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Sector Financiero

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El problema principal es que no crece

Desde Washington, Jacob Funk Kirkegaard, del Peterson Institute, explicó que Grecia necesita un acuerdo para tratar de alcanzar viabilidad económica y así pagar a sus acreedores.

Grecia completa cinco años de poner a la zona euro al centro de la incertidumbre mundial.

Desde el 2009 que comenzó a destaparse su inmenso y maquillado déficit fiscal, hasta la prórroga que obtuvo del Fondo Monetario Internacional (FMI) para pagar 1,600 millones de euros al cierre de este mes, no ha alcanzado la estabilidad que, en cambio, lograron sus pares emproblemados como Portugal, Irlanda, España y Chipre.

La diferencia radica en el modelo económico comercial, según economistas del Center for European Policy Studies, el think tank europeo Bruegel y el Peterson Institute.

De acuerdo con Daniel Gros, director del Center for European Policy Studies, los llamados países de la periferia de la eurozona lograron compensar, al menos en parte, el golpe que recibió la demanda interna con los recortes al gasto a partir de un aumento de las exportaciones.

Grecia en cambio, consignó en un análisis, registró desequilibrios en cuenta corriente superiores a 10% del Producto Interno Bruto (PIB) desde la década anterior a la crisis, lo que indica que la economía dependía mucho del financiamiento externo para mantener su nivel de consumo e inversión.

Con ello concuerda Silvia Marcerl, de Bruegel: el comercio exterior total de Grecia apenas representa 12% del PIB.

Como el déficit exterior se aproximó a 13% del PIB en el 2008, Grecia tendría que haber duplicado el peso de su sector exportador a cerca de 25% del producto para compensar el desplome de las importaciones y el consumo interno tras el estallido de la crisis , refirió.

Frente al abismo, otra vez

Desde Washington, Jacob Funk Kirkegaard, del Peterson Institute, explicó que Grecia necesita un acuerdo para tratar de alcanzar viabilidad económica y así pagar a sus acreedores.

Cada crisis se vuelve más dolorosa para Grecia y reduce el capital político para las negociaciones de Syriza, el partido socialista en el poder , constató.

En un análisis expresó que la falta de rumbo económico ha puesto a los griegos en una espiral de altísimo costo humano.

Y es que la severidad de la recesión económica y el sometimiento del gobierno a la austeridad han reducido al mínimo al sector privado y a sus empresas, limitando la capacidad de generar ingresos suficientes para subsistir.

Si Grecia hubiese experimentado el crecimiento de las exportaciones, seguramente no habría sufrido una recesión tan profunda , consideró.

Y con una maquinaria produciendo, seguamente lo que menos le preocuparía al gobierno griego sería el pago de la deuda.

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