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La Red Compartida será el Fobaproa de las telecomunicaciones
La Red Compartida vivió anoche una de sus anécdotas más prendidas durante los 19 meses que lleva de retraso. Nueve notables conversaron sobre el proyecto; identificaron sus bondades, retos y complicaciones, y terminaron con el argumento de que más cobertura y más capacidad en servicios móviles es necesario, pero no por la vía de esta red.
La red compartida todavía no es una realidad pero ya tiene una larga historia. Anoche, un grupo de notables entre especialistas de la academia, la industria, la tecnología y el Congreso se reunieron para cuestionar la existencia de este proyecto que en la letra pretende ampliar la cobertura de servicios móviles, atendiendo sólo a operadores al mayoreo y no directamente al consumidor.
Los ponentes fueron nueve: siete que descargaron contra la red y dos que se pronunciaron a favor de la misma. Uno de ellos tenía que serlo, ya que su empresa ha manifestado un formal interés en operarla mediante una alianza con terceros en consorcio. El otro era un funcionario público, al que sus colegas del gobierno federal lo habían dejado solo, pero que resistió y respondió a los comentarios que se lanzaron a sus dos costados, porque entonces los pronunciamientos ya no eran contra la viabilidad de la red compartida, sino sobre la existencia y autonomía del regulador mexicano en telecomunicaciones.
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El hecho ocurrió a dos semanas de que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes postergara por 50 días más, hasta el 17 de noviembre próximo, el fallo definitivo para conocer al ganador del contrato que construirá y operará esa red de servicios móviles, a través de una ancho de banda de 90 MHz pertenecientes al espectro de los 700 MHz, el mismo que se recuperó tras el proceso del apagón analógico y que según los expertos en tecnología puede llevar más lejos la cobertura de servicios móviles, hasta los pueblos más alejados de México, pero que también, a consideración de los analistas de mercado, su viabilidad financiera se complica por la coyuntura económica y el disparo del tipo de cambio peso-dólar.
El lugar, uno de aquellos salones del Palacio de Minería que a la vista asemeja la Cámara de los Comunes del Parlamento Británico por la disposición del auditorio, del mobiliario, el color y por la altura de la bóveda del salón. Sin embargo, los que hablaron durante los 150 minutos que duró aquella conferencia fueron quienes pueden ser calificados como los lores de la industria en México por su extenso conocimiento y preparación de años en el sector, y porque la prensa no tuvo la oportunidad de cuestionar mientras duró la misma, sólo en el patio, cuando ya todos se marchaban; de hecho, dos de los ponentes dejaron entrever que los medios de comunicación intentan ser utilizados por aquellos que desde el gobierno pretenden confundir a la sociedad acerca de que la red compartida será un beneficio para los mexicanos, cuando no existe garantía de ello y Ruanda, que ha configurado una red similar, no puede ser referente de éxito para México, pero sí lo que los mexicanos puedan aprender de las naciones de la OCDE, insistieron.
El argumento base de aquellos siete que cuestionaron la llegada a buen puerto de la red compartida, entre ellos un economista, un abogado, un senador, un director de empresa y un ingeniero, y convocados por la iniciativa privada y la academia de ingenieros que miraban todo desde el costado derecho del salón, fue el que tiene que ver con que el espectro que el Estado concederá para ese proyecto es todo tan bueno para los servicios móviles, como para entregarlo todo desde un inicio a un proyecto del que se tiene certeza de nada.
"Este es un tema de desarrollo que nace de lo ingenieril, que migra a lo económico y que busca lo social", fue la frase del director de The Competitive Intelligence Unit, Ernesto Piedras, que resumió la conferencia, también las mismas dudas de muchos sobre la red compartida y que se llevó algunos elogios de la prensa que lo escuchó, pero que no fue el comentario más incisivo y ni tampoco el más aplaudido.
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Este, "más que un tema técnico, es un tema de desarrollo integral. Se está empeñando un compromiso de desarrollo integral. Estamos en un parteaguas de desarrollo. Este es un modelo económico que no garantiza que sea modelo de negocio. Este modelo no tiene precedente y no tiene garantía, y pareciera que en estas condiciones macroeconómicas Queremos más y queremos mejor Debemos seguir discutiendo y es cierto, está escrito en la Constitución y en la Constitución podemos seguir mejorando los modelos de cobertura y precio", continuó el director de The CIU.
Tocó el turno al único represente del Estado que tuvo que salir a defender el proyecto que puede convertirse en el legado del actual gobierno federal en materia de telecomunicaciones. A la cita estaban invitados la subsecretaria de Comunicaciones, Mónica Aspe Bernal, y el director del Promtel, el ex comisionado Fernando Borjón; ambos, según los organizadores, pretextaron no poder asistir para no vulnerar temas jurídicos del mismo proyecto de la red compartida.
