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Hacer teatro, por los siglos de los siglos
El amor por el teatro ha llevado a Pablo Perroni a incursionar en la actuación, producción y en la construcción de un espacio para hacer ?los proyectos de su vida.
Pablo Perroni está seguro de que su padre fue el culpable. Y es que de pequeño se la pasaban los fines de semana viendo puestas en escena ellos solos. Así comenzó su gusto por el quehacer teatral, que lo ha llevado a levantar un teatro para encontrar mejores proyectos y mejores papeles.
A los ocho años, Pablo entró a una escuela de actuación: Entré al Cadac, a un grupo de adolescentes. Tuve la oportunidad de tomar clases con el maestro Héctor Azar y a la par hice cosas en la escuela. Y cuando iba en quinto de prepa se abrió la compañía de teatro de la UP (Universidad Panamericana); el maestro que la abrió, que era maestro de Ingeniería, me llevó a la compañía de teatro de la universidad, él veía que me gustaba y era el único que se lo tomaba en serio. Así que entré a la compañía, y de no estar en ninguna obra, ese día llegué y ya estaba en tres .
¿Un poco precoz? Por supuesto, de tal manera que a los 18 años ya estaba produciendo su primera obra en la que también actuaba: Nos la escribieron a un amigo y a mí. Se llamaba Entre sombras y la presentamos en el Rodolfo Usigli y la dirigió ?Claudia Romero .
Desgraciadamente, el día que estrenaron fue el día que murió Colosio, así que no fue nadie. Después las cosas se compusieron, nos comenta Pablo, mientras se ríe del recuerdo.
Cuando Pablo terminó la prepa se fue a Londres a estudiar inglés; pensaba que sólo sería unos meses y de pronto, cuando se dio cuenta, el teatro lo había vuelto a atrapar, de tal manera que se quedó allá a estudiar: No había tantas opciones en México para estudiar teatro (...) Estando allá me hice amigo de un actor, al que le pedí que me coucheara para montar dos monólogos y lo que necesitaba para audicionar, y a los 18 años dije: Qué pierdo. Y resultó que me quedé en tres escuelas .
Luego de sus estudios en Londres, Pablo entendió que el mercado inglés era difícil para un actor extranjero, así que se fue a estudiar a Nueva York, en donde además estudió Psicología en Terapia Dramática, y entró a una compañía llamada Repertorio Español. Regresó a México ocho años después (2001), y decidió entrar al CEA de Televisa, pero básicamente el camino ya estaba pavimentado, así que a los seis meses ya estaba trabajando de lleno en los escenarios.
Pablo se involucró en puestas en escena como Regina, Amor sin barreras y Salón México, entre otras. También participó en varios proyectos de televisión, hizo capítulos de la Familia Peluche y Vecinos, entre otros, pero definitivamente lo que más le llama la atención es el arte teatral, a lo que dedica su vida.
Con una personalidad inquieta como la de Pablo, era de suponerse que iría más allá de lo que hasta entonces había hecho: luego de haberse lanzado a producir una obra llamada Sólo quiero hacerte feliz que produjo junto con su esposa ?Mariana Garza , la cual tuvo excelentes críticas pero fue un desastre económico, Pablo junto con Mariana decidieron hacerse de un teatro: Nos dimos cuenta de que los teatros no estaban acondicionados para lo que se cobra, no ofrecen los servicios que se necesitan. Mariana y yo, luego de Sólo quiero hacerte feliz, sin un quinto, deprimidísimos porque le pusimos nuestro amor, nuestro empeño, nuestro trabajo y mucho tiempo de inversión, dijimos: Nos podemos deprimir o concentrarnos y buscar hacer las cosas .
Y así lo hicieron, salieron a buscar un espacio para hacerlo suyo y encontraron que el entonces destruido Teatro Milán estaba en venta: Y lo compramos. Pagamos una parte y otra lo seguiremos pagando por los siglos de los siglos, pero ya es nuestro. La razón por la que lo hicimos fue para ofrecer por lo que estás pagando, un espacio que te dé lo que necesitas, que sea amable, que te sientas como en casa .
Es increíblemente absorbente; tienes que estar programando, administrando (...), pero tenemos también un gran equipo, que nos tomo tiempo formarlo, consolidarlo. Y lo que sí tenemos claro, tanto Mariana como yo, es que para no volvernos locos tienes que estar arriba del escenario, porque si no, nos convertimos en inmueble .
De tal manera que ahora Pablo se encuentra en tres proyectos que se presentan en ese predio, que además de albergar el Teatro Milán, posee un espacio más pequeño: el Foro Lucerna. Las tres obras son producidas por Pablo, donde también aparece en escena.
El lunes aparece en La última palabra, dirigida por Angélica Aragón, con Roberto DAmico, Víctor Huggo Martin y Adriana Llabrés. Es una obra de un autor argentino llamado Luis Agustoni. La obra habla sobre la violencia de género, a través de la historia de una mujer acusada de matar a su marido.
Los martes, actúa en un monólogo que se presenta en el Foro Lucerna, llamado Puras cosas maravillosas, dirigido por Sebastián Sánchez Amunátegui, con texto de Duncan Macmillan y Jonny Donahoe.
La historia gira en torno a un personaje que, desde pequeño, para lidiar con los instintos suicidas de su madre, decide hacer una lista de cosas maravillosas por las que vale la pena vivir.
Los fines de semana está en Nerium Park, de Josep María Miró, protagonizada por Pablo y Mariana ?Garza, dirigida también por ?Sebastián Sánchez Amunátegui: un thriller psicológico, donde una pareja llega a un complejo habitacional llena de esperanza, sólo para descubrir la cosas más terroríficas de las naturaleza humana.
El Teatro Milán, junto con el ?Foro Lucerna, se encuentran en la calle de Lucerna 64, en la colonia Juárez. Para conocer horarios y otras puestas en escena entra a ?www.teatromilan.com.
@faustoponce