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Trabajo independiente, salvavidas laboral para los jóvenes universitarios en México
El empleo por cuenta propia es el que más ha crecido entre los egresados de la educación superior en el último año, pero no porque deseen ser sus propios jefes, sino por falta de oportunidades para encontrar un trabajo asalariado.
La falta de oportunidades laborales y de empleos de calidad empuja a los jóvenes universitarios a refugiarse en el trabajo independiente; se convierten en trabajadores autónomos por necesidad, no por decisión. Aunque la educación superior mantiene un bono importante como vía para mejorar el acceso al mercado de trabajo.
“En realidad, las personas jóvenes están buscando un trabajo estable, formal, con todas las prestaciones de ley y con un salario digno, y lamentablemente no es lo que vemos en las condiciones del mercado laboral actual. Efectivamente, no hay muchas opciones para la mayoría de los jóvenes y las opciones que hay son empleos precarios”, señala Angélica Jasso, secretaria técnica de la organización Alianza Jóvenes con Trabajo Digno.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Egresados 2022 (ENE) de la Universidad del Valle de México (UVM), la alternativa de trabajo independiente fue la que más creció en el último año entre los jóvenes universitarios. Actualmente, el 24% de los graduados labora bajo esta modalidad, un aumento de cinco puntos respecto a 2021.
Además, el 39% de los graduados que trabaja de manera independiente lo hace porque no encontró trabajo. Esta cifra prácticamente duplica a los jóvenes que aseguran que optaron por esta modalidad privilegiando el manejo del tiempo y es siete veces superior a la proporción que afirma que prefirió el trabajo autónomo porque “les gusta ser su propio jefe”.
“Es innegable que a pesar de existir otras razones como manejar su tiempo o ser su propio jefe, sin duda el crecimiento del trabajo independiente respondió a la necesidad de mitigar el desempleo, pero también a una urgencia del egresado de tener un trabajo y que ese dinero pueda integrarse a los gastos del hogar”, señala Adriana Rico Villanueva, coordinadora del Centro de Opinión Pública (COP) de la UVM.
Según la ENE, al 89% de los egresados con un trabajo autónomo le gustaría cambiar de modalidad de trabajo, un crecimiento de siete puntos con respecto a la última medición. A mayor nivel de insatisfacción con la modalidad independiente, mayor tendencia a querer salir de esta condición de ocupación. Pero incluso entre los que están muy satisfechos con este esquema, la proporción de quienes desean otro tipo de trabajo es superior al 60 por ciento.
Para Angélica Jasso, la narrativa de que los jóvenes ya no se comprometen, no son responsables, quieren ser sus propios jefes y desean mucho tiempo libre, sólo ha generado estigmas en torno a la fuerza laboral joven y ha contribuido a la precarización de las oportunidades de trabajo.
“El trabajo independiente se presenta como una alternativa importante de ingreso para muchos jóvenes, porque está siendo difícil para ellos encontrar trabajo y los trabajos que hay en el mercado laboral no son trabajos que llamemos dignos, es decir, que cumplen con todas las prestaciones de ley y que ofrecen un salario digno”, expone.
Como muestra de ello, entre los graduados que sí cuentan con un empleo, un 51% reporta que le gustaría cambiar a un trabajo donde tenga un contrato de planta. En esa misma línea, el 29% de los universitarios con un trabajo subordinado no cuenta con prestaciones de ley.
“Cuando los jóvenes llegan a su primer empleo hay una cierta vulnerabilidad y condiciones precarias que se van componiendo en la medida que adquieren experiencia laboral. No obstante, si comparamos los datos con las cifras prepandemia, vemos una afectación, sobre todo entre los que tienen prestaciones superiores a las de ley”, indica Adriana Rico.
Según una investigación de Adecco Group, el 40% de los jóvenes en México señala que no ha podido conseguir empleo porque hay pocas oportunidades laborales, pero un 26% lo atribuye a bajos salarios y un 15% a malas condiciones laborales.
La encuesta también muestra la afectación de la pandemia sobre el empleo juvenil. El 43% de los jóvenes que busca un trabajo, perdió su ocupación a causa de la emergencia sanitaria por la Covid-19. De este universo, cuatro de cada 10 no han conseguido empleo desde que inició la emergencia sanitaria.
Educación universitaria, aún con ventaja laboral
A pesar de la percepción de los egresados universitarios sobre el mercado laboral, cifras de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) muestran que la educación superior mantiene una ventaja para los jóvenes que quieren acceder a un empleo.
“Un mayor nivel educativo suele relacionarse con mejores perspectivas de empleo, y México no es la excepción. En México, en 2021, el 44% de las mujeres con un nivel de estudios menor que el medio superior tenían empleo, en comparación con el 74% de las graduadas en educación terciaria. En cambio, en el caso de los hombres, las cifras eran de 89% y 86%, respectivamente”, destaca el organismo en su informe sobre Panorama de la Educación 2022.
Además de las mejores posibilidades de ingreso a un empleo subordinado, otra ventaja laboral que ofrece la formación universitaria es que ésta sigue vinculándose con mejores salarios en comparación con las personas que no cuentan con educación superior.
“El nivel educativo no sólo afecta las perspectivas en el mercado laboral, sino también los niveles salariales. En México, la ventaja salarial de los trabajadores con educación terciaria fue incluso mayor que el promedio de la OCDE. En 2018, los trabajadores con educación media superior ganaban 34% más que aquellos con un nivel educativo menor que el medio superior y aquellos con educación terciaria ganaban más del doble”, señala el organismo.
En este tenor, Angélica Jasso destaca que tampoco se puede perder de vista lo complejo que llega a ser el mundo del trabajo para los jóvenes que no han podido estudiar la universidad.
“Si los primeros pasos en el mercado laboral para los jóvenes universitarios son difíciles, aunque ya están en un escalón social más alto, la mayoría de los jóvenes con los que nosotros trabajamos no tienen la oportunidad de ir a la universidad, viven en condiciones de pobreza, tienen rezago educativo y viven en zonas de alto índice de marginalidad o violencia, lo que implica prejuicios por parte de los empleadores cuando se presentan a una entrevista de trabajo”, advierte.
Mercado laboral con barreras de entrada
Desde una perspectiva general, los egresados perciben este año un mercado laboral más complejo y eso se refleja en un crecimiento de la insatisfacción laboral, al menos el 25% de los graduados no está conforme con su trabajo actual y eso representa un crecimiento de cuatro puntos con respecto a la última medición de la ENE.
“Podemos ver cómo el porcentaje de satisfacción con el empleo actual era mayor al que hoy tenemos y esto va muy de la mano con los ingresos y las condiciones, en la medida que éstas tienden a ser precarias, el egresado está más insatisfecho con su trabajo”, expone Adriana Rico.
El 29% de los egresados que se emplea en el sector privado declara no tener prestaciones, esta proporción creció siete puntos porcentuales en el último año. En las oficinas de gobierno la historia no es distinta, el 28% de los egresados asegura que no cuenta con las condiciones mínimas de ley, esto implica un crecimiento de cinco puntos respecto a lo reportado en 2021.
“Ante un año tan complicado para ingresar al mercado laboral, con salarios menores, incluso salarios mermados, el porcentaje que indicó que le gustaría cambiar su modalidad de trabajo aumentó. De igual forma, ya sea por incertidumbre laboral, presiones o la misma pandemia, disminuyó el número de egresados satisfechos en su empleo, de 78.6 a 73.8%. En contraparte, la insatisfacción asociada a los salarios aumentó, en particular entre aquellos con salarios menores a los 15,000 pesos”, destaca la UVM en su informe.