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Opinión

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El gasto público en la asesoría técnica agropecuaria (I)

Los servicios de asesoría técnica agropecuaria, también llamados de extensión, son el medio que facilita el acceso de los productores, las organizaciones y las empresas rurales al conocimiento de las innovaciones tecnológicas y la información para fortalecer sus capacidades técnico-productivas, administrativas, comerciales y de inserción a mercados

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el incremento de la productividad del sector agrícola puede conseguirse por tres vías: 1) mayor uso de los insumos por unidad de superficie, 2) generación de nuevas tecnologías y 3) transferencia de tecnología; las dos últimas promueven la eficiencia en el uso de los factores de la producción agrícola (es decir, la tierra, el trabajo y el capital).

La misma Organización indica que durante 1961 y el 2010, 40% del crecimiento de la producción agrícola a nivel mundial se atribuyó a la inversión en la generación y transferencia de nuevas tecnologías a través de la asistencia técnica y la capacitación.

Así, dadas las condiciones a que hace frente el sector agropecuario y rural en la actualidad en materia de competencia en la oferta de alimentos y el incremento de la demanda, la participación del Estado en la asignación de recursos públicos para los servicios de asesoría técnica y su regulación es indispensable, particularmente en la atención de las empresas con menor escala de producción o en actividades económicas con mayor riesgo de mercado.

En este marco, un indicador de la participación del Estado en el desarrollo de servicios técnicos enfocados al sector agrícola es el gasto de gobierno en la generación y transferencia de conocimientos. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, en el 2010 sus países miembros invirtieron 3.8% del gasto total al sector primario en la generación y transferencia de conocimiento, porcentaje que creció en 0.1 puntos porcentuales para el 2013. En este último año sobresalieron países como Australia, Chile, Canadá y Nueva Zelanda, con participaciones superiores a 9 por ciento.

La inversión en la generación y transferencia de nuevas tecnologías tiende a ser mayor en países de ingresos altos y medios, como Australia, Nueva Zelandia, Suiza y Noruega. Del 2000 al 2012, la inversión fue de entre 5 y 13.6% en los países de ingresos altos, mientras en los de ingresos medios osciló entre 4 y 12.8 por ciento. La productividad agrícola de estas naciones mostró un comportamiento similar al de la inversión en la generación y transferencia de nuevas tecnologías, lo que deja ver que existe una relación directa entre ambas. En la siguiente emisión comentaremos sobre la situación de México en este tema.

*Lizbeth Uribe. Subdirectora en la Subdirección de Evaluación de Programas. La opinión es de la autora y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.

luribe@fira.gob.mx

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