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“La vecindad entre México y EU es una gran bendición”

Para el diplomático mexicano, aún es necesario inocular en ambos lados de la frontera la idea de la importancia que representa la relación económica entre los países; admite reto que representa la seguridad para mejorar vínculos.

La vecindad entre México y Estados Unidos es una gran bendición para ambos desde el punto de vista económico, por la complementariedad de sus ventajas comparativas, afirmó Eduardo Medina Mora, embajador mexicano en Estados Unidos.

De por qué esta percepción no se comparte de forma generalizada ni en uno ni en otro de estos dos países, concluyó que se debe a un juicio que tiene un enorme componente emotivo , no basado en los hechos y los datos.

Medida Mora, quien entre el 2000 y el 2009 estuvo a cargo del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) o la Procuraduría General de la República (PGR), dijo que la inseguridad no ha descarrilado el crecimiento en la relación económica bilateral y su combate es una de las prioridades de esta administración.

Los acontecimientos del último trimestre del 2014 nos recuerdan que, a nivel subnacional, tenemos una tarea gigantesca por hacer y que hay una gran debilidad institucional , reconoció, entrevistado por El Economista.

¿Cómo define la importancia de la relación de México con Estados Unidos?

Es una relación intensa, muy grande en términos comerciales y muy efectiva en términos de integración de cadenas productivas. Hay obviamente un aspecto relativo fundamental: Estados Unidos es el mercado más importante para México, 80% de nuestras exportaciones se dirige a ese mercado.

México es el segundo destino de exportación para Estados Unidos, después de Canadá. Rebasaremos a Canadá algún día no muy lejano. Simplemente por demografía. Nosotros somos 120 millones de personas con una clase media creciente y los canadienses son 35 millones, con edades medianas mucho más altas. La aritmética y el tiempo harán que esto sea así.

Hay una interdependencia, de manera que esta vecindad, desde el punto de vista económico, es una gran bendición para ambos, porque complementamos nuestras ventajas competitivas. Los dos países logran un balance entre la geografía, la dinámica demográfica, los recursos, particularmente la abundancia energética, y los precios a los cuales los productores mexicanos y estadounidenses pueden acceder a ella. Todo ello constituye una ecuación realmente muy atractiva. La región económica del mundo más competitiva, más potente y más dinámica es Norteamérica y somos nosotros. No está en Asia, está aquí.

¿Qué tan complementarias son?

Son de las más complementarias del mundo, porque ciertamente tenemos elementos que construyen el coste de producción entre la dinámica demográfica, obviamente el mercado de trabajo, la disponibilidad de trabajadores sofisticados, ingenieros, y la infraestructura que permite servir a los dos mercados de una manera efectiva a un costo de oportunidad muy competitivo.

Es una complementariedad natural y fue lo que impulsó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Eso es lo que ha construido a partir de esas reglas y de las decisiones de los agentes económicos.

¿Por qué a pesar de este balance muchos estadounidenses piensan que están perdiendo frente a México con la apertura?

Hay un juicio que tiene un enorme componente emotivo, pero ciertamente no está basado en los hechos y los datos, que nos dicen que las dos economías ganan, los dos pueblos ganan. Creamos empleos en México de una manera importante. La parte de la economía mexicana que crece con más velocidad, que tiene mayor productividad, que tiene mayores perspectivas de crecimiento, es la vinculada con la economía estadounidense.

Lo mismo para Estados Unidos, cuando uno explica estos datos allá, cuando uno se sienta con los congresistas en el capitolio, cuando uno conversa con los académicos, todas estas cifras que construyen la realidad del espacio económico compartido de Norteamérica, particularmente México y Estados Unidos, resultan sorpresivas. Pero están ahí y además crecen en una dinámica muy importante.

¿Qué tantas oportunidades pierde México por no tener un mayor nivel de seguridad?

La seguridad es una precondición para el desarrollo económico. Hemos avanzado mucho en este sentido. La infraestructura de justicia y de seguridad federal es mucho mejor hoy de lo que era hace algunos años. Pero tenemos mucho que recorrer, sobre todo a nivel subnacional.

Los acontecimientos del último trimestre del 2014 nos recuerdan que, a nivel subnacional, tenemos una tarea gigantesca y que hay una gran debilidad institucional. Sobre esta base, si mejoramos eso podemos cumplir con la obligación básica del Estado, que es la de dar certidumbre a los ciudadanos en su vida cotidiana, en su derecho de vivir en la normalidad y en paz.

Esta ecuación es uno de los propósitos fundamentales de la administración del presidente Enrique Peña Nieto. No hay confusión, tenemos claridad de la ruta; y en la medida en que esto mejore, mejorarán las perspectivas económicas. Pero no ha sido un factor que haya descarrilado el crecimiento en la relación económica bilateral.

rmorales@eleconomista.com.mx

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