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Antídoto contra la corrupción: vuelos directos a Dinamarca
Reflejarse frente al mundo es la única manera de conocer la talla exacta de país. Todo es relativo.
El ingreso de México a la OCDE en 1994 provocó malestar entre etnocentristas; México como centro del mundo, creían.
¿Cola de elefante o cabeza de ratón? ¿Realidad o conformismo?
No hay nada más absurdo que el deseo de autoengañarse.
Transparencia Internacional publica su informe sobre percepción de corrupción y México se ubica dentro de un pelotón rezagado de países latinoamericanos.
Uruguay, Chile y Costa Rica logran los mejores números en la región latinoamericana. Obtienen 74, 67 y 54, respectivamente. La escala ubica en 0 a las naciones más corruptas y 100 a los países sin corrupción.
México obtiene un 31 (igual que Bolivia), y tiene mejor posición que países como Paraguay (28), Honduras (23), Nicaragua (19), Haití (17) y Venezuela (14), pero está detrás de Argentina (38), Brasil (38) y Colombia (39).
La correlación es clara: Venezuela, Haití y Nicaragua son dictaduras; Honduras, hasta hace un año, era gobernado por un político vinculado al narcotráfico y hoy está en una cárcel de Estados Unidos: Juan Orlando Hernández. Haití es un estado fallido.
Dinamarca se encuentra en el polo extremo: es el país menos corrupto del mundo; el más transparente. Sería imposible que los daneses no conocieran los acuerdos que firman sus representantes políticos. Un “Quédate en México” sería inimaginable. El programa migratorio que ni el presidente López Obrador ni Marcelo Ebrard revelaron sus características a la población mexicana simplemente no cabe en Dinamarca (90) ni en Finlandia (87) o Nueva Zelanda (87). La opacidad es hermana de la corrupción.
El presidente AMLO prometió que la calidad del sistema de salud mexicano sería superior que en Dinamarca. Ojalá que el índice de percepción de corrupción en México escale súbitamente hacia la región nórdica.
Hay percepciones producidas por enormes maquinarias de mentiras. Existen percepciones sustentadas en hechos reales.
Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparencia Internacional comenta sobre el informe que reveló la noche del lunes: “La corrupción ha hecho que nuestro mundo sea un lugar más peligroso. Los gobiernos no han logrado, de manera colectiva, contrarrestar este fenómeno y, con esto, agudizan el aumento de la violencia y el conflicto (...) lo cual plantea peligros para las personas de todas partes del mundo.
Recientemente, un familiar decidió arreglar la fachada de su propiedad en la Ciudad de México. Pese a haber tramitado los permisos correspondientes en una alcaldía, todos los días se presentaba la policía para cobrar su derecho de piso. Este acto reflejo se repite en varias alcaldías sin importar el signo político de las cabezas.
“Los gobiernos frágiles fallan en su labor de frenar a las redes criminales, el conflicto social y la violencia (...)”, comenta Delia Ferreira.
Las instituciones democráticas corren peligro si sus supuestos vigías tienen perfil iliberal.
A la corrupción se le vence con honestidad, transparencia, buenos salarios, sanciones y educación. Las mentiras son síntomas de la deshonestidad y la opacidad.
Entre los requisitos para gobernar las constituciones describen rasgos demográficos que hacen las veces de filtros para discriminar candidaturas. Sobre la ética no se habla.
Para llegar a Dinamarca no hay vuelos directos. Tendremos que hacer escala en Argentina, Brasil, Colombia y un largo etcétera. Ya que nos encontremos en Uruguay, ahora sí, pensemos en Dinamarca.
@faustopretelin