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Esfuerzo médico sin precedentes para hallar una vacuna
De 115 proyectos documentados hasta ahora para el combate del virus, cinco están ya en desarrollo clínico.
No hay precedentes para el momento que vive la humanidad, no solamente por la fenomenología sanitaria global que ha puesto en entredicho a los gobiernos y sus políticas de salud y económicas y ha obligado a gran parte de los habitantes de la aldea global a replegarse. Prueba de esa condición inédita es la velocidad, escala y coordinación internacional para el desarrollo de una vacuna contra la pandemia del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19.
Ese esfuerzo global hasta el momento ha sido rastreado, registrado y medido por un equipo de especialistas de la Coalición para la Preparación e Innovación frente a Epidemias (CEPI, por su sigla en inglés), con sede en Oslo, Noruega; entre ellos, el biólogo molecular y celular mexicano Raúl Gómez Román, doctor en Ciencias por la UNAM. El resultado: un panorama mundial sobre la carrera conjunta para el desarrollo de vacunas contra el coronavirus publicado por la revista Nature a través de su portal oficial, a partir de la lista autorizada por la Organización Mundial de la Salud y alimentada con los reportes de instituciones públicas y privadas de cuatro continentes.
En él se reporta que, hasta este fin de semana, el panorama para la investigación y desarrollo de fármacos contra el Covid-19 considera 115 vacunas candidatas, de las cuales 78 están confirmadas como activas, mientras que 37 no se pueden confirmar por su limitada información pública. De los 78 proyectos en activo, 73 se encuentran en investigación o estatus preclínicos. Los cinco restantes, los más avanzados, se encuentran en la etapa 1 de desarrollo clínico, es decir, que han iniciado pruebas en voluntarios sanos a menor escala y, en caso de tener resultados positivos, en las siguientes instancias podrían aplicarse en pacientes infectados o a mayor escala.
Las cinco vacunas candidatas más avanzadas y sus laboratorios identificados por la CEPI son: mRNA-1273, de los laboratorios Moderna; Ad5-nCoV, de CanSino Biologicals; INO-4800, responsabilidad de Inovio; LV-SMENP-DC y el agente patógeno aAPC, ambos a cargo del Shenzhen Geno-Immune Medical Institute.
La investigación reporta que de las vacunas en activo, 56 (72%) están a cargo de industrias o desarrolladores privados y, aunque algunas multinacionales como Janssen, Sanofi, Pfizer y GSK se han sumado al esfuerzo, la mayoría de los proyectos líderes privados en la carrera es pequeño o sin experiencia en la fabricación de vacunas a gran escala. Los 22 restantes (28%) son encabezados por instituciones académicas, públicas u organizaciones sin fines de lucro.
Las sedes de los desarrolladores de las vacunas candidatas, especifica el reporte, se distribuyen a lo largo de 19 países, los cuales suman más de tres cuartas partes de la población mundial. Norteamérica concentra 36 de estos laboratorios (46%) confirmados en activo, mientras que China, el resto de Asia junto con Australia, así como Europa, concentran 14 proyectos cada uno (18%, respectivamente).
Sobre América Latina, el reporte aduce la ausencia de datos suficientes para cuantificar, aunque aclara: “en estas regiones sí existen marcos regulatorios y capacidad para la manufactura de vacunas”.
Tan inédita es la velocidad y escala del esfuerzo, explican los especialistas, que es viable que al menos una vacuna esté disponible bajo un protocolo de emergencia para principios del 2021, lo cual significará una paso trascendental en esta industria y en el sector salud, toda vez que una vacuna en promedio requiere de al menos 10 años de desarrollo.
“Se requiere una minuciosa evaluación sobre la efectividad y seguridad en cada paso”, aseguran. (Con información de Nature).