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Una noche para celebrar a Galaxie 500 y Luna
La música de Galaxie 500 siempre había tenido para mí un aire místico. Es una música que sólo existe en los discos y en el recuerdo de una mitología sobre una banda de rock.
En su libro de memorias Black Postcards (Penguin Press, publicado en 2008), el guitarrista y vocalista Dean Wareham define a una banda de rock como “un constructo único, uno que puede durar por mucho tiempo y que está sujeta a muchas presiones tanto externas como internas”.
De acuerdo con Wareham “puedes pasarte el tiempo poniendo anuncios en el Village Voice, revisando los mensajes dejados en tu contestadora o audicionar para la banda de otro, pero lo mejor es empezar una banda con tus amigos”. La banda de rock es como un culto, una visión compartida sobre el arte y aparentemente sobre la vida, hasta que entran en juego las dinámicas profesionales, las relaciones interpersonales, el ego y ese vínculo mágico creado por la música se fragmenta para siempre.
Los tres álbumes que Dean Wareham, Naomi Yang y Damon Krukowski entre 1987 y 1991 grabaron bajo el nombre de Galaxie 500 han sido idealizados en la mitología del rock subterráneo. La historia de Galaxie 500 no es una historia única, es una historia sobre tres amigos que forman una banda de rock y luego terminan odiándose.
En los tres álbumes que dejaron como registro sonoro, Galaxie 500 creó atmósferas desde la sencillez del rock and roll: una guitarra, un bajo, una batería y la voz. Galaxie 500 podría ser una de las bandas creadas a partir de una canción de The Velvet Underground, construida con dos acordes, que nos transportan en un estado etéreo como una burbuja de jabón que sólo existe por tres o cuatro minutos y luego se difumina en la atmósfera.
La noche del viernes 27 de octubre, Dean Wareham acompañado de Britta Phillips, Sean Anthony Eden y Lee Wall, los músicos que conforman la alineación actual de su otro proyecto musical, Luna, revivieron por una noche la magia de la música de Galaxie 500. No era una arena de rock enorme con miles de personas. Fuimos tal vez un par de cientos, y uno que no sabía lo que le esperaba, pero los presentes emprendimos un viaje musical en un viejo auto a la escena subterránea de finales de los años ochenta.
Tras la separación de Galaxie 500 en 1991, Dean Wareham inició Luna con ex miembros de The Chills y The Feelies y la misma sensibilidad basada en la magia de los cuatro acordes como una canción de The Velvet Underground que parece muy sencilla, pero está llena de detalles y que en un solo de guitarra es capaz de llevarte hacia un trance musical.
La segunda noche, la banda ofreció un apresurado recorrido por su repertorio de siete álbumes de estudio y hasta un par de covers a The Cure, con su electrizante versión de “Fire in Cairo”, e “Indian Summer” de Beat Happening.
El festival Marvin siempre se ha caracterizado por hacer un gran trabajo de curaduría. Hace unos años fueron los responsables de traer a Television para una magistral presentación en el Salón Covadonga, para tratar de replicar la mitología detrás de la escena de CBGB’s en 1977.
Pese a una serie de contratiempos de logística y un sistema de venta de boletos sumamente confuso, la organización eligió un lugar ideal, el Foro Indie Rocks en la colonia Roma, para que se pudiera emular esa nostalgia del underground alternativo de finales de los ochenta del siglo pasado.
La música de Galaxie 500 y Luna sigue estando un poco oculta y parece que se sigue difundiendo como un secreto a voces, pero si te acercas lo suficiente encontrarás que esas canciones siguen sonando y que sus músicos las siguen interpretando cada noche para mantener su espíritu vivo.