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El sueño de tener casa en Europa: Vivienda compartida, un modelo disruptivo
El sector residencial comienza a adoptar esquemas de economía colaborativa
Mientras que sectores como el automotriz, aviones privados y yates han logrado consolidarse con opciones de economía compartida, la vivienda se suma a este modelo a través del segmento vacacional, con esquemas que permiten ser dueño solo de una fracción.
Carlos Emilio Gómez , director general y cofundador de Vivla, explicó que la propiedad fraccionada inmobiliaria atiende principalmente al mercado de personas que buscan una segunda vivienda, pues esto permite no requerir habitar todo el año y así, acceder a unidades de mayor valor y contar con los beneficios de ser propietario.
“(El modelo) Permite comprar algo mucho mejor de lo que se podría normalmente, a un costo menor y con más flexibilidad”, explicó el directivo.
“Nuestro modelo exige perfiles (de inversionistas) con una visión diferente, más innovadora, flexible y ahí los emprendedores son un mercado muy afín”.
De acuerdo con Vivla, el modelo permite ser propietario desde un octavo de la vivienda, hasta un máximo de la mitad, con lo que todas las viviendas pertenecerán al menos a dos o hasta ocho inversionistas, por medio de una sociedad mercantil, que regula a los participantes.
“Permitimos el acceso a un producto de alto consumo, que hoy en día es difícil: la segunda vivienda. Lo hacemos de una forma flexible, dinámica y ágil, y permitimos convertir lo que es un gasto, el vacacional, en una inversión”, detalló el directivo de la startup.
Si bien, el sector de la vivienda va retrasado en lo que corresponde a modelos de negocio compartidos, Gómez reconoció que en parte ha sido por la complejidad de la industria y los montos de inversión requeridos.
Tener casa en España es posible con “socios”
Los modelos de copropiedad de vivienda ya son posibles a nivel nacional, por lo que la apuesta de Vivla es permitir a sus inversionistas hacerse de una fracción de un propiedad residencial en zonas turísticas de España como Ibiza, Marbella, Mallorca, pero también buscan atender a los viajeros de negocios que buscan zonas urbanas como Madrid.
“Para el mercado mexicano y latinoamericano tenemos el producto urbano, que es de lujo, con activos inmobiliarios que valen 3 o 4 millones de euros, que se pueden comprar de manera fraccionada”, detalló el cofundador de Vivla.
Así, desde una inversión de entre 200,000 y 250,000 euros, la startup ofrece opciones de real estate en España, ya sea entre inversionistas de México y Venezuela, pero también para clientes del norte de Europa.
Una oportunidad en medio de la emergencia
Vivla surgió a finales del 2021 como un modelo que encontró en el confinamiento por la emergencia del Covid-19 una oportunidad de desarrollo.
El empresario relató que al observar que los trabajadores encontraron oportunidad de trabajar a distancia, conectados desde cualquier parte del mundo, los inversionistas se decantaron por la posibilidad de adquirir un lugar de residencia en zonas de mayor comodidad.
“La crisis y ciertos eventos catalizan la innovación, cambian las reglas y hace que todo mundo empiece a pensar de forma diferente, que antes no se lo planeaban”, consideró.
Actualmente Vivla cuentan con un portafolio de cerca de 25 viviendas, mientras que sus objetivos son facturar hasta 12 millones de euros este año.