televisión, había acudido al recinto legislativo. Allí estaba el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, en el cabildeo del “plan b” de la reforma electoral. Pero el tema del representante de los concesionarios era, claramente, lograr el respaldo de la mayoría morenista a la propuesta de conceder una tregua a los empresarios del ramo que no han pagado la contraprestación por operar y explotar estaciones de radio y televisión.

Al menos 56 concesionarios cayeron en impago. Una decena suspendieron operaciones en plena pandemia. Y ahora, con la modificación al marco legal, accederían a facilidades para cubrir sus adeudos

¿Y el IFT? ¿Y la Secretaría de Hacienda? El sector telecomunicaciones también afronta un difícil cierre del 2022. Ni el órgano regulador, ni la Comisión Federal de Competencia Económica han podido limitar al actor dominante.

Ante el entorno adverso, la apuesta de los participantes para ser competitivos ha sido por las fusiones y adquisiciones, también propias de la industria. En los últimos seis años esa ha sido una constante entre los radiodifusores. Y también, entre los jugadores de la televisión mexicana. En esa ruta avanzarían Televisa y Megacable, de acuerdo con versiones no confirmadas sobre la fusión de sus negocios de cable e internet para competir contra América Móvil, de Carlos Slim.

Los mercados habían reaccionado de manera muy positiva a la información difundida por Reuters sobre la oferta hecha por Televisa, tanto que las acciones de ambas firmas de telecom se habían apreciado y analistas financieros calificaron a la posible transacción como clave para conseguir mejores condiciones de competencia en el mercado y como un catalizador para el negocio de televisión de paga de ambas compañías, de acuerdo con un reporte de Morgan Stanley.

Apenas si avanzaba ese rumor, cuando Megacable hizo público su rechazo a cualquier propuesta de la televisora de San Ángel. ¿Adiós a un takeover? La empresa de origen jalisciense dejó pasar una oportunidad irrepetible para expandir su negocio con ahorros significativos al no tener que desplegar infraestructura en mercados donde Izzi, de Televisa, ya opera.

¿Qué habrá evaluado la familia Bours para rechazar el que es quizá el único camino para sobrevivir ante la presión del actor preponderante? Televisa anunció que seguirá buscándolos para propiciar un acuerdo, sobre todo luego de que accionistas de Megacable les buscarán para externar su interés en la operación.

Periodista y columnista de El Economista, autor de Doña Perpetua: el poder y la opulencia de Elba Esther Gordillo. Elba Esther Gordillo contra la SEP.

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