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Biotecnología e Inteligencia Artificial llevan a jóvenes mexicanos a triunfar en EU

Un plástico biodegradable hecho con la corteza del jonote; un biopolímero de plátano y una solución de inteligencia artificial que sirve para predecir los precios del maíz son algunos de los proyectos con los que estudiantes concursan en el Intel ISEF 2018.

Los jóvenes mexicanos conocen los problemas que existen en su comunidad y en el país y quieren resolverlos a través de la ciencia y la tecnología. Durante una semana, del 13 al 18 de mayo, 22 estudiantes originarios de distintos estados del país participan como finalistas de la Feria Internacional de Ciencia e Ingenierías (ISEF, por su sigla en inglés), organizada por Intel y la Sociedad para la Ciencia y el Público de EU, que este año se lleva a cabo en la ciudad de Pittsburgh, Pennsylvania.

Yucatán, Nuevo León, Quintana Roo, Chihuahua, Sinaloa, Coahuila, Hidalgo, Jalisco, Estado de México y Querétaro son las entidades que están siendo representadas por este grupo de jóvenes, quienes demuestran que el desarrollo científico y tecnológico en México no está concentrado en la capital de país, debido sobre todo a que estos estudiantes han sido capaces de identificar problemas específicos en su entorno y han puesto manos a la obra para resolverlos.

Todos estos jóvenes innovadores fueron finalistas de la Feria Nacional de Ciencias e Ingenierías, realizada por el Consejo Nacional de Ciencia y la Tecnología (Conacyt) y es por esto que ahora tienen la oportunidad de presentar sus proyectos en la feria preuniversitaria de ciencia y tecnología más grande del mundo y aspiran a obtener uno de los premios que entrega la organización del evento.  

Café como larvicida natural

De acuerdo con David Hernández Garza, estudiante de la preparatoria de la Universidad de Monterrey, en Nuevo León, existe en este estado del país la creencia de que los residuos del café ahuyentan a los mosquitos, por lo que él y su equipo, integrado también por Vanessa Salazar Balboa y Adrián Villarreal Castillo, estudiaron este fenómeno y descubrieron que efectivamente, el café no sólo ahuyenta a los mosquitos sino que es un larvicida natural. Las mediciones que estos alumnos levantaron demuestran que el café tostado es el que tiene el mejor efecto a la hora de eliminar las larvas de los mosquitos, pero los residuos de café también tienen un importante efecto en la reproducción del mosquito causante de enfermedades como el dengue, la fiebre amarilla y el zika.    

Jonote y cebada, materias para la elaboración de bioplásticos

El jonote es un árbol endémico de México cuya madera se usa sobre todo para la elaboración de artesanías y papel. Yadira Guadalupe Fernández, estudiante del Colegio de Bachilleres del estado de Hidalgo, está usando este tipo de árbol a la vez que las plumas residuales de distintos tipos de aves para crear un bioplástico, un proyecto al que llamó Jonotec. De acuerdo con Yadira, además de que se genera un nuevo tipo de material plástico que es completamente biodegradable, también está ayudando a su comunidad, al demostrar que es posible obtener valor de lo que la mayoría de sus habitantes desechaban como residuos. 

Otra idea para crear un plástico biodegradable también proviene del estado de Hidalgo, se trata de CEBA-TIC, un proyecto de Uriel Gutiérrez y Alejandro Domínguez, del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo, quienes lograron generar biopolímeros a partir de la cebada. De acuerdo con estos estudiantes, el estado de Hidalgo es el segundo en producción de cebada a nivel nacional, por lo que además de estar resolviendo el problema de la contaminación por plásticos no degradables, también están contribuyendo a la economía local.      

Plátano para crear nanopartículas y reanimar la tierra

Tanto Jorge González Sevilla, del estado de Jalisco, como Irvin Feliciano Siles y Cruz Salazar encontraron en el plátano la materia prima perfecta para lograr sus objetivos: limpiar el ambiente y darle a la tierra los nutrientes que requiere para la siembra. Estas ideas también comenzaron al intentar resolver un problema local: en el caso de Jorge, él quería mejorar la calidad del aire en Guadalajara, la capital jalisciense, mientras que el objetivo de Irvin y Cruz fue reanimar en campo de Chihuahua.

Hasta el momento, Jorge ha sido capaz de crear nanopartículas de una forma económica y sostenible y que, espera, más adelante serán capaces de absorber la contaminación del ambiente, e Irvin y Cruz lograron producir un biofertilizante que funciona como una alternativa que provee a las plantas, en este caso se experimentó con chilaca, los nutrientes necesarios, además de que es fabricado a partir de materiales que los mismos miembros de su comunidad proveyeron, con lo que se creó a partir de un modelo cooperativo.   

Hongos que comen baterías

Las baterías contienen metales que son tóxicos para el ser humano y para el medio ambiente. La mayoría de las soluciones al desecho  de este tipo de componentes que, en esta era tecnológica son indispensables, suponen la mera acumulación de los mismos, lo que no garantiza que la tierra en donde son enterradas quede libre de los residuos tóxicos.

Es por esta razón que Elizabeth Martínez y Sarahí Sosa, estudiantes de la Escuela Preparatoria 108, en el municipio de Acambay, Estado de México, analizaron la interacción entre los hongos Pleurotus ostratus y Penicillium digitatum y los residuos de baterías y lo que encontraron es que el Penicillium digitatum degrada con relativa facilidad los elementos tóxicos que se encuentran en el interior de las pilas.    

Inteligencia artificial para predecir el precio del maíz

En México, a nivel nacional, el cultivo de maíz es fundamental para la vida no sólo de aquellos que lo consumen, es decir la gran mayoría de los mexicanos, sino también para quienes siembran y cosechan miles de millones de toneladas de este cereal cada año. Uno de los estados que alberga buena parte de esta producción anual de maíz es Sinaloa, de donde son originarios Mario López Nájera y Jesús Lugo Yolimea, quienes desarrollaron varios algoritmos de Inteligencia Artificial con el objetivo de predecir el valor del maíz, durante lapsos de entre uno y ocho años, con el fin de que los agricultores de su estado sepan lo que obtendrán incluso antes de sembrar.

De acuerdo con los estudiantes del Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa, utilizaron tres tipos de algoritmos de IA: k vecinos más próximos, máquinas de vectores de soporte y Redes Neurales Artificales y descubrieron que estas últimas alcanzaban una precisión bastante cercana en cuanto a los precios del maíz ya reconocidos. Sin embargo, quieren que su desarrollo sea más preciso por lo que buscan agregar más datos sobre cosechas además de otras variables, como el estado del clima, la región, el precio del dólar, la variedad del país y también buscan desarrollar una aplicación para que estos cálculos puedan ser consultados por cualquier persona.      

rodrigo.riquelme@eleconomista.mx

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