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Opinión

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Sin defensa

El nuevo régimen que se construye a pasos agigantados y en medio de un desorden total, deja indefensos a los ciudadanos ante cualquier abuso por parte del gobierno central. En medio de una crisis constitucional donde existen dos poderes que no aceptan la autoridad del otro para tomar decisiones, la disputa entre los poderes Ejecutivo y el Legislativo que ya se han fusionado en beneficio del primero, y un poder Judicial en proceso de desaparición sin que exista una alternativa para su funcionamiento cotidiano, llevan al país al caos producto de un fenómeno de ingobernabilidad y destrucción institucional. 

La angustia social producto de este escenario de incertidumbre, no es percibida por los sectores que apoyaron ciegamente la continuidad de la 4T y que sostienen la viabilidad de un proyecto de país sin importar sus notables carencias económicas y democráticas. Independientemente de la gravedad que implica la pérdida de soberanía territorial a manos del crimen organizado, la desaparición de instancias legales capaces de contener las arbitrariedades de un gobierno todopoderoso y al mismo tiempo ineficiente, dejan a la población sin protección alguna en todos los terrenos.

El miedo acumulado durante la administración AMLO en torno a la posible construcción de un Estado autoritario, sin instituciones ni responsabilidad financiera, se ha vuelto una realidad durante los últimos años del sexenio anterior y el primer mes de la administración Sheinbaum. La rapidez y el desaseo de la reforma judicial en el ámbito parlamentario, ratifican el temor de que una mayoría calificada pudiese cometer barbaridades que nadie estaría en condiciones de contener.

La sombra de una crisis económico–financiera producto de un déficit fiscal inmanejable, debido a las presiones de gasto por parte de los sectores más extremistas de la 4T, aunado a la falta de disciplina política de Morena ya sin la presencia física del caudillo, incrementan la angustia en una ciudadanía que se siente indefensa y sin recursos para enfrentar la tormenta que se avecina.

Hasta este momento no existe señal alguna de alejamiento del gobierno de Claudia Sheinbaum con respecto a su antecesor. Esto implica que será ella la que cargará con la responsabilidad total y absoluta de la debacle que se producirá como consecuencia principalmente de la incompatibilidad entre el programa cuatroteísta de gobierno y lo recursos reales existentes para ello.

Frente a este panorama, no hay defensa alguna para un ciudadano común que no tiene ni el dinero ni los contactos con el gobierno ni autoridad judicial alguna que puedan paliar los efectos de un régimen autoritario, ineficaz y eventualmente sometido a una presión de gasto incontenible. Gana el gobierno centralizado y débil, y pierde el mexicano de a pie.

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Ezra Shabot Askenazi es Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México. Analista político y catedrático universitario con 22 años de trayectoria en la UNAM. Como académico ha sido jefe del Departamento de Ciencias Sociales y Jefe de Planeación Académica en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Acatlán.

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