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Pemex recupera mercado en gasolinas y diésel después de cuatro años

En coincidencia con la mayor producción interna y las quejas de los privados de mayores obstáculos para la importación, la estatal elevó de 80 a 82% su participación de mercado en gasolinas y de 70 a 77% su cuota en diésel.

Durante el primer trimestre del año, Petróleos Mexicanos (Pemex) puso fin a una racha de cuatro años de perder mercado en la comercialización de gasolina y diésel, en coincidencia con una mayor producción local de petrolíferos y en medio de quejas de importadores y comercializadores privados por crecientes obstáculos de la autoridad que limitan sus negocios.

A través de su propia producción e importaciones, de enero a marzo Pemex satisfizo 82% del consumo nacional aparente de gasolina (producción, más importación, menos exportación), que fue de 725,000 barriles diarios, lo que significó un aumento de dos puntos porcentuales con relación al primer trimestre del 2021, de acuerdo con cálculos a partir de los datos reportados por la Secretaría de Energía (Sener) en su Sistema de Información Energética.

Durante el primer trimestre del año, la producción de Pemex creció 15.7% a 284,000 barriles diarios, mientras que sus importaciones subieron 9.3% 314,000 barriles diarios, de modo que su oferta creció 12.3% a 598,000 barriles diarios.

La reforma energética del 2013 instruyó la apertura a la competencia privada en todas las fases de la cadena de valor de los hidrocarburos, pero no fue hasta el 2016 en que se hizo efectiva la posibilidad de que privados pudieran importar combustibles directamente y hasta el 2018 que los privados empezaron a quitar mercado a Pemex, lo cual venía sucediendo cada año hasta este 2022.

Tomando como referencia los primeros trimestres de cada año, en el 2021 los privados consiguieron su máxima participación de mercado, al aportar 20% de la oferta para satisfacer el consumo aparente, cifra que cayó a 18% a marzo de este 2022, luego de que sus importaciones cayeran 3% a 133,000 barriles diarios en promedio.

En el caso del diésel, la cuota de mercado de Pemex pasó de 70 a 77% de la demanda aparente, que fue de 303,000 barriles diarios a marzo. Este salto reflejó, sobre todo, el incremento de 21% que tuvo la producción de la petrolera a 150,000 barriles diarios, ya que su importación bajó 4.7% a 83,000 toneles por día, en promedio.

El volumen de este producto traído por los privados al país desde el exterior cayó, por su parte, 21.8 por ciento. Como en el caso de la gasolina, el 2021 había sido el mejor para los importadores privados desde que se abrió el mercado, pues lograron agenciarse 30% del mercado. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha planteado la meta de que Pemex abastezca por completo el mercado mexicano nuevamente, para lo cual ha destinado inversiones para el reacondicionamiento de sus seis refinerías, la construcción de una nueva en Dos Bocas, Tabasco, y la compra de una más, en Deer Park, Texas (que era una coinversión con la holadesa Shell.

Obstáculos para permisos

Con ese objetivo en la mira, en diciembre del 2020 la Sener modificó las reglas para el otorgamiento de permisos de importación de combustibles, eliminando los permisos con vigencia de 20 años, lo que, según la Comisión Federal de Competencia Económica, socava los incentivos para construir proyectos de almacenamiento, que requieren certidumbre de largo plazo para poder ser financiados.

El decreto de la Sener estuvo congelado varios meses por mandatos judiciales, pero en febrero pasado se reactivó, luego de que un veredicto final estableciera que no se podía suspender con efectos generales, con lo que las nuevas suspensiones debían evaluarse caso por caso.

A inicios de este mes el Senado de Estados Unidos avaló una moción para llamar a consultas a México por presuntamente incumplir sus compromisos del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) en materia energética, luego de múltiples quejas de empresas y políticos –tanto demócratas como republicanos– por las políticas de la administración obradorista orientadas a favorecer a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad, en detrimento de competidores privados, varios de ellos de capital estadounidense.

La reforma energética del 2013 instruyó la apertura a la competencia privada en todas las fases de la cadena de valor de los hidrocarburos, pero no fue hasta el 2016 en que se hizo efectiva la posibilidad de que privados pudieran importar combustibles directamente.

octavio.amador@eleconomista.mx

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