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Geopolítica

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¿Por qué el Mossad falló en la cacería?

La famosa agencia de inteligencia se encargó de llevar a cabo la operación “Decisión B/4”, que consistió en atrapar o matar a criminales.

El 23 de septiembre de 1977, el enérgico primer ministro de Israel, Menachem Begin, electo apenas cuatro meses atrás, sostuvo en secreto una reunión con su gabinete de seguridad y después de una breve discusión, concertaron ejecutar la “Decisión B/4”.

El grupo redactó únicamente dos copias para evitar que se filtrara información. Posteriormente, se comunicó a la temida y respetada agencia de espionaje Mossad que debía reanudar la persecución de nazis, criminales de guerra, “con la intención de someterlos a juicio en Israel o asesinarlos”. El Mossad enlistó a nueve fugitivos, siendo el objetivo principal el infame Josef Mengele, personaje notable por los macabros experimentos que ejecutó con prisioneros judíos en el campo de exterminio de Auschwitz.

Uno de los dos documentos “Decisión B/4” lo pudimos revisar antes de que fueran depositados en el Yad Vashem, monumento oficial dedicado a las víctimas del Holocausto­ en Israel. Esta compilación de documentos e historias es valioso, ya que se trata de la primera fuente que ofrece una historia oficial sobre los esfuerzos de la agencia Mossad para rastrear y asesinar a los criminales de guerra nazis y, sobre todo, porque los documentos demuestran que la operación no obtuvo los objetivos deseados.

Transparencia total

Después de las revelaciones hechas por la Mossad, es sorprendente que Israel no intente ocultar detalles de su operativo, por ejemplo, que sus agentes vulneraron la soberanía y las leyes de muchos países.

Para elaborar esta nota, el Mossad nos respondió por escrito —por conducto de la oficina del primer ministro— que la información relativa a “Decisión B/4” fue liberada porque el tema “es de importancia toral”, aunque añadió que la “mayor parte” del trabajo de la agencia se conserva como “información clasificada”.

Sin embargo, lo que más asombra es la posición franca que adopta Israel al revelar que el programa trazado como represalia contra los nazis arrojó resultados magros. Uno de los volúmenes del estudio se titula “Nubes y viento sin lluvia: siguiendo el rastro de los criminales de guerra nazis que no fueron castigados”.

Lo anterior es una clara alusión al proverbio bíblico 25:14, un verso que trata de las promesas y expectativas no cumplidas.

Equipo de la muerte

La agencia se enfocó en la cacería de Mengele; Martin Bormann, secretario personal de Adolf Hitler; Heinrich Müller, jefe de la Gestapo; Alois Brunner, asistente de Adolf Eichmann; Horst Schumann, médico que llevó a cabo experimentos de esterilización y castración empleando rayos X en Auschwitz; Walter Rauff, un ingeniero miembro de las SS que desarrolló las cámaras de gas ambulantes, que precedieron a las funestas cámaras de los campos de exterminio; Klaus­ Barbie, un oficial de la Gestapo conocido como el Carnicero de Lyon; Franz Murer, un oficial de las SS que sirvió en Lituania y fue conocido como el Carnicero de Vilna; y Ernst Lerch, quien dirigió el asesinato en masa de decenas de millares de judíos polacos.

El relato comienza después de la captura de Eichmann en Argentina, quien fuera el funcionario encargado de supervisar la ejecución de la “Solución Final”, plan orientado al exterminio de los judíos de Europa. Fue juzgado por un tribunal israelí —y su proceso fue transmitido por televisión en todo el mundo— y ejecutado en 1962.

Durante la vigencia del programa, los agentes israelíes operaron en Europa, Sudamérica, Asia y África, regularmente cruzando las fronteras con documentos apócrifos. En este proceso se vivieron historias de intriga, decepción, guerra psicológica e intentos de homicidio, aunque también negligencia, errores y, con el paso del tiempo, el surgimiento de una pasmosa apatía.

Durante la década de 1960, el futuro primer ministro de Israel, Yitzhak Shamir, estaba a cargo de la unidad de operaciones especiales del Mossad. Fue él quien envió a Siria a un agente israelí de 31 años, que respondía al nombre cifrado de Candle, con la encomienda de asesinar a Brunner, el otrora asistente personal de Eichmann. Brunner trabajaba como consultor de seguridad del gobierno de Siria. Finalmente, la misión no pudo concretarse porque el agente cometió una serie de errores risibles y absurdos: en 1961, un asistente de la oficina de correo le impidió enviar una carta-bomba porque el paquete no tenía remitente.

El Mossad no bajó los brazos y, en 1980, después de una nueva serie de traspiés, lograron hacerle llegar un paquete explosivo a Brunner, quien lo abrió pero no murió. Falleció en Damasco en el 2001 a la edad de 89 años. El único consuelo de los agentes israelíes fue saber que durante sus últimos años fue confinado en arresto domiciliario.

Algunos de los nazis buscados por el Mossad ya estaban muertos (como Bormann y Müller), por lo que la agencia de inteligencia perseguía objetivos etéreos con pistas ilusorias provistas por sus agentes. Otros habían sido localizados, aunque los intentos del Mossad para capturarlos o asesinarlos siempre fueron fallidos, ya que los prófugos siempre lograban burlar a los agentes. Este fue el caso de Mengele, quien fue capaz de burlar a los agentes israelíes en reiteradas ocasiones hasta que murió en 1979, impune y con 67 años de edad. Sin embargo, su deceso no pudo confirmarse hasta que las autoridades brasileñas exhumaron el cadáver y lo sometieron a pruebas forenses en 1985.

Llama la atención que un caso de éxito no fue desclasificado: la caza de Herbert Cukurs, un piloto lituano que ayudó a las fuerzas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Era conocido como el Carnicero de Riga y se le responsabiliza por el asesinato de 30,000 judíos. Después de la guerra, Cukurs se asentó en Brasil y trabajó como guía de turistas en la amazonia. El Mossad envió a un grupo de sicarios, quienes se harían pasar por turistas. El suspicaz Cukurs declinó el trabajo. Sin embargo, el Mossad no quitó el dedo del renglón. Logró llevarlo a Uruguay bajo excusa de un negocio. Lo asesinaron en 1965.

La historia sobre la cacería de nazis poco a poco se conocerá al detalle. Es importante conocerla.

Son tiempos en los que es prioritario no repetir errores.

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