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El auténtico costo de la incertidumbre
El crecimiento de la economía se mira incierto y no se vislumbran catalizadores que ayuden al repunte en el 2025. Los programas sociales y el incremento en el salario real, son elementos que podrían ayudar al repunte.

El Banco de México es autónomo y se dedica a controlar la inflación.
La semana pasada me comentaba un colega extranjero de visita en México que observaba un ambiente más positivo de lo que originalmente esperaba. Al final del día las variables financieras han mostrado estabilidad desde el mes diciembre, a pesar de la efervescencia política que hubo con el cambio de gobierno en el segundo semestre del año pasado y de la entrada del nuevo gobierno norteamericano, en donde el triunfo de Donald Trump en las elecciones de noviembre aumentó la incertidumbre.
Varias veces en este espacio hemos descrito como desde que el Banco de México ejerce su autonomía y se dedica a controlar los brotes de inflación, y gracias a la estructura de apertura comercial que tenemos en donde somos un exportador de manufacturas con poca dependencia de los precios de bienes básicos, en especial el petróleo, los ajustes en la economía no se realizan en un ciclo devaluación – inflación difícil de controlar, sino en la trayectoria del crecimiento. En ese terreno no se ven datos positivos.
Actualmente el crecimiento en México se encuentra estancado y muestra señales de desaceleración de una manera prácticamente ininterrumpida desde el cuarto trimestre de 2022. Durante todo 2024, la economía mexicana se expandió 1.3%, por debajo de las expectativas del consenso de analistas (1.6%). Aunado a ello, el cuarto trimestre del año pasado la economía registró una variación de (-)0.6% t/t, siendo su primera contracción desde el tercer trimestre de 2021. Una posible contracción en el período enero-marzo de 2025 provocaría una recesión técnica (dos períodos consecutivos con contracciones).
¿En dónde se visualizan las causas del freno? las inversiones se han visto frenadas debido a la cautela que existe tanto por factores externos (posible implementación de tarifas arancelarias por parte de Trump) como por factores internos (incertidumbre ante reformas constitucionales). En especial, a partir del tercer trimestre de 2023 se ha observado una desaceleración en la construcción, sobre todo fundamentado en la finalización de obras emblemáticas gubernamentales; desde agosto del 2024, las tasas anuales en este rubro han registrado contracciones continuas.
Asimismo, la debilidad económica actual se puede observar en indicadores como la producción industrial, la cual lleva cuatro meses consecutivos disminuyendo a tasa anual, así como un consumo privado con una trayectoria a la baja (variable que representa cerca del 50% del PIB). La desaceleración se hace más notoria en las cifras del sector manufacturero. En 2021 y 2022 las tasas de crecimiento anual de dicho sector se ubicaron por encima del 16%, mientras que para 2023 y 2024, la tasa anual de crecimiento disminuyó a 4.0% y 4.8%, respectivamente. Aunado a ello, un subsector fuertemente afectado especialmente durante el año pasado fue el automotriz; mientras que las tasas de crecimiento anual se situaron en dos dígitos durante 2021, 2022 y 2023, el año pasado disminuyó a 2.64%.
Es claro que el panorama luce menos positivo si nos concentramos en los aspectos en donde se concentran los ajustes de la economía desde hace ya más de dos décadas. El crecimiento por debajo de su potencial implica un rezago que, de prolongarse, se vuelve difícil de resarcir y puede trasladarse a la afectación entonces sí de las variables financieras.
Hacia delante, los riesgos para el crecimiento se encuentran sesgados a la baja. No identificamos catalizadores relevantes que puedan impulsar a la economía durante 2025. Algunos factores que podrían por lo menos sostener un crecimiento moderado serían los programas sociales otorgados por el gobierno y el aumento salarial en términos reales.
Sin embargo, no hay un panorama muy optimista en la parte de inversión ante la incertidumbre que generan los temas políticos tanto en el exterior como a nivel local. El equipo de análisis económico de Invex estima un crecimiento de 0.8% durante este año, la economía se seguirá ajustando, aunque el valor del dólar no cambie mucho o la tasa de interés descienda marginalmente.