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Opinión

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Comprada, la soberanía energética es más barata

A estas alturas, creo que nadie se atrevería a dudar que fue mejor comprar la refinería de Deer Park que desarrollar la de Dos Bocas. Pero, que yo sepa, nadie ha calculado el sobreprecio del soberanismo energético mexicano, ni siquiera en un caso tan sonado.

No tiene mucha ciencia, en realidad. El punto de partida es reconocer que el mismo presidente mexicano que pagó un poco menos de 9 dólares por cada barril de capacidad de refinación en Texas va a terminar pagando más de 47 en Tabasco. Esto implica que el sobreprecio ahí, hasta ahora, es de más de 400 por ciento. Habrá que sumarle lo que se acumule de costos nominales. Y las consideraciones del valor intertemporal del dinero: comprar Deer Park produciendo al cien parece que tomó menos de dos años. Desarrollar Dos Bocas, si bien nos va, seis. Es una aberración.

Justo por eso, afortunadamente, la proporción de Dos Bocas no se puede extrapolar. Ni volviendo a poner a la exsecretaria Nahle a cargo tendríamos otro proyecto tan fuera de los parámetros de mercado. Pero los datos más recientes de la CFE, publicados en una presentación que presume el “rescate de la CFE”, justo muestran otra comparación desfavorecedora a partir de otro experimento natural.

Va el detalle. Con 5,980 millones de dólares, la CFE dice que va a poder desarrollar 4,047 megawatts de “centrales prioritarias” y 2,948 megawatts de “centrales de corto plazo”. Son 6,995 MW de capacidad instalada exclusivamente fósil. Con una cantidad de dinero casi idéntica, Mexico Infrastructure Partners le está comprando a Iberdrola 8,539 megawatts de capacidad, incluyendo unos poquitos renovables.

Claro que MIP no es el gobierno. De hecho, todo parece indicar que a la Secretaría de Hacienda sólo le alcanzó para financiar la mitad de la transacción de 6 mil millones de dólares. Pero, por cada megawatt de capacidad fósil, la CFE está pagando mucho más que Hacienda. El sobreprecio en este caso es de más de 20 por ciento. El rescate de la soberanía energética, otra vez, salió más barato comprado ya madurito por Hacienda que desarrollado desde cero por nuestro campeón eléctrico nacional.

Para ser justos, nada de este argumento descansa en el nivel de valor generado por las transacciones empleadas como parámetro. Este cambia mucho en cada caso. Para Deer Park, parece más que probado por los exorbitantes retornos que generó, en medio de ciclos de precios extraordinarios. En el caso de la transacción con Iberdrola, casi por definición está por verse. Independientemente de los múltiplos financieros implícitos, que algunos presumen y otros cuestionan, su estructura de gobernanza barroca sigue sin dejar muy claro qué implicaciones va a tener sobre la competencia económica.

Pero ese no es mi punto. Mi punto es mucho más básico: que el dinero de Hacienda rinda más comprándole a terceros que financiando los desarrollos de Pemex y CFE justo demuestra que Pemex y CFE, si somos estrictos, no se merecerían ni un peso más para desarrollo. Quizás los mexicanos no hayamos podido ponernos de acuerdo todavía en cuál es el nivel apropiado de soberanía energética. Vaya, no podemos ponernos de acuerdo ni siquiera en si es deseable. Pero seguro coincidimos en que, para obtener una cantidad dada de soberanía, la forma más cara es la peor.

@pzarater

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