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Nuevo gobierno
Mañana, Claudia Sheinbaum asumirá como la primera mujer presidenta de México. Su gobierno enfrenta desafíos, como el crimen organizado, la concentración de poder y la crítica de Estados Unidos, mientras la oposición permanece debilitada.
Después de un largo proceso político, finalmente el día martes 1 de octubre tomara posesión la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer presidenta de México.
En estos seis años de gobierno, mucho ha cambiado el rostro del país, la concentración del poder en la figura del presidente, el control político, la pulverización de los organismos constitucionales autónomos y ataques desmedidos al Poder Judicial. Todo lo que haga contrapeso al poder presidencial es molesto para la llamada 4T.
La lánguida oposición política decidió cambiar impunidad por entregar sus partidos y terruños. No hay actores que puedan limitar el inconmensurable poder de la nueva presidenta.
Al inicio del mandato, dos son las variables que pueden descarrilar el proyecto del segundo piso de la 4T. En primer lugar, el crimen organizado que trae una fiesta interminable. López Obrador entrega el estado de Sinaloa en llamas al país.
La nueva relación entre los jefes de la policía y el crimen organizado es un factor de potencial desestabilización. El saldo de la herencia maldita de Felipe Calderón, para citar a los morenistas y el total fracaso de la estrategia de reconstitución del tejido social y el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, hizo que la política de seguridad de la 4T fracasara estrepitosamente.
Por otro lado, el gobierno de Estados Unidos ha señalado los hierros y los riesgos que se corren con las políticas impulsadas por la 4T, incluyendo la reforma al Poder Judicial.
Un tercer punto que parece en control es el poder político y económico del que gozan las Fuerzas Armadas dentro de los gobiernos morenistas.
Dichos riesgos mantienen independencia de las tareas de reconstrucción que el gobierno federal habrá que llevar a cabo inmediatamente en Guerrero, producto de las lluvias, así como los desastres naturales que se deriven de la temporada de huracanes.
Para los fans de Andrés Manuel López Obrador, mañana será la última de las mañaneras, así que, como decía Álex Lora: “abuelita, prende la grabadora que voy a salir en la tele”.
Querido lector, el nuevo gobierno apunta a una continuidad con una presidenta acotada por los operadores y las reformas de AMLO. ¿Cuánto durará la transición? ¿Dos meses o seis años? Hasta la próxima.