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HAP, tan agresiva como el cáncer
Contrario a la hipertensión arterial sistémica, aquella que se puede detectar midiendo la presión, la hipertensión arterial pulmonar es una enfermedad poco común, difícil de diagnosticar, tan agresiva como el cáncer y considerada catastrófica.
Contrario a la hipertensión arterial sistémica, aquella que se puede detectar midiendo la presión, la hipertensión arterial pulmonar (HAP) es una enfermedad poco común, difícil de diagnosticar, tan agresiva como el cáncer y considerada catastrófica pues en poco tiempo puede generar insuficiencia cardiaca y llevar a la muerte.
La HAP es una enfermedad rara no curable de la cual no hay muchos registros en México, pero afecta tanto a niños como adultos jóvenes entre los 20 y 30 años, y predomina entre las mujeres. De cada 100 que presenta el mal, 75 son mujeres. Ello ocurre a partir de la adolescencia porque en la infancia da en la misma proporción a niños y niñas.
Tomás Pulido, jefe de Cardioneumología del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, afirmó que el diagnóstico de la HAP es un desafío médico. Muchas veces, los síntomas se confunden con asma por la falta de aire y la limitación para el ejercicio, y el paciente usa inhaladores por uno o dos años sin mejoría sustantiva, perdiendo tiempo muy valioso .
El problema con la HAP es que cuando ya hay síntomas claros es porque el corazón está desfalleciendo por falta de presión arterial pulmonar.
Muchas veces, cuando se cree que ya está controlándose la HAP es falso, ya que es justamente porque el corazón ya no está enviando sangre al pulmón y está desfalleciendo. Y lo que sigue es la muerte , precisó.
Para conocer más sobre esta enfermedad, se celebró en Cancún, Quintana Roo, un congreso latinoamericano de HAP, donde se habló de que hace falta que todos los médicos conozcan sobre el padecimiento para que lo tengan presente ante ciertos síntomas.
Los malestares que pueden presentar los pacientes con HAP son: falta de aire durante labores que implican esfuerzo, lo cual se va incrementando gradualmente hasta que se presenta también en reposo; fatiga; desmayos (síncope que se presenta debido a que no llega bien la sangre al cerebro y se confunde con epilepsia); dolor en el pecho parecido a los que tienen infarto al miocardio, y a veces expectoración con sangre.
Son los signos que, como médicos, nos deben orientar hacia la presencia de HAP , comenta el especialista neumólogo Sergio López, del Hospital Puerta de Hierro, de Guadalajara, al afirmar que existe un retraso de dos años en el diagnostico de HAP en todo el mundo. El trasplante de pulmón o cardiopulmonar puede ser una opción en ciertos casos, pero no en todos, y los tratamientos aún son limitados. Específicamente en México aún no se cuenta con todos los ya existentes.
Y es por el diagnóstico en etapas avanzadas de la enfermedad que el promedio de vida de los portadores de HAP es de 2.8 años, comparable con la del cáncer colorrectal o cáncer de mama avanzado.
En el congreso, el laboratorio de origen alemán presentó a los médicos una nueva molécula -Riociguat (Ventavis)- que tiene la ventaja potencial de sobrepasar algunas limitaciones de los tratamientos disponibles y atender la necesidad de atención urgente aún no cubierta en ambas entidades.
maribel.coronel@eleconomista.mx