Froome y Contador, desde la mirada de un campeón

Carlos Sastre (Leganes, España, 1975) se hizo un monstruo cuando escaló, montado en su bicicleta Fuji, el Col du Galibier, el Col de la Croix de Fer y el Alpe d’Huez en un mismo día. Aquella etapa 17 del Tour del 2008 le encumbró por realizar uno de los ataques más bestiales a una alta montaña en la última década, 14 kilómetros desde las faldas hasta la cima, que estaba a 1,850 metros.

Aquella tarde recorrió 210 kilómetros, vistió de amarillo a sus 33 años y así terminaría en los Campos Elíseos en París. Sufrir para gozar , así define el español la sensación de ser ciclista.

Sastre dice que Alberto Contador llega este año a Francia con la urgencia de limpiar de una vez por todas su nombre, luego de la sanción de dopaje, y mira a Chris Froome como un ciclista que se encuentra en constante evolución, se perfecciona cada año. Ambos siguen siendo los dos candidatos para ser los campeones de la edición del Centenario del Tour y por lo pronto, el británico ya es líder.

¿Cuál es su escenario de la batalla de Chris Froome y Alberto Contador para este año en el Tour?

Contador ha preparado el Tour mejor que nunca y llega con muchas ganas de callar bocas, demostrar que está de regreso y decir que todo lo que se ha dicho de él y el dopaje es mentira. Ha hecho una temporada prácticamente en el anonimato, ha corrido de una manera tranquila y sin hacer esfuerzos excesivos, eso es importante y le puede beneficiar.

Froome ha evolucionado mucho en los últimos años, será su primera vez como líder del equipo, tiene un gran compañero, como es Richie Porte, que también ha hecho una gran temporada. Tanto Saxo Bank como Sky tienen equipos muy fuertes, es probable que todo gire alrededor de ellos.

Pero el Tour de Francia tiene un matiz, es un tanto especial y eso le hace ser una carrera diferente, se subirá dos veces Alpe d’Huez, con contrarrelojes y ascensiones, puede estar más abierta que nunca.

Los ciclistas dicen que sufren en las escaladas de las grandes vueltas, explíquenos ese proceso de tortura al que está sometido un ciclista profesional.

Yo creo que los humanos tenemos un privilegio al poder sufrir. El sufrimiento es gozo, aquél que no sufre, ni sufre ni goza. El sufrimiento es una condición mental, el ciclismo es un deporte realmente duro, es muy sacrificado, y para poder conseguir un objetivo tienen que ir unidos la mente y el físico. Si eres capaz de mantener este sufrimiento para poder subir Alpe d’Huez, al final es un gozo. Es una forma de llegar a la satisfacción total.

Este año se tendrá que ascender Alpe d’Huez, quizás el puerto más mítico del Tour de Francia. Usted podría patentar un manual que dijera cómo subir Alpe d’Huez y no morir en el intento.

Era el día que estaba esperando desde que inició el Tour, era una etapa muy dura de más de 200 kilómetros. Con tres y cuatro etapas de montaña seguidas y luego la de Alpe d’Huez, si es que tenía alguna posibilidad, era justo aquel día. Sabía que si quería lograr algo importante era desde abajo. Los primeros cuatro o cinco kilómetros fueron muy duros porque las distancias eran mínimas, pero a partir de allí las diferencias empezaron a subir. Yo iba sufriendo mucho, pero sabía que tenía una oportunidad muy bonita de ganar aquella etapa y poco a poco fueron dando referencias, tiempos y empezó a ser una motivación más grande, cada vez iba con más ganas.

El ciclismo no vive tiempos fáciles: casos de dopaje a la luz pública, confesiones, inconformidades.

Yo encuentro al ciclismo enfermo. Desde hace mucho tiempo no hay reglas claras, no hay nadie que dirija con rigor, honradez, hay mucha gente que sobra y que hace más daño. Afortunados los que podemos ver el ciclismo, los organizadores y los equipos que tienen patrocinadores para sacar adelante carreras. Veo desde la administración mal dirigido al deporte, que está en una continua recesión, crisis aguda y necesita una persona que luche por este deporte de una manera clara, seria y con dureza.

ivan.perez@eleconomista.mx

rgs