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México tiene en la 5G una oportunidad para acortar la brecha digital: Ericsson
Iván Rejón, jefe de estrategia y marketing para Europa y Latinoamérica en Ericsson, pide no ser tan radical cuando se habla de que las redes de quinta generación o 5G terminarán con la Neutralidad de la Red y, en cambio, anima en entrevista con El Economista a creer en los servicios de valor agregado y la competitividad que la 5G puede generar para México.
Iván Rejón, jefe de estrategia y marketing para Europa y Latinoamérica en Ericsson, es ingeniero en telecomunicaciones por formación profesional. Su paso por el colegio Télécom París y la Universidad de Stanford o en la consultoría con Everis le dan respaldo para platicar sobre dos temas que son álgidos en México en cuanto la Neutralidad de la Red y el empuje de la cobertura con redes de comunicación 5G.
Rejón, especialista en espectro radioeléctrico, Big Data, Internet de las cosas y Neutralidad Tecnológica, pide no ser tan radical cuando se habla de que las redes de quinta generación o 5G terminarán con la Neutralidad de la Red y, en cambio, ánima en entrevista a creer en los servicios de valor agregado y la competitividad que las redes 5G pueden generar para México.
—¿Las redes 5G significan mayor velocidad o posibilidad de nuevos procesos? ¿Cómo lo entienden en Ericsson?
—La 5G la entendemos como una nueva ola tecnológica y con mucho apoyo en 4G. No es una tecnología que implique un despliegue totalmente nuevo de infraestructura, pero que apoyándose sobre 4G sí supone una revolución en prestaciones y servicios.
En cuanto esas prestaciones hay una muy inmediata que se refleja en empresas, gobiernos; en distintas verticales y que es un mayor ancho de banda y una mayor velocidad de proceso, pero además hay una serie de prestaciones que califico de superlativas como pueden ser una reducción de la latencia, una gestión de millones de dispositivos por kilómetro cuadrado y además estamos hablando de una mayor eficiencia energética y de capacidad de gestión de datos mucho mayor, porque 5G facilitará el despliegue de soluciones de inteligencia artificial (AI), de Big Data y otras aplicaciones de comunicación masiva y de Internet de las cosas (IoT). Las redes 5G además ofrecen una serie de funcionalidades de tiempo real que posibilitan una serie de prestaciones diferenciadas para un particular caso de uso.
—Con diferenciación o discriminación de red, según el término apropiado, ¿lo que se entiende como concepto de neutralidad de red se redefiniría con la 5G?
—Cuando hay una determinada aplicación (…) No es lo mismo un servicio masivo orientado al usuario residencial donde éste puede requerir un determinado ancho de banda y quizá una determinada latencia si además estamos hablando allí, por ejemplo, de una solución de cloud gaming, pues esto ya no es ciencia ficción, a una solución con un caso de uso en una cirugía robotizada a distancia, donde se requieren prestaciones enormes de la red en términos de ancho de banda, de latencia y de fiabilidad de la propia conexión. 5G posibilita hechos que también podrían haber facilitado tecnologías anteriores, sólo que 5G lo hace todo mucho más flexible y más eficiente; ofrece una capacidad de uso diferenciada para esos casos de usos que requieren aplicaciones extremas.
—Tras la historia ocurrida en Estados Unidos con la neutralidad de redes entre gobierno, usuario, operadores y fabricantes, ¿qué posición tienen ustedes? ¿Puede convivir este concepto de la Neutralidad de la Red con las redes 5G?
—Absolutamente sí. Antes que la propia Neutralidad de la Red de servicios de la que hablamos se debe hablar de Neutralidad Tecnológica y el tema va mucho más allá. Esto porque 5G permite soportar distintos servicios con distintas prestaciones, por lo que abogamos por una política regulatoria que permita acceso abierto y no discriminatorio a internet, pero que también permita la vida de prestaciones diferentes para servicios que puedan ser diferentes, para que ocurra que algunos servicios que son críticos puedan convivir con algunas prestaciones que no son tan críticas.
La postura de Ericsson está en que nosotros apoyamos un acceso a internet abierto y no discriminatorio, y apoyamos un entramado que facilite ese acceso, pero también por lo que abogamos está en que determinados servicios y aplicaciones requerirán prestaciones diferentes y para ello será necesario que los operadores puedan ofrecer estos servicios diferenciales en aras de una mayor innovación, beneficios al ciudadano y que se permita soportar una mayor inversión continuada para promover estos servicios diferenciales. No son incompatibles, son fundamentales.
