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“El español se impone más en la actualidad que hace 500 años”

Es un prurito la aportación de mejores elementos históricos y de contexto actual para horizontalizar la relación con pueblos y comunidades indígenas, reflexiona el lingüista Fernando Nava, quien presentó este jueves su lectura estatutaria ante la Academia Mexicana de la Lengua.

¿De qué manera se nombra a la lengua española desde distintas lenguas indígenas en nuestro país? Es una sencilla pregunta cuya respuesta, sin embargo, provoca un hallazgo capaz de subvertir la verticalidad con la que se ha asimilado la historia de interacción o sometimiento de los pueblos originarios y sus lenguas.

En esto coincide el lingüista y doctor en Antropología Fernando Nava López, miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), quien este jueves realizó la lectura estatutaria de título El nombre de la lengua española en algunas de las lenguas indígenas mexicanas, que es producto de una investigación cuyos ejemplos son la médula del cometido.

A grandes rasgos, el académico expuso que mientras hay pueblos que usan préstamos lingüísticos, como los tepehuanos del sur, que llaman al español como ‘kastill’ (castellano), hay otros que, con voz propia, revelan los procesos de asimilación y clasificación de aquella lengua foránea y sus hablantes. Por ejemplo, los tarahumaras usan el término ‘chabochi’ para referirse a una persona blanca, barbada o mestiza y a su lengua; o los huicholes, quienes usan el vocablo ‘teiwariki’ para enunciar la “lengua del mestizo”. Los mixtecos de Santa Catarina Mechoacán, Oaxaca, dicen ‘dja’an toon’ o “lengua de foráneos”, mientras que los huaves, en el istmo de Tehuantepec, dicen ‘ombeay moel naw titiük’, que es igual a “lengua de otros indígenas”.

Un caso curioso entre los ejemplos vertidos por el investigador, el cual fue ampliamente discutido en la sesión, es el de los nahuas de Pajapan, Veracruz, quienes emplean el vocablo ‘tiltiktahtol’, que se traduce como “lengua negra”, puesto que, se sugirió, esa negritud podría referirse a lo foráneo, aquello que no es la propia lengua que ilumina por un sentido de pertenencia.

Los casos arriba vertidos son solo un adelanto del enriquecido texto que Fernando Nava publicará en breve en la revista Anthropos de la editorial Siglo XXI. Así lo adelanta en una conversación con El Economista a propósito de la lectura estatutaria.

Dejar atrás la verticalidad

“El español se impone más en la actualidad que hace 500 años”, lamenta el lingüista. Por ello, el texto en cuestión, añade, “es una vuelta al espejo, porque por lo general hay un eje unidireccional, una verticalidad en la manera del estudio del español hacia las lenguas indígenas y casi nunca a la inversa”.

Pocos diccionarios de lenguas originarias contienen entradas sobre cómo se le llama al español, de ahí el inicio de la curiosidad del investigador que basó gran parte de su búsqueda en consultas a hablantes y estudiosos de las lenguas de nuestro país.

La profundidad del trabajo permite reflexionar y deberá servir como parte de un sumario colectivo a través del cual se estudie la manera en que asimilamos la existencia de otros, porque la otredad entre seres humanos implica la noción de parentesco de especie y, al mismo tiempo, un proceso de clasificación de los otros a través de los intercambios o fricciones entre sistemas de creencias, expresiones e incluso el aspecto, entre otros.

“Ahí están las palabras, dándonos puertas para la historia, para la investigación de las relaciones que no son otra cosa que el comportamiento de los humanos ante otros humanos”, precisa el investigador. “El hecho de preguntarnos si es posible cambiar, nos dice que estamos reconociendo que no tenemos esa relación justa, que no deja de ser de subordinación. Y hoy es un prurito el que tengamos mejores elementos de orden histórico, de información actual, para mejorar nuestras relaciones”.

Llamar dialectos a las lenguas indígenas, opina, por ejemplo, “es posiblemente el prejuicio lingüístico más fuerte que tenemos que vencer, porque al emplearlo estamos asimilando que el mundo tiene ciudadanos de primera y de segunda”.

Replantear educación, justicia y salud

Sobre el inicio en enero próximo del Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas, impulsado por la UNESCO y al que México suscribe, el investigador opina: “desde luego que celebro todo tipo de iniciativa gubernamental en ese sentido, porque presenta posibilidades de mejorar la situación social en que se encuentran las lenguas indígenas, ahora mismo en la marginación social”.

Sin embargo, considera tres ejes básicos, urgentes e interinstitucionales sin los cuales la garantía de protección de las lenguas no podrá proliferar. Uno de ellos es la “correcta asignación” de profesores hablantes de las lenguas y variantes según la región. “La SEP debe avanzar en el tema de la asignación de maestros con la pertinencia lingüística”, subraya.

Segundo, señala que para el plano de la justicia “debemos potenciar la capacitación de intérpretes y traductores para que los indiciados tengan un adecuado acompañamiento. Esto es urgente, porque tan grave es tener un inocente encarcelado como a un delincuente en libertad”.

Finalmente, indica, en la salud también es necesario incrementar la capacitación de personal médico y administrativo para que el servicio hospitalario no se limite en función del desconocimiento de la lengua del paciente.

“El decenio esperemos que signifique más presupuesto para el INALI”, indica, “y para otros campos que trabajan con población indígena, porque las instituciones deben avanzar en esta recomposición. Debemos ganar en horizontalidad”, concluye.

¿Quién es Fernando Nava López?

Es lingüista por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), con maestría en Lingüística por la UNAM y El Colegio de México, así como el doctorado en Antropología por la máxima casa de estudios. Además, realizó estudios de música en el Conservatorio Nacional de Música y en la Escuela Nacional de Música (UNAM). De 2004 a 2010 fue el director general fundador del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI). Actualmente es investigador titular del Instituto de Investigaciones Antropológicas y desde 2017 ocupa la silla XXIII de la Academia Mexicana de la Lengua.

Algunas maneras de llamar al español:

Tepehuano del sur: kastill (castellano)

Zoque: kasylyan ote (lengua de Castilla)

Tarahumara: chabochi (lengua de persona blanca, barbada, de mestizo)

Huichol: teiwariki (lengua de mestizo)

Nahua (Pajapan, Veracruz): tiltiktahtol (lengua negra)

Mixteco (en zonas de Oaxaca): dja’an toon (lengua de foráneos)

Purépechas: turhisi (lengua de persona mestiza)

Huaves: ombeay moel naw titiük (lengua de otros indígenas).

Mixe (Ayutla mixe): amaxän (lengua sagrada)

Consulta la lectura estatutaria del académico:

https://bit.ly/31CAXx1

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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