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Jalisco y Guanajuato forman alianzas en la industria del calzado

El objetivo es sumar esfuerzos para enfrentar problemas como el contrabando y las políticas predatorias del sector comercio, así como desarrollar proveeduría propia para dejar de depender de China.

 

Foto: Archivo

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Guadalajara, Jal. Las industrias del calzado de Jalisco y Guanajuato, que en conjunto fabrican casi 80% de la producción nacional, se aliaron para enfrentar juntos los grandes retos que afectan a ese sector. 

El presidente de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Jalisco (CICEJ), Luis Quirarte Bernaldez, dijo a El Economista que la industria nacional sigue siendo afectada por el ingreso al país de calzado importado ilegalmente, falta de proveeduría, inflación y las “políticas predatorias” del sector comercio.

De acuerdo con el dirigente de la CICEJ, la industria del calzado en México produce anualmente 225 millones de pares y 90 millones ingresan al país ya sea por contrabando bronco o técnico.

Esto quiere decir que 71% del calzado se fabrica en México y 29% es importado principalmente de China y de Brasil”, destacó el industrial.

En Jalisco, la industria del calzado tiene entre 1,200 y 1,300 unidades de trabajo que dan empleo a cerca de 25,000 personas, y solo la entidad representa 30% de la producción nacional.

Prácticas predatorias

Quirarte Bernaldez explicó que además de enfrentar la competencia desleal que supone el calzado importado, las empresas locales —en su mayoría micro y pequeñas— padecen las “políticas predatorias” del sector comercio, principalmente de las grandes cadenas de tiendas que extienden hasta 90 días o más el plazo para pagar a los fabricantes.

“Incluso, a nivel legislativo, ya hay una propuesta de ley donde si tú eres una pequeña o microempresa, no se te puede pedir más de 30 días de crédito; muchas veces nos piden 30, 60, 90 o más días de crédito y también otro problema es que muchas veces nos hacen partícipes de sus descuentos”, comentó el dirigente de la industria en Jalisco.

Explicó que si las tiendas departamentales ofrecen descuentos al consumidor final, en automático trasladan esos descuentos al momento de pagar a los fabricantes.

“La cuestión es que sabemos cuánto vendemos pero no sabemos cuánto vamos a cobrar…El problema es que, cuando ellos aplican sus descuentos, tú tienes contemplado recibir un 80% de tu precio y en realidad, a veces recibes hasta 60% o quizá menos”.

Luego de precisar que este 2022 la industria del calzado recuperó 90% de la actividad que tenía antes de la pandemia, el presidente de CICEJ anticipó que el próximo año, el sector prevé un crecimiento de entre 5 y 6%, para lo cual apostará por la especialización en nichos específicos “porque es un mercado que está menos competido y mejor pagado”. 

estados@eleconomista.mx

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