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Opinión

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México tiene un ingreso gubernamental bajo

Tal condición, pese a contar con un índice de capital humano similar al de otros países con alta recaudación; puede deberse a una serie de factores internos, como alta informalidad, evasión fiscal y limitaciones en la base tributaria.

México se encuentra en una posición particular dentro del grupo de economías emergentes y de países miembros de la OCDE. En términos de recaudación e inversión pública, muestra características particulares que lo diferencian de otras naciones con niveles de desarrollo similares. Analizar el ingreso y el gasto del gobierno mexicano en comparación con economías similares es fundamental para entender las fortalezas y retos de las finanzas públicas del país. En este artículo, abordaremos cómo se sitúa México respecto de otros países en estos aspectos, utilizando el índice de capital humano como una referencia clave. 

Una de las observaciones más frecuentes al analizar las finanzas públicas mexicanas es que el país “recauda poco y gasta poco” en comparación con otras economías de tamaño y características similares, particularmente las del G20 y los miembros de la OCDE. En la Figura I, se muestra el ingreso gubernamental general como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), tomando en cuenta tanto el sector público federal como el ingreso recaudado por entidades estatales y municipales.

Para 2022, el ingreso general del gobierno en México representaba el 24.2% de su PIB. Comparado con países como Brasil (43.2%), Argentina (33.4%), y España (42.3%), nuestro país se encuentra en una posición relativamente baja. De hecho, está 13.5 puntos porcentuales por debajo del promedio de los miembros de la OCDE, que es del 37.7%. Este contraste explica una estructura fiscal que limita la capacidad del Estado para financiar proyectos y programas a la escala que se observa en otros países.

En términos de desarrollo humano, representado por el Índice de Capital Humano (ICH), que considera factores como la esperanza de vida y el nivel de escolarización, la tendencia general indica que, a mayor capital humano, mayor es el ingreso que los gobiernos suelen recaudar en proporción a su PIB. Sin embargo, México muestra un ingreso gubernamental bajo incluso cuando se controla esta variable, lo cual es evidente en el gráfico, en el que el país se encuentra por debajo de la curva promedio que relaciona el ICH con el porcentaje de ingreso gubernamental.

El desarrollo humano se considera una variable fundamental para el desarrollo económico de un país, y su correlación con los ingresos gubernamentales está bien documentada en estudios de organismos financieros internacionales. La teoría de desarrollo sugiere que países con mayores niveles de capital humano suelen recaudar más, lo que les permite invertir en infraestructura, salud, educación y otros servicios esenciales. Sin embargo, México, a pesar de contar con un índice de capital humano similar al de otros países con alta recaudación, tiene un ingreso gubernamental que es comparativamente bajo.

Esto puede deberse a una serie de factores internos, como la alta informalidad en la economía, la evasión fiscal y las limitaciones en la base tributaria. Además, México ha mantenido un esquema fiscal conservador, con un enfoque en la estabilidad y el control de la deuda, lo cual restringe su capacidad para incrementar la carga fiscal y, por ende, los ingresos.

Gasto gubernamental, en comparación con otras naciones

En la Figura II, se ilustra el gasto gubernamental general de México, que incluye las erogaciones de todos los niveles de gobierno, también expresado como proporción del PIB. Para 2022, el gasto gubernamental en México representó el 28.5% de su PIB, una cifra que nuevamente es baja en comparación con el promedio de la OCDE, que alcanza el 40.8%. Al comparar el gasto con el ingreso, se observa que México tiene una diferencia de más de 4 puntos porcentuales del PIB, que es cubierta principalmente a través de financiamiento y deuda.

Este diferencial entre ingresos y gastos refleja una dependencia del endeudamiento para cubrir el gasto público, un factor que puede ser riesgoso en contextos de incertidumbre económica como el que vivimos actualmente. A diferencia de otros países con sistemas fiscales más robustos, México enfrenta restricciones que limitan su capacidad para aumentar el gasto público sin recurrir al financiamiento externo.

La discrepancia entre el ingreso y el gasto en México está influenciada por factores como la estructura económica, las políticas fiscales y el entorno social. La alta informalidad en el mercado laboral implica que una gran proporción de la población no contribuye directamente al sistema fiscal. A esto se suman otros retos, como las exenciones fiscales en ciertos productos y servicios, y de manera importante la evasión de impuestos.

Además, el debate sobre la sustentabilidad fiscal en México ha sido un tema central para organismos internacionales. Según el Banco Mundial, una política fiscal sólida es necesaria para mantener tasas de crecimiento sostenido e inclusivo. Sin embargo, el bajo nivel de ingreso y gasto del gobierno mexicano limita su capacidad para implementar políticas de desarrollo más ambiciosas que mejoren la calidad de vida de la población.

La brecha entre ingreso y gasto pone de manifiesto la necesidad de financiamiento externo para cubrir los compromisos del gobierno mexicano. Esta situación puede observarse en el crecimiento de la deuda pública y en los déficits fiscales que han caracterizado a las finanzas públicas del país en los últimos años. Si bien el financiamiento permite mantener el gasto público a corto plazo, su sostenibilidad a largo plazo depende de la capacidad del gobierno para aumentar sus ingresos o para reducir su dependencia de la deuda.

En comparación con economías como la de España o Argentina, México tiene un margen limitado para maniobrar en términos de gasto público sin incrementar su deuda. Esta situación resalta la necesidad de una política fiscal más activa que permita una mayor recaudación y un equilibrio en las finanzas públicas.

En conclusión, la comparación de las finanzas públicas de México con economías similares evidencia una estructura de ingresos y gastos relativamente limitada. Con un ingreso gubernamental de solo el 24.2% del PIB y un gasto de 28.5%, México se encuentra por debajo del promedio de la OCDE en ambos indicadores. Esta situación limita las capacidades del Estado para invertir en sectores la salud, educación e infraestructura.

La relación entre el índice de capital humano y los ingresos y gastos del gobierno muestra que México tiene un margen considerable para mejorar en ambos aspectos. En la medida en que el país pueda incrementar su recaudación de manera eficiente, tendrá la capacidad de reducir su dependencia del financiamiento externo y aumentar su inversión en el desarrollo humano.

La discrepancia entre el ingreso y el gasto en México está influenciada por factores como la estructura económica, las políticas fiscales y el entorno social.

En la elaboración de este artículo colaboraron Dante Preisser Rentería y Víctor Colosio Merino.

Gráfico EE

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