Así que Mario Germán Fromow tomó el micrófono y con voz calma pidió a la academia de ingenieros que lo oía a tener un voto de confianza por el proyecto. Todo iba bien, hasta que el comisionado, ingeniero de formación, calificó como un nuevo paradigma de operación de redes y de ampliación de cobertura a este proyecto, pues esa oración encendió los ánimos de los demás oradores.
"La red es un mandato constitucional; que pudiera haber habido otras formas de utilizar este espectro, sí; otras soluciones más eficientes, sí. Pero hay un mandato constitucional y lo que tenemos que hacer es cumplir al pie de la letra lo que dice ahí", dijo el comisionado Fromow y añadió: "Si esto es un éxito a nivel internacional, va a cambiar totalmente el esquema de las telecomunicaciones a nivel mundial; por eso hay muchos opositores, porque hay un cambio total de paradigma, es un proyecto interesante".
Aquél fue el comentario que poco gustó a todos los que se hallaban a sus lados, pues trajeron a la mesa el argumento de que el Estado no debe ser un empresario, sino garante de que se cumplan las leyes. Vino entonces una zarandeada de palabras contra el funcionario, como no ocurría desde aquella vez en que el fallecido secretario de Comunicaciones, Juan Molinar Horcasitas, salió apaleado del Congreso tras los ataques del Partido del Trabajo un día de octubre del 2010.
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"Yo no soy ingeniero, pero sí sé que la banda de 700 MHz es la banda de mayor uso el día de hoy. Sí sé que con una sola radiobase se puede cubrir lo que necesitarías diez radiobases en la banda de 1.7 GHz o en las bandas que tiene Telefónica. Sí sé que con la banda de 700, con mucha menor inversión en infraestructura puedes tener mucha mayor capacidad, mucha mayor cobertura y mucho mayor servicio. También sé que esos 90 MHz no los tiene ni Obama", argumentó el líder del Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones, Gerardo Soria. Él no lo sabía, pero esa noche se llevaría las palmas.
"90 MHz para una red que no tiene ni un minuto de tráfico me parece una bestialidad. Regalar esos 90 MHz, me parece una aberración. Ya que lo que es de todos es de nadie y los que administran el erario, como están administrando el dinero de todos, poco les importa. Los operadores privados pagan 100 por un espectro de menor calidad y al que gane el proyecto se le va a vender en diez, un espectro de mucha mayor calidad. Ya sé: que todo el mundo se va a quedar sorprendido con lo que hacemos en México; Ruanda se va a sentir nada comparada con nosotros; Alemania nos va admirar y el Reino Unido se va a querer unir con nosotros. Somos tan inteligentes, que estamos haciendo algo que a ninguno de ellos se les ocurrió", dijo el presidente del Idet.
Gerardo Soria advirtió la necesidad de repensar la viabilidad de mercado con la red compartida, antes de que empiece a operar y ningún tercero le compre capacidad. Telcel-AT&T-Movistar ya tienen cobertura que llega al 85% del país, como para que tengan necesidad de contratarle tiempo aire a esa red y los operadores móviles virtuales o MVNOs que serían otros clientes logran apenas el 0.6% del negocio móvil, por lo que tampoco son clientes seguros para la red compartida, insistió el especialista.
"Los únicos clientes serán Telcel, Movistar y AT&T y los MVNOs y probablemente no le quieran comprar ni un minuto. ¿De qué va a vivir esta red o en cuatro años la vamos a rescatar? El Fobaproa de las telecomunicaciones. Todo porque a un grupo de políticos les pareció buena idea copiar a Ruanda. No estamos ante un paradigma; estamos ante la vuelta del Estado como un operador. Honestamente, esta red la vamos acabar pagando todos".
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Javier Lozano, senador por el PAN, reconoció que el proyecto de la red compartida tiene poca viabilidad y que siempre se manifestó en contra de su aprobación: "hay cosas que aunque estén en la Constitución no dejan de ser estupideces", resumió.
Vuelta al micrófono, Mario Fromow, comisionado del IFT, solicitó a los demás exponentes explicar a qué se referían con calidad y buena cuando hablaban al respecto de la banda de 700 MHz y también les contó de otras cuatro bandas "tan buenas en calidad", como las de 600 y de 800 MHz y las bandas altas. Y de paso recordó al senador Lozano que él aprobó y sin reservas el proyecto de la red compartida en el Congreso. En respuesta, aquel congresista, conocido por muchos como un asiduo tuitero, cerró su ponencia con la expresión "hashtag, pobre país".
erp