—¿Tendría un ejemplo sencillo para comprender eso de diferenciación?
—5G permite que, por ejemplo, tú puedas atender servicios como ambulancias, bomberos; situaciones críticas como monitoreo de tiempo real, como el accionar de un ferrocarril, y eso ya lo hacemos con un tren de Suiza, en que se garantiza en tiempo real un ancho de banda para las comunicaciones críticas y se garantiza también un ancho de banda para los servicios masivos, para ese pasajero que quiere disfrutar de su Spotify. Esto significa asegurar en primer lugar las aplicaciones de supervisión del tren, que es lo que permite 5G. Entonces, mantener una interpretación excesivamente radical sobre la 5G penalizaría muchos servicios de valor añadido y la innovación.
—La prensa pinta a 5G como una tecnología con capacidad para hacer posible eventos de ciencia ficción, ¿pero qué puede hacer por un país con millones de desconectados rurales como es México?
—5G debe verse también por México como un factor para cerrar la brecha digital. 5G, al ser una tecnología más eficiente y con las prestaciones de las que antes hablaba, puede facilitar el despliegue de servicios públicos que de alguna manera no permiten redes como 3G, 4G o incluso la fibra óptica en donde no es viable desplegar fibra. Por ejemplo, podríamos hablar del despliegue de soluciones de e-Health con telemedicina o teleasistencia; inclusive con servicios de alto valor con los diagnósticos remotos, que tampoco es ciencia ficción porque ya lo estamos testeando. En zonas remotas se podrían hacer consultas, análisis o llevar y traer muestras de sangre a través de drones conectados; por supuesto, habría que definir bandas licenciadas para garantizar la fiabilidad.
En educación, se puede acercar a las zonas remotas hacia los lugares con los mejores centros educativos, como puede ser el caso de la Ciudad de México, ofreciendo contenidos en tiempo real y haciendo interacción. En agricultura, se podrían usar drones para optimizar los fertilizantes o los plaguicidas para maximizar las cosechas, que eso repercute mucho en los números del agricultor. Otro sector es el uso de la maquinaria pesada en zonas remotas. En Chile y Suecia ya estamos evaluando ese tipo de servicios.
—En México un operador devolvió frecuencias en la banda de 850 MHz y hay quien propone explotarlas en servicios públicos o en una combinación con CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos y/o con la Red Compartida. ¿Sabe de todo esto?
—Los países europeos están inmersos en liberalizar la banda de 700 MHz y esa banda (de 850 MHz) está muy cerca, porque tiene condiciones de cobertura muy nobles; entre menor es la frecuencia es mayor su alcance. México puede ser creativo. Si la va a utilizar para algo de 5G, sería muy acertado. Y viene la banda de 600 MHz.
Hay distintos modelos que se exploran en varios países. En algunos se están tomando varios acuerdos entre operadores para llegar a todas esas zonas y esto se hace más viable si se facilita el entorno regulatorio para que no se obligue a todos los operadores a llegar a una zona rural y desplieguen servicios donde no tiene sentido; hablamos de que puede también haber esquemas de compartición de red o esquemas donde hay una figura de operador neutro que facilite llegar a zonas desatendidas y desplegando infraestructura para que terceros puedan vender servicios. Hay varios modelos, un proveedor de infraestructura neutra y que los operadores radiaran desde su banda y su cobertura. El espectro y los activos están mejor gestionados en manos de los operadores.
—¿Cómo le explicaría a una empresa mexicana que una tecnología como 5G, de inteligencia artificial o de Internet de las cosas puede volverla más competitiva en su negocio?
—5G es un apalancamiento. Los países y las empresas deben entender cuáles son los grandes sectores económicos, las grandes industrias y así avanzar sobre ese tipo de digitalización. 5G puede significar nuevas fuentes de ingreso, de valor y experiencia. En España, donde se rodaron capítulos de la serie “Juego de Tronos”, la industria está desplegando soluciones de realidad inmersiva con 5G y eso les está permitiendo poner valor al acervo cultural de España y generar competitividad. México puede también generar valor y competencia.
kg