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Política

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Romo se va, pero seguirá ayudando a la 4T: AMLO

El empresario regiomontano deja el gabinete en un contexto de tensión entre el gobierno y la iniciativa privada y luego de haber tenido una influencia limitada en políticas clave para el empresariado.

El empresario Alfonso Romo dejará su cargo como jefe de la Oficina de la Presidencia de México, dijo el miércoles el titilar del Ejecutivo Andrés Manuel López Obrador, quien agregó que seguirá siendo su enlace con el sector privado, con el que ha mantenido una relación cada vez más tensa desde que asumió el poder a fines de 2018.

“Alfonso Romo dejará la coordinación de la Oficina de la Presidencia, pero seguirá siendo mi principal enlace con el sector privado. Lo cierto es que fue funcionario público solo por tratarse de nosotros. Convenimos que estaría dos años y se cumplió el plazo”, anunció el mandatario mexicano ayer 2 de diciembre, por la tarde en su cuenta de Twitter.

La salida puso fin a meses de especulaciones sobre la intención del empresario regiomontano de salir del gabinete presidencial, la cual no se había cristalizado por la supuesta negativa del presidente López Obrador de aceptar su renuncia.

Apostado en el gabinete presidencial con el propósito de fungir como un enlace entre el presidente López Obrador y la clase empresarial –con la que el mandatario había mantenido diferencias desde su primera postulación a la presidencia de México, en el 2006–, Romo Garza tuvo una influencia limitada en la formulación de políticas públicas de este gobierno.

En semanas recientes, abundaron declaraciones públicas del ahora exfuncionario en las que mostraba distancia de las políticas del actual gobierno. “No podemos manejar un país que está decreciendo a 9%, como si estuviéramos creciendo a 9%”, declaró Romo en su mensaje durante la inauguración de la XLII Convención del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas el pasado 19 de noviembre.

Días antes, el 11 de noviembre, en un conversatorio sobre liderazgo organizado por estudiantes del Tecnológico de Monterrey, el empresario dejó entrever una reveladora visión sobre el papel que jugaba su posición dentro del gabinete. “Tú me puedes decir, el ingeniero Romo tiene poder porque es Jefe de la Oficina de la Presidencia. Pero ese cargo es una vacilada porque eres todo y nada: aconsejas pero no decides”, se sinceró.

El descrédito para Romo como enlace empresarial iniciaría antes de la asunción de López Obrador como presidente, con el anuncio de que se cancelaría la obra del aeropuerto de Texcoco, a pesar de que en la campaña electoral, el empresario –que colaboró en la elaboración del proyecto de nación del candidato López Obrador– generó expectativas de que la obra se mantendría.

Más recientemente, trascendió que el empresario se inconformó con la decisión del gobierno federal de no otorgar los permisos finales para la puesta en operación de una planta cervecera de Constellation Brands, en Mexicali, Baja California, luego de una polémica consulta popular en la que una pequeña fracción del electorado de la ciudad se pronunció en contra del proyecto.

Roces en el gabinete

El paso de Alfonso Romo al interior del gobierno también estuvo marcado por algunos roces con funcionarios federales, quienes, incluso dejaron el cargo entre acusaciones de intromisiones por parte del empresario en las políticas públicas de otras dependencias.

Tal es el caso de Carlos Urzúa, quien renunció como secretario de Hacienda y Crédito Público debido a las diferencias que tenía con la política económica de López Obrador, así como también por los desencuentros que tuvo con Alfonso Romo por las políticas públicas en materia de banca de desarrollo.

Asimismo, Alfonso Romo fue mencionado durante la polémica salida del Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Manuel Toledo Manzur, quien tras la filtración de un audio en donde acusaba a miembros del gabinete presidencial, específicamente al Jefe de la Presidencia, de obstaculizar la prohibición del herbicida glifosato, por intereses empresariales, además de denuncia graves contradicciones en el gobierno federal.

En tanto, Alfonso Romo formó parte de momentos cruciales de la actual administración Federal, como los fue la visita del presidente a Estados Unidos, mientras que fue de los principales impulsores del Plan Nacional de Infraestructura.

“Poncho está más en mi visión de que lo importante no es el cargo, sino el encargo. Él me ha ayudado y me seguirá ayudando. Es un hombre independiente, honesto, comprometido con las causas justas y además es mi amigo”, dijo.

López Obrador reconoció que Alfonso Romo fue de los primeros empresarios en unirse a su movimiento. “Nunca olvidaré que fue el primero de los empresarios en adherirse al movimiento de transformación”, enfatizó. (con información de Octavio Amador)

Momentos de Alfonso Romo

• Cancelación de la obra del Aeropuerto de Texcoco. En noviembre del 2018 el presidente electo Andrés Manuel López Obrador anuncia la cancelación tras una consulta popular; en campaña Romo alentó la expectativa de que la obra se mantendría.

• Conflicto con Carlos Urzúa. Tras su renuncia como secretario de Hacienda, en julio del 2019, el economista acusó un conflicto de interés de Alfonso Romo por su posición como empresario y tras haber influido en los nombramientos de las direcciones de Nafin-Bancomext y de la CNBV.

• Cancelación de rondas petroleras y eléctricas. Al inicio del gobierno, el presidente López Obrador afirmó que no habría más licitaciones hasta ver los resultados de los contratos vigentes. En diversos foros, Romo repitió que se reconsiderarían, hasta que el presidente las rechazó tajantemente.

• Cancelación de la planta de Constellation Brands en Baja California. El empresario poco pudo hacer para evitarla tras una polémica consulta en la que una pequeña fracción del electorado local rechazó el proyecto; tras la decisión, Romo no tuvo apariciones públicas en varios meses.

• Manejo de la política económica en la pandemia. En el contexto de la negativa del gobierno de otorgar estímulos para la inversión, Romo Garza declaró en noviembre que “No podemos manejar un país que está decreciendo a 9%, como si estuviéramos creciendo a 9 por ciento”.

empresas@eleconomista.mx

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