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Ernie Els construye su sueño a expensas de la catástrofe de Scott

Se coronó en el abierto británico luego de dos años de no ganar torneos. el golf le hizo un homenaje a la calidad que siempre ha tenido.

Ernie Els (Johannesburgo, Sudáfrica, 1969) representa desde hace algunos años el pasado del golf. Desde el 2010 no ganaba un torneo de la PGA o EPGA y ayer conquistó el Abierto Británico, uno de los cuatro Major de la temporada, a costa del desastre de ronda que tuvo Adam Scott, quien, con cuatro golpes arriba de par en los últimos cuatro hoyos, entregó la corona.

Els es de aquella generación que vivió a la sombra del mejor Tiger Woods. El sudafricano nombrado el novato del año de 1994 logró su época más exitosa en títulos entre 1997 y el 2004. Luego llegó el bajón.

Tengo la sensación de que ocurrirá algo muy bueno para mí , advirtió Ernie tras concluir la tercera ronda el sábado. No estaba equivocado, pese a no estar entre las primeras cuatro posiciones antes de la ronda del domingo, necesitó una ronda de menos dos bajo par y los desastres de Tiger Woods, Brandt Snedeker y Adam Scott para ganar su primer torneo en los últimos dos años, su segundo Abierto Británico y su cuarto Major de por vida.

La calidad de Els es indiscutible. Nadie ha estado tantas semanas en el top 10 de la PGA como él (788 semanas), pero vivir en la era del mejor Tiger liquidó a cualquiera.

La última ocasión que Ernie había ganado un título fue en diciembre del 2010, el Abierto de Sudáfrica. Luego, poco se habló de él. Dedicó gran parte de su tiempo y dinero en crear su empresa de diseño de campos de golf, un viñedo y su fundación que fomenta el golf entre niños.

El ganador del Abierto de Estados Unidos en 1994 y 1997 y ganador del Británico en el 2002 ayer domingo ocupaba el puesto 40 del ranking de la PGA. Muy lejos de los protagonistas, Els era el menos presionado de todos. Al terminar su ronda, dos hoyos antes que Scott, decidió esperar en la parte trasera de la casa-club por si ocurrían aquellas buenas sensaciones que dijo. Comió un emparedado y cuando Scott tiró su tercer bogey seguido el partido estaba ya empatado a siete debajo de par. Ernie terminó su lunch y se alistaba a practicar un poco cuando Scott ligó su cuarto hoyo seguido arriba de par, de este modo, el australiano tenía -8 y el sudafricano -7. Así se coronó.

Scott no es un novato. Los críticos aseguran que lo único que le hace falta es ganar un Major, mismo que ayer dejó ir pese a que los antecedentes indicaban que de ocho ocasiones que inició la última ronda en primer sitio, siete había ganado. Hasta ayer, el resultado más destacado de la temporada de Ernie era el segundo sitio del Zúrich Classic y el noveno del Abierto de EU. La debacle en las cifras era evidente. Después del 2008, tardó dos años en volver a ganar un torneo. Así, fue en el 2010 cuando conquistó cuatro torneos (dos de la PGA y dos de la EPGA). En dicho año (2010) consiguió cinco top 3, pero en el 2011 apenas uno.

Els ni siquiera figuraba como opción. Lo que ha ocurrido es que la calidad de Ernie le rindió su propio homenaje, el que jamás recibió en su mejor momento por estar en la era de Woods. Pero el deporte la hace de juez y le dicta justicia. El Abierto Británico se rinde a sus pies.

ivan.perez@eleconomista.mx

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