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El sueño de Hiroshi Ishiguro es que los humanos convivan con los androides
El futurista japonés está desarrollando androides que puedan interactuar y conversar con los humanos.
El japonés Hiroshi Ishiguro quiere borrar las líneas entre los humanos y la inteligencia artificial.
El director del Intelligent Robotics Laboratory inició su exploración de la inteligencia artificial como una curiosidad infantil y desde el año 2000 ha estado desarrollando androides que en un futuro puedan generar conexiones interpersonales con nosotros los humanos.
Desde su laboratorio en Osaka, Ishiguro recibió la mayor beca de investigación que otorga el gobierno japonés para su trabajo experimental, para que en un futuro cercano estos androides se vuelvan objetos de compañía para el mundo del aislamiento interconectado.
Sus androides Geminoid tienen la capacidad de mostrar intenciones emocionales y son capaces de reconocer y responder a estímulos no verbales. Sus creaciones parecen humanos a tal grado que Ishiguro ha creado prototipos en su semejanza.
El futurista japonés considera que estos androides son para que los humanos puedan sentir una conexión real con una máquina. Por eso, ha basado sus investigaciones y desarrollos en habilitar una comunicación directa y responsiva. Es decir, son capaces de entender y descifrar los elementos que nos hacen únicos como especie.
Los japoneses utilizan el término Sonzai-kan para describir el concepto de humanidad, aunque Ishiguro asegura que no hay una palabra exacta en otros idiomas para definirlo, pero él lo describe como “el sentir de los humanos”.
“Cuando nosotros cerramos los ojos, podemos oír que hay algo ahí. La pregunta es, ¿cómo podemos replicarlo y representar el Sonzai-kan en un androide?”, dijo Ishiguro a El Economista tras su ponencia magistral que ofreció en Inc MTY.
“Si un humano está ahí, nosotros sentimos algo diferente”.
Ishiguro asegura que uno de los retos más complejos para sus creaciones ha sido desarrollar una piel que pueda generar un estímulo para sus contrapartes humanas. Ishiguro se pasó dos años tratando de desarrollar una piel que pudiera alargarse para poder asimilarse a la de los humanos
Además del componente físico, el desarrollo de expresiones faciales y habilidades de conversación es otro de los retos más complejos para sus androides.
Estas herramientas son las que le ayudan al humano a desarrollar confianza y ayudan también a que el robot pueda conocer mejor las necesidades de su interlocutor de carne y hueso… “Es muy importante darle a los robots intenciones y deseos, porque esperamos tener más robots humanos amigables. Un robot humano puede adivinar nuestras intenciones y nuestros deseos y ese les permite dar más servicios a los humanos”.
Los robots quieren ser tus amigos
Además, Ishiguro quiere que seamos capaces de diferenciarlos de los robots mecanizados que en un futuro reemplazarán a la fuerza laboral humana. Este cambio permitirá que los humanos podamos dedicar más tiempo al aprendizaje y a otras disciplinas y que el robot se encargue de los trabajos sencillos.
El futurista japonés es enfático que estos androides no buscarán aprender o replicar otras habilidades humanos como aprender a tocar un instrumento. “Nosotros estamos desarrollando un robot adulto, y los adultos no aprendemos mucho”, dice en tono bromista. Pero Ishiguro cree que utilizando una red neuronal, el androide podría aprender otras habilidades.
A diferencia de otros desarrollos de inteligencia artificial como Sophia, un robot que con herramientas de machine learning puede aprender a través de las interacciones y conversaciones con humanos — y que recientemente recibió el estatus de ciudadano en Arabia Saudí—, los androides de Ishiguro están idealizados para que puedan ser una compañía para los humanos.
“Creo que los robots podrán ser una pareja [para los humanos] en el futuro cercano y la gente podría elegirlas cómo compañía”. También cree que estos androides pueden ser de gran ayuda para personas con discapacidades físicas o a aquellos a los que les cueste trabajo socializar con otros.
Aunque la idea ha sido exploradas en novelas de ciencia ficción y cintas como Robot & Frank o la saga de Blade Runner, el planteamiento de Ishiguro parte una necesidad humana para comunicarnos con el otro y generar nuestros propios vínculos emocionales y códigos lingüísticos.
A diferencia de los replicantes y los Terminators, los androides Geminoid no tienen planeada nuestra destrucción como especie, ellos quieren ser tu compañía.
antonio.becerril@eleconomista.mx