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Comercio exterior, con impacto diferenciado por apreciación del peso

Para un exportador de una materia prima, el aguacate, por ejemplo, sí implicaría que sus exportaciones valgan menos; para un importador de gasolina, sus ingresos le rendirán más.

Para especialistas, varios factores confluyen en el balance total, en un país en donde hay libre comercio en la parte sustancial de las exportaciones e importaciones, y la libre flotación en el tipo de cambio.

Para especialistas, varios factores confluyen en el balance total, en un país en donde hay libre comercio en la parte sustancial de las exportaciones e importaciones, y la libre flotación en el tipo de cambio.

La apreciación del peso tiene impactos diferenciados en el comercio exterior, consideró Raúl Feliz, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).

Para un exportador de una materia prima, el aguacate, por ejemplo, el mayor valor del peso frente al dólar implica que sus exportaciones valgan menos en términos de la moneda estadounidense cuando tenga que pagar sus costos domésticos en moneda nacional, como puede ser la mano de obra.

Por otro lado, para un importador de gasolina, sus ingresos en pesos por la venta de este combustible en México le rendirán más para las compras de ese producto en Estados Unidos.

En un punto intermedio están los productores de manufacturas, una gran mayoría de los cuales importan insumos desde Asia para producir bienes finales en México y exportarlos a Estados Unidos.

El peso ha cotizado alrededor de 17 unidades por dólar, un nivel no visto desde el 7 de diciembre del 2015; pero en Asia las monedas se han depreciado frente al dólar durante lo que va del año, alrededor de 10% en el caso del yen y 7% en el del renminbi.

Por consiguiente, expuso Feliz, los insumos, partes y componentes que importan las empresas a México desde esos países asiáticos se han abaratado y benefician, en esa proporción, a las empresas que los incorporan a productos terminados y vendidos en el exterior en dólares.

Pero al mismo tiempo, esas mismas empresas han visto incrementar sus costos relacionados con la producción local, incluidos los bienes intermedios, la mano de obra o los servicios, entre otros.

Feliz dijo que el impacto del tipo de cambio es más complejo de lo que pudiera considerarse a primera vista, porque depende de cada sector industrial o de cada empresa en particular.

Lo cierto es que varios factores confluyen en el balance total, en un país en donde hay libre comercio en la parte sustancial de las exportaciones e importaciones, a la vez que libre flotación en el tipo de cambio.

Desde un ángulo más amplio, Feliz destacó que el fortalecimiento del peso frente al dólar es positivo para el país, en la medida que no afecte la estabilidad financiera, el empleo, las exportaciones y otros indicadores clave de la economía mexicana. En esta coyuntura, Feliz consideró que en México se debe invertir y consumir más, incrementando la demanda doméstica.

Por último, opinó que el Banco de México o la Secretaría de Hacienda deberían intervenir, en el margen posible, para evitar que se siga apreciando el peso, que ha aumentado su valor en los últimos tres años, porque hay acciones como el que las empresas se endeuden más en dólares, con mercados especulativos que pueden generar presión en sentido contrario en el tipo de cambio.

La apreciación del peso está asociada con la conducción prudente de las políticas fiscal y monetaria, el equilibrio de las cuentas externas, los flujos de remesas y el diferencial de tasas de interés frente a otras economías, entre otros factores.

roberto.morales@eleconomista.mx

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