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¿Cómo proteger tu patrimonio? Parte 2 de 2
La prevención es importante porque nos ayuda a reducir los riesgos que pueden afectarnos. Pero no los evita por completo. Lo ilustramos en la primera parte con nuestra salud: aún cuando llevemos una vida sana y hagamos lo que está en nosotros para prevenir enfermedades, no estamos exentos de contraer una enfermedad crónica y de alto costo como el cáncer. Lo he visto de primera mano.
Eso mismo se extiende a todas las demás cosas que son valiosas para nosotros. Prevenir es importante, pero muchas veces no es suficiente. Tenemos que complementar eso con una capa de protección que nos ayude a enfrentar las consecuencias de esos riesgos, si se llegan a dar.
Tanto la prevención como la protección conllevan un costo. A veces financiero, otras de oportunidad. Nada es realmente gratis en la vida: siempre son unas por otras. Por ello es importante buscar mecanismos eficientes de protección y enfocarnos en lo que es realmente valioso.
En México es triste ver cómo la gente protege aquello que ve más propenso a daño, como su auto, pero deja completamente desprotegida a su familia. Menos de 5% de las personas aseguran su hogar y su negocio. Pero piensa por un momento ¿Qué pasaría si lo pierdes de un día para otro? ¿Cómo cambiaría tu vida y la de tu familia? Un buen seguro, adecuado, te ayuda a ponerte de pie muchísimo más rápido.
Ahora bien, hay distintas maneras de proteger lo que estamos construyendo. Quiero mencionar las tres más importantes:
1. Fondo para emergencias
Hay muchos imprevistos que nos pueden causar un fuerte desequilibrio. Además a veces las cosas se juntan. Por ejemplo: se descompone el carro y requiere una reparación mayor. Hay una fuga en casa que requiere reparación inmediata. Nuestro hijo pequeño se enferma en la escuela y hay que comprar medicamentos caros. Se declara una pandemia y perdemos nuestra principal fuente de ingresos de un día para otro.
Mucha gente piensa que si esto sucede, para eso son las tarjetas de crédito. Este es un gravísimo error: lo peor que puedes hacer, en la mayoría de las ocasiones, es endeudarte y patear el balón para más adelante.
Piensa en Javier y Juan: los dos ganaban lo mismo, los dos perdieron su trabajo. Sin embargo, Javier no tenía deudas y contaba con un fondo para emergencias que cubría cuatro meses de sus gastos. Juan debía cantidades fuertes en “mensualidades sin intereses” porque compró muchas cosas durante el “Buen Fin” y su cuenta bancaria apenas tenía lo suficiente para terminar la quincena.
¿Quién crees que está mejor preparado para enfrentar esa pérdida súbita de empleo?
2. Seguros
Hay muchos eventos que pueden causar daño significativo a nuestro patrimonio y a las personas que más queremos. Por ejemplo: un accidente que nos impida volver a trabajar; la responsabilidad legal y financiera por un daño causado a otra persona (aunque sea un accidente); una enfermedad crónica de tratamiento costoso y prolongado o la pérdida del techo en el que vivimos.
Para eso sirven los seguros: para ayudarnos con las consecuencias económicas de esos eventos, para reducir fuertemente su impacto, de tal manera que podamos seguir nuestro camino (o nuestra familia, si les llegamos a faltar).
Es importante precisar que no todos los seguros son iguales. He visto muchísimas personas muy mal aseguradas o incluso sobre aseguradas (pagan innecesariamente por más de lo que necesitan). Hay que aprender a asegurarnos y a asesorarnos bien y recordar que los seguros se tienen que ver en conjunto con el resto de nuestro plan financiero personal (al igual que los demás mecanismos de protección).
3. Testamentos y/o fideicomisos testamentario
Estos son mecanismos de protección para garantizar dos cosas importantísimas:
1) Designar a un tutor (de mutuo acuerdo con la pareja) que se encargue del bienestar de nuestros hijos si ambos padres llegan a faltarles.
2) Que nuestros bienes sean transmitidos a las personas que nosotros hayamos designado (o bien se queden en administración bajo un fideicomiso para ser entregados bajo ciertas condiciones específicas).
No tener un testamento puede causar problemas y costos enormes a nuestros seres queridos.
En México es triste ver cómo la gente protege aquello que ve más propenso a daño, como su auto, pero deja completamente desprotegida a su familia. Menos de 5% de las personas aseguran su hogar y su negocio.