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Conducta económica y amistad
Ser honesto puede que no te consiga muchos amigos, pero siempre te conseguirá los correctos".
John Lennon.
El concepto de amistad es tan antiguo como la humanidad. Para muchos psicólogos evolucionistas, la amistad es un fenómeno antropológico que deviene de relaciones en las que los seres humanos tratan de beneficiarse de tener cercanía con personas que perciben que tendrán (y tienen) un impacto en su bienestar y que son diferentes del núcleo familiar, se trata de un mecanismo de ampliación de la red de protección de los individuos.
Las relaciones de amistad implican decisiones económicas, no porque tengan un sentido utilitarista explícito, sino porque suponen, como toda decisión económica, la asignación de recursos escasos (en este caso tiempo o atención), hacia diversos (que se refieren en este contexto a la decisión de unas pocas personas entre un enorme universo de seres humanos con las que un individuo mantiene algún tipo de relación).
La decisión de amistad (no siempre explícita de manera inicial), implica seleccionar uno o varios sujetos a los que se dedicarán recursos específicos de atención y, en los mejores casos, de preocupación y atención por su bienestar mutuo.
De acuerdo con diversos especialistas, las relaciones sólidas de amistad implican por lo menos tres componentes: Son relaciones duraderas, involucran relaciones o interacciones mayormente positivas y también involucra algún grado de cooperación. Si con alguna de sus amistades más cercanas no se involucran de alguna manera estos tres aspectos, reevalúe el carácter de la amistad.
De acuerdo con el estudio, An Economic Model Of Friendship, de Currarini et al, publicado en Econométrica, la formación de amistades no responde a patrones estrictamente aleatorios, factores como el origen étnico (y en muchos casos las similitudes o rasgos) son elementos que generan una mayor proclividad de las personas a establecer amistades. En un segundo momento, la coincidencia de actividades, de conductas o de visiones sobre temas que resultan relevantes, aunque no necesariamente sean trascendentes, son determinantes en el inicio de la forma de relaciones de amistad.
Existen factores coyunturales que generan procesos de inicio de amistad y que están relacionados con compartir experiencias o situaciones cotidianas específicas de manera recurrente, por ejemplo, la escuela o el trabajo. Cuando en ese proceso se generan además otros mecanismos de cooperación o de apoyo, particularmente emocional, las relaciones de amistad pueden trascender los espacios temporales o físicos en los que se generaron inicialmente.
Pueden existir diferentes visiones respecto de situaciones generales, pero en aspectos que son relevantes para las personas, típicamente se generan coincidencias que son la base del establecimiento de una relación de amistad duradera. Cuando en la evolución de los individuos cambia la percepción y se generan visiones antagónicas típicamente se desencadenan rompimientos de las relaciones de amistad; Inclusive a partir por ejemplo de cambios en la visión política.
Entre los factores fundamentales que permiten el sostenimiento de la amistad, está la percepción de un respaldo emocional duradero, donde incluso después de una separación larga, el restablecimiento del contacto –particularmente a partir de momentos complejos para alguno de los integrantes– se percibe nuevamente que la relación genera apoyo e interés en el bienestar personal.
De acuerdo con especialistas, dos de los componentes fundamentales para asegurar relaciones de amistad de largo plazo, que no se interrumpen pese a cambios de circunstancia, tienen que ver con el sostenimiento de una percepción de honestidad y confianza hacia el otro.
La visión más integral de la amistad se fundamenta en la capacidad de “descansar” en el otro para obtener un beneficio, no de carácter material sino fundamentalmente emocional.
Quienes tenemos la fortuna de contar con amistades muy largas, sabemos que es uno de los mayores activos que una persona puede adquirir a lo largo de su vida. Y como todo activo valioso, debe ser invertido en “vehículos” confiables y que nos den un retorno emocional, equivalente al de nuestra inversión.
Las relaciones sólidas de amistad implican por lo menos tres componentes: Son relaciones duraderas, involucran relaciones o interacciones mayormente positivas y también involucra algún grado de cooperación.