Innovación y desarrollo tecnológico

Para fortuna nuestra, los programas de fomento a la innovación y el desarrollo tecnológico han crecido razonablemente en el país..

Dignas de tomarse en cuenta resultaron las declaraciones del embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhan, al afirmar el lunes que el bloque comercial de América del Norte ha perdido energía y dinamismo en comparación con otras regiones del mundo.

Sarukhan manifestó que prueba de ello es la disminución del porcentaje de las transacciones mundiales que realizan los países del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, las cuales cayeron de 19% en 1995 a 12% en el 2006.

Estas declaraciones nos hacen pensar hasta qué grado la pérdida de competitividad de México es producto no sólo de factores internos y estructurales, sino también del agotamiento del dinamismo del bloque comercial de América del Norte. Después de todo, México alcanzó sus mayores niveles de competitividad en la época dorada del TLCAN, entre 1994 y el 2001.

Por ello, ante la imposibilidad de reproducir las condiciones que provocaron el crecimiento competitivo de las exportaciones mexicanas a raíz de la suscripción del TLCAN, como son preferencias arancelarias y un fuerte flujo de inversión estadounidense orientada a la manufactura en México, con todo lo que ello implica -transferencia de tecnología, capacitación, mejoramiento de la infraestructura y otros factores-, ahora convendría voltear hacia otros elementos cruciales para el despegue económico de países en desarrollo como Brasil, Rusia, India y China: la innovación y el desarrollo tecnológico.

La desregulación siempre será importante, pero nunca podrá sustituir a la inversión en investigación y desarrollo, y al fomento de la innovación. En realidad hay países que a pesar de las regulaciones, como India y China, continúan su marcha hacia el progreso.

Hay crecimiento

Para fortuna nuestra, los programas de fomento a la innovación y el desarrollo tecnológico han crecido razonablemente, pues mientras en el sexenio pasado la Secretaría de Economía mantuvo un claro liderazgo en la materia con el Fondo Pyme y Prosoft, en la presente administración el Conacyt ha generado programas exitosos como Innovapyme, Innovatec y Proinnova.

Próximamente, también la subsecretaria de Industria y Comercio, Lorenza Martínez, pondrá a disposición de las empresas mexicanas un instrumento más de fomento a la innovación en la forma de un fondo de capital semilla o de riesgo.

El Fondo que aún no acaba de despegar, después de casi dos años de inactividad, es el Fondo de Innovación de la Subsecretaría para la Pequeña y Mediana Empresa y el Conacyt. Ojalá que pronto ambas dependencias lleguen a un acuerdo con bases claras para su operación.

Por cierto, Jorge Amigo, cabeza del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, quien siempre tiene buenas ideas y es un visionario, también prepara un programa que utilizando patentes de investigadores mexicanos pondrá a México en el mapa de la innovación mundial y permitirá que investigadores e instituciones educativas y de investigación reciban una justa retribución.