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Manufactura y restaurantes, polos opuestos para la creación de empleo en septiembre
La proporción de personas “no disponibles” dentro de la PNEA anotó en septiembre su nivel más alto de los últimos 19 meses y superó incluso la cifra observada en abril de 2020, el mes más crítico por el impacto de la pandemia.
No tienen trabajo y no lo están buscando, pero tampoco están disponibles si les ofrecieran una oportunidad, literalmente, es un gran grupo de personas que está fuera del mercado laboral y en septiembre anotó un nivel histórico, se trata de los clasificados como “no disponibles” dentro de la población no económicamente activa (PNEA).
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el cierre del tercer trimestre del año esta población abarcó a 34.5 millones de personas; en términos absolutos, es el nivel más alto reportado en la historia. Durante septiembre, 499,609 personas se sumaron a esta condición.
En proporción respecto a la población en edad de trabajar, este indicador tuvo un rumbo similar. En septiembre los “no disponibles” de la PNEA representaron el 34.6% del total, la cifra más alta desde febrero de 2021 (34.9%). Incluso superior al nivel observado en abril de 2020 (34.0%), el mes más crítico para el mercado laboral por el impacto de la pandemia de Covid-19 y en el 12.5 millones de personas quedaron sin empleo.
Como resultado de este movimiento en los registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la tasa de participación laboral retrocedió de 59.9 a 59.6% en el comparativo mensual y rompió con su tendencia positiva de los últimos tres meses.
Al interior de los “no disponibles” de la PNEA, durante el mes pasado se sumaron 123,700 personas a la subclasificación de quienes no tienen interés en trabajar por atender otras obligaciones y 207,172 personas más se clasificaron en el grupo donde se encuentran quienes sí tienen interés en trabajar, pero están en contexto que les impide hacerlo. En el renglón de “otros” dentro de esta clasificación, se agregaron 133,284 personas.
En otros datos del mercado laboral, la población ocupada se redujo en 120,167 puestos de trabajo en septiembre, su primera caída después de tres meses con cifras positivas. Las personas que salieron de la ocupación se trasladaron a la PNEA en el renglón de “no disponibles”, este movimiento generó señales mixtas, pues llevó a una mejoría en algunos indicadores globales, como la tasa de desocupación, la cual se ubicó en 3.3%, una reducción de 0.2 puntos respecto de lo observado en agosto.
“La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondiente a septiembre arrojó un descenso en la tasa de desempleo desde 3.53% hasta 3.34%, abajo del 3.50% estimado. La mejora se da a pesar de que el número de empleos disminuyó en 120,000 y se explica en función de una pérdida más grande 246,000 en la Población Económicamente Activa, lo que significa que hubo menos gente disponible en el mercado laboral”, explicó Marcos Daniel Arias Novelo, analista económico de Monex.
Un efecto similar se observó con la tasa de desempleo extendido, que adicionalmente contempla a las personas inactivas disponibles para trabajar, la cual fue de 11.8% durante septiembre, una reducción mensual de 0.3 puntos.
“En nuestra opinión, los movimientos en el mercado laboral son consistentes con la estacionalidad del cierre del tercer trimestre de 2022, dejando atrás los ajustes por las vacaciones de verano y probablemente teniendo un impulso extra dado que el nuevo ciclo escolar tuvo un regreso presencial a las aulas del 100%, mientras que los contagios por Covid-19 se mantuvieron a la baja”, señala Juan Carlos Alderete, director ejecutivo de Análisis Económico y Estrategia Financiera de Mercados de Banorte.
Agro y restaurantes, los amortiguadores
Por sectores económicos, las pérdidas de empleo se concentraron mayormente en el sector industrial con la reducción de 399,254 plazas en la manufactura y 11,820 plazas en la industria extractiva; así como en el de los servicios, con mayores bajas en el comercio (-189,309) y los servicios profesionales (-181,851). Esto fue compensado por cifras positivas en las actividades agropecuarias (265,957) y el renglón de restaurantes y hoteles (393,575).
En tanto, los datos del Inegi muestran que durante el noveno mes del año, el empleo formal tuvo una reducción de 124,775 plazas; en el informal, por su parte, se reportó la adición de 4,608 trabajos, esto llevó a que la tasa de informalidad laboral aumentara de 55.4 a 55.6% en el comparativo mensual.
“Al revisar la composición del resultado es posible apreciar que la sorpresa se dio por un mejor comportamiento de algunos sectores de servicios, sobre todo en el caso de los servicios para el gobierno y los restaurantes y servicios de alojamiento que aportaron una generación de 112,000 y 395,000 empleos, respectivamente. No obstante, el sinsabor lo dejan las manufacturas que tuvieron una contracción bastante severa en su población ocupada y fueron la principal fuente de presiones para el mercado laboral. De hecho, esa baja es de las más abultadas en el registro histórico”, indica Marcos Daniel Arias.
Por tipo de ocupación, el trabajo subordinado concentró la mayor cantidad de pérdidas, con una caída de 211,433 plazas. A la par de esto, el trabajo por cuenta propia se fortaleció al sumar 112,198 personas a sus filas.
Por otra parte, la perdida de los poco más de 120,000 puestos de trabajo fue el saldo de una reducción de 350,469 del empleo masculino y un crecimiento de 230,302 nuevas oportunidades laborales entre la población femenina. Sin embargo, la mayoría de este incremento en los niveles de ocupación de las mujeres se concentró en el trabajo por cuenta propia, al que se sumaron 298,948 personas.