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Opinión

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Cambio climático y política monetaria

El Cemla ha puesto énfasis en la importancia de que “los bancos centrales incorporen los fenómenos meteorológicos como factor de riesgo para la inflación”.          

La cabeza de un reportaje del martes pasado rezó textualmente: “Cambio climático cambia sesgo monetario” en América Latina. La fuente manifestada fue una declaración de la consultoría internacional Pantheon Macroeconomics. Y la cuestión a discutir es si los bancos centrales del subcontinente (y del mundo en general) deben incluir entre sus metas el combate al cambio climático. De haber sido esta última la propuesta, se habría dado el caso para una llamada de alerta general y la razón debe ser muy clara. La mejor manera de sabotear el trabajo de cualquier banco central es el de asignarle una variedad de metas. De hecho, con todo pragmatismo y experiencia, debe reafirmarse que con un objetivo basta y sobra. El mandato para combatir la inflación. Por fortuna, ése es el caso del Banco de México en nuestro país. Con mucha más mesura, el tema a discutir se aclara con mayor precisión hacia adelante en el reportaje. Y ese tema es la forma en la que el cambio climático está impactando en el panorama de la inflación en la experiencia de los bancos centrales de América Latina. ¿Existe de verdad el problema del cambio climático en la actualidad del mundo? Al parecer, la consultoría Pantheon Macroeconomics no tiene la menor duda y por esa razón ha echado su cuarto a espadas. Y el hecho, en concreto, es que el cambio climático y la escasez de agua están afectando mucho las precondiciones para la producción de alimentos. Esto último, por el conducto de mayores presiones sobre los costos de producción.

En el contexto descrito, en el panorama de política antiinflacionaria para los bancos centrales se ha complicado el balance de riesgos. Por un lado, están las fuerzas favorables a una menor inflación y en el otro los factores de nueva aparición ya enunciados. Es decir, la tendencia hacia la moderación de la inflación subyacente y debilitamiento de la demanda agregada interna por suavización de la actividad económica se están viendo contrarrestadas por condiciones climáticas más difíciles y deterioro en la situación política. La propuesta de un tratamiento más cuidadoso y sistemático para el factor climático en los balances de riesgos de los bancos centrales de la zona fue respaldada por organizaciones serias que existen en nuestro medio. A manera de ejemplo, el Centro de Estudios Monetarios de Latinoamérica (Cemla) ha puesto énfasis en la importancia de que “los bancos centrales incorporen los fenómenos meteorológicos como factor de riesgo para la inflación”. De manera más directa, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas destacó “que la crisis de agua que prevalece en el valle de México tendrá un impacto sobre los precios al consumidor”.

bdonatello@eleconomista.com.mx

Columnista

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