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La calma de Guido Rodríguez beneficia al América

El mediocampista moderó la fuerza de su juego para evitar las expulsiones que sufrió el año pasado. Lo anterior le ha permitido jugar esta temporada todos los partidos de liga y ser uno de sus pilares.

Foto: Cuartoscuro

Foto: Cuartoscuro

Guido Rodríguez era como un imán para las tarjetas rojas. El año pasado -que abarcó el Apertura 2017 y el Clausura 2018- tuvo cuatro expulsiones que hicieron que el América jugaran con diez hombres en esos mismos encuentros y que se perdiera seis juegos más por suspensión.

Fue un dolor de cabeza que Miguel Herrera solventó con Joe Corona para suplir el puesto del argentino.

Pero Rodríguez cambió algunos aspectos para evitar que fuera expulsado a partir de este verano, según cuenta el mismo Herrera. Ahora juega con la misma intensidad, pero con más precaución.

“En lugar de estirar el pie cuando sabe que va a llegar tarde, ahora sólo se aproxima al rival. Sólo lo hace cuando sabe plenamente que llegara primero a la pelota. Tiene la conciencia de que el equipo lo necesita y que las entradas con fuerza excesiva nos perjudican a todos. Eso le ha permitido ser el mejor contención de la Liga”, opina Herrera.

Para este torneo se ha notado la diferencia en el juego del argentino. No registra expulsiones y apenas ha sido amonestado en dos ocasiones. Además, ha disputado todos los minutos del certamen y ha colaborado con dos goles. Es uno de los pilares de este América.

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Antes de que llegara a México, Rodríguez nunca había sufrido una expulsión, incluso, apenas había jugado 31 partidos en la Primera División Argentina. Fueron 16 con River Plate, el club en el que se formó, y 15 con Defensa y Justicia, en el que estuvo prestado en la temporada 2015-16.

Nunca pudo establecerse en el primer equipo de River Plate, porque la competencia interna en la media de contención en los primeros años de la presente década era intensa. Por delante de él tenía a los veteranos Cristian Ledesma y Leonardo Ponzio y a la promesa Matías Kranevitter, quien ahora juega para el Zenit ruso.

Fue entonces que llegó su préstamo a Defensa y Justicia. Ahí coincidió con Ariel Holan, quien era el técnico del club y que se formó como entrenador de hockey sobre césped.

Holan, según una historia publicada por el portal Goal, llevó a Rodríguez a un cuarto de video al poco tiempo de que se había integrado al equipo. Confiaba en sus capacidades en el campo, pero sentía que podía mejorarlas. Por eso le puso videos de movimientos de Sergio Busquets. Quería probar si estaba dispuesto a tener autocrítica y a aprender de uno de los mejores del mundo.

Rodríguez no sólo observó los videos, sino que se dio cuenta en lo que fallaba casi inmediatamente mientras veía las imágenes. Posteriormente se volvió indiscutible para el cuadro de Holan y en sólo seis meses llamó la atención del Tijuana, que por entonces dirigía el mismo Herrera, y que lo fichó en la campaña 2016-17

“Ha entendido correctamente que, en América, a diferencia de otros clubes, siempre estás bajo la lupa y que todo lo bueno y malo es más visible. Desde que llegó a México mantuvo su anticipación y distribución del balón. Es un pilar para nosotros, como lo fue para los Xolos”, señala Herrera.

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