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Querida Murphy, ya todo terminó

Ciento siete temporadas de corazones rotos para los Cachorros de Chicago llegaron a su punto final al conquistar la corona.

No todo es para siempre, aunque parezca. Bueno, para algunos sí fue para siempre. ¿Cuántas generaciones murieron sin ver campeones a sus Cubs?... 1908-2016. Así debe rezar la inscripción de una maldición que se le atribuye a una cabra que se llamaba Murphy, a la que no dejaron ingresar al parque. Sí, todo esto empezó por ese motivo.

En un partido de 24 hits, Chicago Cubs se proclamó campeón tras ganar en extrainnings 8-7 a los Cleveland Indians (y ganar la serie 4-3) en una serie que necesitó de los siete partidos para definir al campeón de las Grandes. Ah qué Murphy tan maldita... otra vez casi te resulta.

El refrán dice: No hay mal que dure 100 años . Cómo diablos no. Cubs vivió una pesadilla de 107 temporadas años. El título no se lo deben a los pitchers sino a sus bateadores. Tres carreras en la parte baja del octavo episodio que empataron el partido a seis le permitieron a todo Cleveland soñar con una remontada épica. LeBron James, jugador de la NBA y el mejor del mundo, festejó enloquecido, agitaba sus brazos. Los relevos no fueron lo mejor de los Cubs, es más, si por ellos hubiera sido el partido lo hubieran perdido.

Los bateadores aparecieron para rescatar, para darle vida a los fans que están en los cielos, en los infiernos, en los purgatorios, vivos o medios vivos y muertos y que por fin miran que los Cubs son mejores que todos.

Décimo episodio, con un doblete decisivo de Ben Zobrist en el décimo inning la corona tomó rumbo. Dos carreras para festejar. Alto. Momento.

El relevo otra vez pone a todos de nervios, pero en esta ocasión no. Sólo una carrera de daño y el último out termina con la maldición de la cabra que se llamaba Murphy.

En la sequía más larga de triunfo de un equipo en Estados Unidos, ahora los Cachorros entran en los libros de historia con letras de oro. El conjunto de Chicago se une a los Yankees de Nueva York (en 1958), los Tigres de Detroit (1968), los Piratas de Pittsburgh (1979) y los Reales de Kansas City (1985) como los únicos equipos en revertir un 3-1 en contra.

Theo Epstein, gerente general de Cachorros, rompió la segunda maldición del beisbol estadounidense. Theo es el nuevo rostro del beisbol, universitario, graduado de la Escuela de Derecho de San Diego y la Universidad de Yale. Tiene 42 años y desde hace al menos 15 años se encuentra diseñando la estrategia adecuada para ganar siempre. En el 2004, y haciendo mancuerna en la gerencia general de Boston Red Sox con Larry Lucchino, acabaron con la maldición del bambino, la sequía de títulos del equipo desde 1918.

Los Indios siguen con su sequía que se remonta a 1948.

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